34 versículos y palabras para iniciar un culto


Equipo de Bibliaon
Equipo de Bibliaon
Creado y revisado por nuestros editores

¡Qué lindo es reunirnos con nuestra familia en Cristo! La reunión como iglesia nos da la oportunidad de adorar a Dios juntos, alabar y animarnos los unos a los otros en nuestro andar con el Señor. Esta lista de versículos y palabras para iniciar el culto te ayudarán a animar a tus hermanos en la fe.

Yo me alegro con los que me dicen:
«Vamos a la casa del Señor.»
(Salmo 122:1)

¡Hoy es un día de alegría! ¿Por qué? Por qué es un gran privilegio estar en la presencia del Señor. ¡Nuestros corazones se llenan de esperanza cuando entramos a la casa de Dios! Alegrémonos en este día mientras adoramos a nuestro Dios.

¡Qué bueno es, y qué agradable,
que los hermanos convivan en armonía!
2 Es como el buen perfume
que resbala por la cabeza de Aarón,
y llega hasta su barba
y hasta el borde de sus vestiduras.
3 Es como el rocío del monte Hermón,
que cae sobre los montes de Sión.
Allí el Señor ha decretado para su pueblo
bendición y vida para siempre.
(Salmo 133)

¡Qué gozo más grande reunirnos en este momento para adorar a nuestro Dios! Alabemos a Dios con todo nuestro ser. Recordemos todas las maravillas que ha hecho por nosotros y deleitémonos juntos ante la presencia de nuestro Salvador. Recibamos con corazones gozosos y agradecidos, las bendiciones que él nos quiere dar.

Mi corazón ha dicho:
“Busquen su rostro”.
¡Tu rostro buscaré, oh SEÑOR!
(Salmo 27:8)

¡Entra en la presencia de Dios con un corazón reverente! El Señor te llama ahora a entrar en su presencia. ¡Abre tu corazón y deja que el Padre celestial haga su hogar en ti! Mantente atento a lo que Dios desea decirte en este día, busca su rostro de todo corazón.

¡Vengan y con alegría aclamemos al Señor!
¡Cantemos con júbilo a la roca de nuestra salvación!
2 ¡Lleguemos ante su presencia con alabanza!
¡Aclamémosle con cánticos!
3 ¡Grande es el Señor, nuestro Dios!
(Salmo 95:1-3a)

¡Hoy es día de alegría y júbilo! Levantemos nuestras voces con gozo en alabanza a nuestro Dios todopoderoso. Expresemos ante él el gozo que sentimos al ser sus hijos y nuestra gratitud por la salvación que nos ha dado. Adoremos de todo corazón a Dios, nuestro Señor.

Vengan a mí todos ustedes, los agotados de tanto trabajar, que yo los haré descansar.
(Mateo 11:28)

Si te sientes cansado y agotado, Cristo quiere aliviar tu dolor. Él quiere llenar tu corazón de esperanza, dándote una nueva perspectiva. Aprovecha este momento y la oportunidad de entrar en su presencia para recibir el descanso que necesitas.

¡Cuán bueno es alabarte, Señor!
Bueno es, Altísimo, cantar salmos a tu nombre,
2 anunciar tu misericordia por la mañana,
y tu fidelidad todas las noches,
3 en el decacordio y en el salterio,
y con tono suave en el arpa.
(Salmo 92:1-3)

¡Es bueno estar en la presencia del Señor! ¡Es bueno alabar a nuestro Señor! Cantemos juntos y alabemos a nuestro Dios de todo corazón en este día. Abramos nuestros corazones a su presencia, ¡Dios es bueno!

¡Aclamen al Señor, porque él es bueno;
porque su misericordia es eterna.
(1 Crónicas 16:34)

¡Dios es bueno! ¡Él es el motivo de nuestra alabanza y gratitud! Su amor es inmenso e inexplicable. Demósle gracias y adorémosle de todo corazón. Él es el único digno de nuestra adoración.

Tú cambias mis lágrimas en danza;
me quitas la tristeza y me rodeas de alegría,
12 para que cante salmos a tu gloria.
Señor, mi Dios: ¡no puedo quedarme callado!
¡siempre te daré gracias!
(Salmo 30:11-12)

Gracias a Dios, nuestra tristeza se convirtió en alegría y nuestro dolor en esperanza. ¡Que nuestra boca sea instrumento de alabanza y agradecimiento a él en este servicio! ¡Demos gracias al Señor y alabémoslo porque él realmente nos ha transformado!

¡Alaben al SEÑOR, naciones todas!
¡Pueblos todos, alábenle!
2 Porque ha engrandecido sobre nosotros su misericordia,
y la verdad del SEÑOR es para siempre. ¡Aleluya!
(Salmo 117)

Alabemos hoy a Dios reconociendo su grandeza, su amor y su misericordia. No hay nadie como nuestro Dios, adoremos su nombre con todo nuestro ser. Deja de lado tus preocupaciones y concéntrate en la misericordia de Dios sobre ti. Canta aleluya al Señor en este día.

¡Vengan y volvámonos al SEÑOR! Porque él arrebató pero nos sanará; él hirió pero nos vendará. 2 Él nos dará vida después de dos días; al tercer día nos levantará y viviremos delante de él.
(Oseas 6:1-2)

Dios nos corrige para nuestro bien. Gracias a su misericordia, recibimos corrección y perdón. Que este momento sea para nosotros la oportunidad de reconciliarnos con Dios. ¡Él quiere restaurarnos en este tiempo!

Espera en el SEÑOR.
Esfuérzate y aliéntese tu corazón. ¡Sí, espera en el SEÑOR!
(Salmo 27:14)

¡Dios es la razón de nuestra esperanza! Nuestro corazón alaba y exulta al Señor. Este servicio es el momento perfecto para alabar a Dios, porque él ciertamente actuará. Y si Dios es por nosotros, ¿quién podrá estar contra nosotros? Abre tu corazón, adora al Señor y espera en él, porque él obrará.

Te exaltaré, mi Dios y Rey;
por siempre bendeciré tu nombre.
Todos los días te bendeciré;
por siempre alabaré tu nombre.
(Salmo 145:1-2)

Exaltemos al Señor, adoremos a nuestro Dios de todo corazón. Que nuestras alabanzas lleguen a su trono como olor fragante. Abre tu corazón a Dios en este día y alábale con todo tu ser.

¡Aleluya!
¡Alaben a Dios en su santuario!
¡Alábenle en su poderoso firmamento!
2 ¡Alábenle por sus proezas!
¡Alábenle por su inmensa grandeza!
3 ¡Alábenle con toque de corneta! ¡Alábenle con lira y arpa!
4 ¡Alábenle con panderos y danza! ¡Alábenle con instrumentos
de cuerda y flauta!
5 ¡Alábenle con címbalos resonantes! ¡Alábenle con címbalos de júbilo!
6 ¡Todo lo que respira alabe al SEÑOR! ¡Aleluya!
(Salmo 150)

¡Vamos todos, alabemos al Señor! Dios ha hecho maravillas entre nosotros. Vamos a darle las gracias con gozo. Nuestro Dios merece todo nuestro agradecimiento. ¡Demos gracias al Señor todos juntos a una sola voz!

Entren por sus puertas con acción
de gracias,
por sus atrios con alabanza.
Denle gracias; bendigan su nombre
5 porque el SEÑOR es bueno.
Para siempre es su misericordia,
y su fidelidad por todas
las generaciones.
(Salmo 100:4-5)

¡Hoy es día de celebración y de alabanza a Dios! Levantemos nuestras voces como instrumentos de alabanza, mostrándole a Dios nuestro agradecimiento sincero y reconociéndolo como nuestro Rey y Señor.

Pero la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre busca a tales que lo adoren. 24 Dios es espíritu; y es necesario que los que le adoran, lo adoren en espíritu y en verdad.
(Juan 4:23-24)

¡Nuestro Padre busca verdaderos adoradores! Trae tu corazón ante el altar y derrama toda tu alabanza como una suave ofrenda a Dios. Adoremos a nuestro Señor en espíritu y en verdad.

Acerquémonos, pues, con confianza al trono de la gracia para que alcancemos misericordia y hallemos gracia para el oportuno socorro.
(Hebreos 4:16)

La misericordia de Dios es el motivo de nuestra alabanza. Cuando estábamos débiles y abatidos, él nos levantó. Nuestro Dios exhorta, pero también restaura. Alabémosle, porque su misericordia nos ha alcanzado.

Alaba, alma mía, al Señor;
alabe todo mi ser su santo nombre.
Alaba, alma mía, al Señor,
y no olvides ninguno de sus beneficios.
(Salmo 103:1-2)

Recordemos hoy todas las bendiciones que hemos recibido del Señor y elevemos cánticos y oraciones de gratitud y alabanza a Dios. Solo él es digno de recibir nuestra adoración.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito para que todo aquel que en él cree no se pierda mas tenga vida eterna.
(Juan 3:16)

¡Somos fruto del amor del Padre, somos resultado del precio pagado por el Hijo! Que esta verdad de Juan 3:16 quede grabada en nuestros corazones. Adoremos al Señor con corazones llenos de gratitud por su gran amor y la vida eterna que tenemos en él.

Ámense los unos a los otros con amor fraternal, respetándose y honrándose mutuamente.
(Romanos 12:10)

Que este sea un tiempo de amor y comunión. Cuando nos amamos unos a otros, nos alcanza de forma especial el amor sublime de Dios. Alabemos a Dios con corazones llenos de amor por él y por nuestros hermanos.

En mi corazón he guardado tus dichos para no pecar contra ti.
12 ¡Bendito seas tú, oh SEÑOR!
Enséñame tus leyes.
(Salmo 119:11-12)

Nuestro Dios es maravilloso. En este momento de meditación de la Palabra, Dios se nos revela en cada versículo. La Palabra de Dios es buena y eficaz, exhorta, enseña, corrige, pero también dirige. ¡Sigamos todos los preceptos del Señor!

Adoren al SEÑOR en la hermosura
de la santidad;
tiemble ante su presencia
toda la tierra.
(Salmo 96:9)

¡Que toda la tierra escuche a través de nuestras vidas que Jesucristo es el Señor! ¡Adoremos con todo nuestro ser! Dios es el motivo de nuestro canto y de nuestra alegría.

Den gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para ustedes en Cristo Jesús.
(1 Tesalonicenses 5:18)

Estar agradecido con Dios es reconocer de corazón lo que él ha hecho por nosotros. Cuanto más damos gracias, más nos gozamos en Dios. Este es el motivo de nuestra alabanza y gratitud: ¡Dios ha hecho más de lo que le pedimos!

¡Canten al SEÑOR un cántico nuevo! ¡Canten al SEÑOR, toda la tierra!

2 Canten al SEÑOR; bendigan su nombre.
Anuncien de día en día su salvación.
3 Cuenten entre las naciones su gloria, entre todos los pueblos sus maravillas;
4 porque grande es el SEÑOR
y digno de suprema alabanza.
(Salmo 96:1-4a)

¡Proclamemos las maravillas del Señor! ¡Todos necesitan saber que el que estaba en la cruz está vivo! ¡Cristo vive! Él resucitó, está vivo y vive en nosotros.

A estos, Dios ha querido dar a conocer cuáles son las riquezas de la gloria de este misterio entre las naciones, el cual es: Cristo en ustedes, la esperanza de gloria. 28 A él anunciamos nosotros, amonestando a todo hombre y enseñando a todo hombre con toda sabiduría, a fin de que presentemos a todo hombre perfecto en Cristo Jesús.
(Colosenses 1:27-28)

Dios derramó salvación para todos y así fuimos alcanzados. ¡Proclamemos a Cristo, para que todos puedan tener la extraordinaria oportunidad de ser transformados por el Salvador!

Vengan, postrémonos reverentes, doblemos la rodilla ante el Señor nuestro Hacedor. Porque él es nuestro Dios y nosotros somos el pueblo de su prado; ¡somos un rebaño bajo su cuidado!
(Salmo 95:6-7)

Adoremos hoy a Dios con actitud reverente y con corazones llenos de gozo. Dios ha hecho mucho a nuestro favor y, gracias a él, tenemos dirección en esta vida y somos salvos por la eternidad. Elevemos cánticos de júbilo a nuestro Señor.

El Señor es mi fuerza y mi escudo;
mi corazón en él confía;
de él recibo ayuda.
Mi corazón salta de alegría,
y con cánticos le daré gracias.
(Salmo 28:7)

Demos gracias a Dios por su cuidado sobre cada uno de nosotros. Recordemos hoy todo lo que Dios ha hecho por nosotros y adoremos su nombre con corazones llenos de gozo y de gratitud.

Que te alaben, oh Dios, los pueblos;
que todos los pueblos te alaben.
Alégrense y canten con júbilo las naciones,
porque tú las gobiernas con rectitud;
¡tú guías a las naciones de la tierra! Selah
Que te alaben, oh Dios, los pueblos;
que todos los pueblos te alaben.
(Salmo 67:3-5)

Desde nuestro pueblo levantamos cánticos de adoración a Dios. Cantemos con júbilo a nuestro Señor, demos testimonio a este pueblo y a este país, de todo lo que Dios ha hecho por nosotros.

Tributen al Señor la gloria que merece su nombre; póstrense ante el Señor en su santuario majestuoso.
(Salmo 29:2)

No hay nadie como nuestro Dios, él es el único digno de nuestra adoración. Demos gloria al Señor en este día, alabemos a nuestro Padre celestial con todo nuestro ser.

Digno eres, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria, la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas; por tu voluntad existen y fueron creadas.
(Apocalipsis 4:11)

Nuestro Dios es el único digno de recibir toda la gloria, la honra y el poder. Demos gloria a nuestro Señor, adoremos su nombre con todo nuestro ser.

Quiero alabarte, Señor, con todo el corazón,
y contar todas tus maravillas.
Quiero alegrarme y regocijarme en ti,
y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo.
(Salmo 9:1-2)

¿Quieres alabar al Señor con todo el corazón? ¿Quieres contar a todo el mundo las maravillas que él ha hecho en tu vida? Levanta hoy tu voz con gozo y alaba el nombre de Dios, nuestro Salvador.

Oh Dios, tú eres mi Dios; yo te busco intensamente. Mi alma tiene sed de ti; todo mi ser te anhela, cual tierra seca, extenuada y sedienta.
(Salmo 63:1)

¿Tienes sed de Dios? ¿Anhelas intensamente sentir su presencia y ver cómo él sacia tu sed? Abre hoy tu corazón para recibir todo lo que Dios te quiere dar. Concéntrate en el Señor, él está aquí y quiere bendecirte.

Tuyos son, oh SEÑOR, la grandeza, el poder, la gloria, el esplendor y la majestad; porque tuyas son todas las cosas que están en los cielos y en la tierra. Tuyo es el reino, oh SEÑOR, y tú te enalteces como cabeza sobre todo.
(1 Crónicas 29:11)

Dios es nuestro Creador. Él es nuestro Rey y solo él merece ser exaltado y glorificado. Elevemos a Dios alabanzas, reconociendo su grandeza, su poder, su gloria, su esplendor y su majestad. ¡Exaltemos a nuestro Dios!

¡Aclamen alegres a Dios,
habitantes de toda la tierra!
Canten salmos a su glorioso nombre;
¡ríndanle gloriosas alabanzas!
(Salmo 66:1-2)

Adoremos a Dios con alegría. Cantemos salmos de alabanza a nuestro Dios todopoderoso. Solo él merece nuestra adoración. Recordemos hoy todas las bendiciones que hemos recibido de Dios y alabemos su nombre con gozo.

¡Alaba, alma mía, al Señor!
Señor mi Dios, tú eres grandioso;
te has revestido de gloria y majestad.
(Salmo 104:1)

Dios es grande, es glorioso y majestuoso. Pensemos hoy en la grandeza de Dios y en su amor por nosotros. Aun siendo tan grande y poderoso, nos ama eternamente y nos ha hecho sus hijos. Adoremos a Dios con gratitud en este día.

Aprende también Cómo animar a los hermanos de la iglesia

Otros artículos que te ayudarán a prepararte para el culto:

Equipo de Bibliaon
Equipo de Bibliaon
El Equipo Editorial de Bibliaon está compuesto por cristianos maduros, con varios años de experiencia en la enseñanza de la Biblia y la escritura, y un compromiso genuino con Jesús y la Palabra de Dios.