Palabra del Día

Una palabra bíblica diaria para que recibas inspiración y para que tu día sea mejor.

Palabra de Hoy

El perdón puede cambiarte

El perdón es una fuerza increíble que puede transformar no solo a los demás, sino también a nosotros mismos. Cuando decidimos perdonar, somos amables y abrimos las puertas a cambios positivos en nuestras propias vidas.

La Biblia nos enseña que perdonar no es simplemente “dejar ir”, sino una oportunidad de mostrar el amor y la gracia que hemos recibido de Dios. Al liberar los malos sentimientos, permitimos que la compasión divina actúe dentro de nosotros. El perdón no es solo una acción, sino una actitud que refleja lo que aprendemos de las historias de Jesús.

Y cuando oren, si tienen algo contra alguien, perdónenlo, para que también su Padre que está en los cielos les perdone a ustedes sus ofensas. 26 Porque si ustedes no perdonan, tampoco su Padre que está en los cielos les perdonará a ustedes sus ofensas.
(Marcos 11:25-26)

Al perdonar, dejamos de lado nuestro orgullo y comenzamos a parecernos más a Jesús. Perdonar no es solo hacer un favor a otra persona, sino que es una forma de vivir lo que hemos aprendido del mensaje cristiano. Es imitar a Jesús, quien nos enseñó a perdonar y amar.

Además de liberar a quienes nos hacen daño, perdonar también nos libera de malos sentimientos que impiden nuestro crecimiento espiritual. Perdonar nos hace darnos cuenta de que hay áreas en nosotros que necesitan ser sanadas. El perdón no solo cambia a quienes lo reciben, sino que también nos transforma, llevándonos a ser más como Dios.

En última instancia, al perdonar, abrazamos la libertad que nos ofrece Jesús. Dejamos atrás el ciclo del dolor y hacemos espacio para una vida llena de lo que la fe nos propone. El perdón nos ayuda a ser mejores personas y nos empodera para ser agentes de cambio en el mundo, mostrando el amor divino en cada momento de reconciliación.

Palabra de Ayer

Un corazón limpio

¿Cuándo fue la última vez que examinaste tu corazón a la luz de lo que dice la Biblia? ¿Crees que está funcionando como debe?

Cuando la Biblia habla sobre el "corazón" se refiere también a nuestra voluntad y a nuestras emociones. Tal vez tu corazón está herido, triste, o quizás sientes que está sucio o lleno de confusión.

Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva la firmeza de mi espíritu.
(Salmo 51:10)

Nuestras emociones son como una montaña rusa, llena de altibajos. En el Salmo 51:10, la Biblia nos muestra cómo podemos pedirle a Dios que nos ayude con nuestras emociones.

Cuando decimos: "Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio", le estamos pidiendo al Señor que nos ayude a ser mejores por dentro, eliminando las cosas que no son buenas como la ira o la tristeza que nos hacen daño. Y cuando pedimos "renueva la firmeza de mi espíritu", estamos pidiendo un corazón fuerte, capaz de afrontar las cosas difíciles, sin caer.

Por eso, cuando sentimos que estamos en una montaña rusa emocional, podemos orar a Dios para pedirle que nos ayude a tener un corazón más claro y un espíritu más firme. Dios puede transformar nuestros sentimientos, aportando paz y estabilidad, como una base sólida que nos ayuda a afrontar los altibajos de la vida.

Cuando en mí la angustia iba en aumento,
tu consuelo llenaba mi alma de alegría.
(Salmo 94:19)

Recibe la paz de Dios y calma tu corazón.

La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden.
(Juan 14:27)

Dios quiere purificar, estabilizar y fortalecer tu corazón hoy mismo. Permite que lo haga.

Palabra de Anteayer

Poder para vencer

Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.
(Ezequiel 36:27)

A veces nos escudamos tras el "no puedo", especialmente cuando luchamos contra un pecado recurrente. Sin embargo, debemos recordar que no luchamos solos contra nuestras debilidades o tentaciones. Los hijos de Dios contamos con el Espíritu Santo que mora en nosotros y nos da poder para vencer. Al mantenernos firmes en el Señor y permitir que el Espíritu Santo nos guíe, somos fuertes y logramos andar en obediencia.

Toma hoy un momento para evaluar tu corazón. ¿Estás permitiendo que el Espíritu Santo te ayude a vivir en obediencia a Dios y a guardar sus mandamientos? ¿Vives la vida victoriosa en Cristo, porque él reina en tu corazón? Si es así, prepárate hoy para vencer en su nombre. Llena tu corazón del Señor y rechaza todo lo que te aparta de él.

Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.
(2 Timoteo 1:7)

Fortalécete en el Señor y vive cada día con él. No permitas que el enemigo te engañe diciendo que no puedes. Tú sí puedes, porque eres de Cristo y tu fortaleza viene de él. En él tienes poder para vencer, amor para dar y dominio propio para decir "no" a todo lo que va en contra del Señor. Sé un buen embajador de Cristo donde quiera que vas y muestra a todos la obra que el Espíritu Santo hace en ti y puede hacer en ellos.

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