Salmo del Día

Un Salmo bíblico diario para inspirar y mejorar tu día.

Salmo de Hoy

Canten al Señor con alegría, ustedes los justos; es propio de los íntegros alabar al Señor.

Alaben al Señor al son del arpa; entonen alabanzas con el decacordio.

Cántenle una canción nueva; toquen con destreza, y den voces de alegría.

La palabra del Señor es justa; fieles son todas sus obras.

El Señor ama la justicia y el derecho; llena está la tierra de su amor.

Por la palabra del Señor fueron creados los cielos, y por el soplo de su boca, las estrellas.

Él recoge en un cántaro el agua de los mares, y junta en vasijas los océanos.

Tema toda la tierra al Señor ; hónrenlo todos los pueblos del mundo;

porque él habló, y todo fue creado; dio una orden, y todo quedó firme.

El Señor frustra los planes de las naciones; desbarata los designios de los pueblos.

Pero los planes del Señor quedan firmes para siempre; los designios de su mente son eternos.

Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor , el pueblo que escogió por su heredad.

El Señor observa desde el cielo y ve a toda la humanidad;

él contempla desde su trono a todos los habitantes de la tierra.

Él es quien formó el corazón de todos, y quien conoce a fondo todas sus acciones.

No se salva el rey por sus muchos soldados, ni por su mucha fuerza se libra el valiente.

Vana esperanza de victoria es el caballo; a pesar de su mucha fuerza no puede salvar.

Pero el Señor cuida de los que le temen, de los que esperan en su gran amor;

él los libra de la muerte, y en épocas de hambre los mantiene con vida.

Esperamos confiados en el Señor ; él es nuestro socorro y nuestro escudo.

En él se regocija nuestro corazón, porque confiamos en su santo nombre.

Que tu gran amor, Señor , nos acompañe, tal como lo esperamos de ti.

Salmo 33

Salmo de Ayer

Pastor de Israel, tú que guías a José como a un rebaño, tú que reinas entre los querubines, ¡escúchanos! ¡Resplandece

delante de Efraín, Benjamín y Manasés! ¡Muestra tu poder, y ven a salvarnos!

Restáuranos, oh Dios; haz resplandecer tu rostro sobre nosotros, y sálvanos.

¿Hasta cuándo, Señor Dios Todopoderoso, arderá tu ira contra las oraciones de tu pueblo?

Por comida, le has dado pan de lágrimas; por bebida, lágrimas en abundancia.

Nos has hecho motivo de contienda para nuestros vecinos; nuestros enemigos se burlan de nosotros.

Restáuranos, oh Dios Todopoderoso; haz resplandecer tu rostro sobre nosotros, y sálvanos.

De Egipto trajiste una vid; expulsaste a los pueblos paganos, y la plantaste.

Le limpiaste el terreno, y ella echó raíces y llenó la tierra.

Su sombra se extendía hasta las montañas, su follaje cubría los más altos cedros.

Sus ramas se extendieron hasta el Mediterráneo y sus renuevos hasta el Éufrates.

¿Por qué has derribado sus muros? ¡Todos los que pasan le arrancan uvas!

Los jabalíes del bosque la destruyen, los animales salvajes la devoran.

¡Vuélvete a nosotros, oh Dios Todopoderoso! ¡Asómate a vernos desde el cielo y brinda tus cuidados a esta vid!

¡Es la raíz que plantaste con tu diestra! ¡Es el vástago que has criado para ti!

Tu vid está derribada, quemada por el fuego; a tu reprensión perece tu pueblo.

Bríndale tu apoyo al hombre de tu diestra, al ser humano que para ti has criado.

Nosotros no nos apartaremos de ti; reavívanos, e invocaremos tu nombre.

Restáuranos, Señor Dios Todopoderoso; haz resplandecer tu rostro sobre nosotros, y sálvanos.

Salmo 80

Salmo de Anteayer

Atiende, Señor , a mis palabras; toma en cuenta mis gemidos.

Escucha mis súplicas, rey mío y Dios mío, porque a ti elevo mi plegaria.

Por la mañana, Señor , escuchas mi clamor; por la mañana te presento mis ruegos, y quedo a la espera de tu respuesta.

Tú no eres un Dios que se complazca en lo malo; a tu lado no tienen cabida los malvados.

No hay lugar en tu presencia para los altivos, pues aborreces a todos los malhechores.

Tú destruyes a los mentirosos y aborreces a los tramposos y asesinos.

Pero yo, por tu gran amor puedo entrar en tu casa; puedo postrarme reverente hacia tu santo templo.

Señor , por causa de mis enemigos, dirígeme en tu justicia; empareja delante de mí tu senda.

En sus palabras no hay sinceridad; en su interior solo hay corrupción. Su garganta es un sepulcro abierto; con su lengua profieren engaños.

¡Condénalos, oh Dios! ¡Que caigan por sus propias intrigas! ¡Recházalos por la multitud de sus crímenes, porque se han rebelado contra ti!

Pero que se alegren todos los que en ti buscan refugio; ¡que canten siempre jubilosos! Extiéndeles tu protección, y que en ti se regocijen todos los que aman tu nombre.

Porque tú, Señor , bendices a los justos; cual escudo los rodeas con tu buena voluntad.

Salmo 5