Salmo del Día
Un Salmo bíblico diario para inspirar y mejorar tu día.
Salmo de Hoy
Cuando Israel, el pueblo de Jacob, salió de Egipto, de un pueblo extraño,
Judá se convirtió en el santuario de Dios; Israel llegó a ser su dominio.
Al ver esto, el mar huyó; el Jordán se volvió atrás.
Las montañas saltaron como carneros, los cerros saltaron como ovejas.
¿Qué te pasó, mar, que huiste, y a ti, Jordán, que te volviste atrás?
¿Y a ustedes montañas, que saltaron como carneros? ¿Y a ustedes cerros, que saltaron como ovejas?
¡Tiembla, oh tierra, ante el Señor, tiembla ante el Dios de Jacob!
¡Él convirtió la roca en un estanque, el pedernal en manantiales de agua!
Salmo de Ayer
Oigan esto, pueblos todos; escuchen, habitantes todos del mundo,
tanto débiles como poderosos, lo mismo los ricos que los pobres.
Mi boca hablará con sabiduría; mi corazón se expresará con inteligencia.
Inclinaré mi oído a los proverbios; propondré mi enigma al son del arpa.
¿Por qué he de temer en tiempos de desgracia, cuando me rodeen inicuos detractores?
¿Temeré a los que confían en sus riquezas y se jactan de sus muchas posesiones?
Nadie puede salvar a nadie, ni pagarle a Dios rescate por la vida.
Tal rescate es muy costoso; ningún pago es suficiente.
Nadie vive para siempre sin llegar a ver la fosa.
Nadie puede negar que todos mueren, que sabios e insensatos perecen por igual, y que sus riquezas se quedan para otros.
Aunque tuvieron tierras a su nombre, sus tumbas serán su hogar eterno, su morada por todas las generaciones.
A pesar de sus riquezas, no perduran los mortales; al igual que las bestias, perecen.
Tal es el destino de los que confían en sí mismos; el final de los que se envanecen. Selah
Como ovejas, están destinados al sepulcro; hacia allá los conduce la muerte. Sus cuerpos se pudrirán en el sepulcro, lejos de sus mansiones suntuosas. Por la mañana los justos prevalecerán sobre ellos.
Pero Dios me rescatará de las garras del sepulcro y con él me llevará. Selah
No te asombre ver que alguien se enriquezca y aumente el esplendor de su casa,
porque al morir no se llevará nada, ni con él descenderá su esplendor.
Aunque en vida se considere dichoso, y la gente lo elogie por sus logros,
irá a reunirse con sus ancestros, sin que vuelva jamás a ver la luz.
A pesar de sus riquezas, no perduran los mortales; al igual que las bestias, perecen.
Salmo de Anteayer
¿Por qué se sublevan las naciones, y en vano conspiran los pueblos?
Los reyes de la tierra se rebelan; los gobernantes se confabulan contra el Señor y contra su ungido.
Y dicen: «¡Hagamos pedazos sus cadenas! ¡Librémonos de su yugo!»
El rey de los cielos se ríe; el Señor se burla de ellos.
En su enojo los reprende, en su furor los intimida y dice:
«He establecido a mi rey sobre Sión, mi santo monte».
Yo proclamaré el decreto del Señor : «Tú eres mi hijo», me ha dicho; «hoy mismo te he engendrado.
Pídeme, y como herencia te entregaré las naciones; ¡tuyos serán los confines de la tierra!
Las gobernarás con puño de hierro; las harás pedazos como a vasijas de barro».
Ustedes, los reyes, sean prudentes; déjense enseñar, gobernantes de la tierra.
Sirvan al Señor con temor; con temblor ríndanle alabanza.
Bésenle los pies, no sea que se enoje y sean ustedes destruidos en el camino, pues su ira se inflama de repente. ¡Dichosos los que en él buscan refugio!