Palabra del Día

Una palabra bíblica diaria para que recibas inspiración y para que tu día sea mejor.

Palabra de Hoy

Este milagro es para ti

¡Dios quiere realizar un gran milagro en tu vida! El milagro más grande que Dios realiza es el de transformar tu interior. ¡Por el poder de Jesús, puedes pasar de ser una persona perdida, desesperada, egoísta, ansiosa y triste a una persona salva, alegre, esperanzada, altruista y confiada! Simplemente, cree en Jesús y déjalo actuar en tu vida.

Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!
(2 Corintios 5:17)

¡Cristo hace todo nuevo! El pasado queda atrás y él siempre ofrece una nueva oportunidad. Dios desea que te acerques a él y que permitas que él sane tus heridas y te ayude a ser la persona que él desea que seas. Solo tienes que decirle que te arrepientes de tus errores pasados y que abres tu corazón a su perdón y su amor.

Comienza a vivir conforme a su voluntad, guiado por la Palabra de Dios. Él te acompañará cada día y guiará tus pasos para que vivas tu nueva vida en él.

Con respecto a la vida que antes llevaban, se les enseñó que debían quitarse el ropaje de la vieja naturaleza, la cual está corrompida por los deseos engañosos; 23 ser renovados en la actitud de su mente; 24 y ponerse el ropaje de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios, en verdadera justicia y santidad.
(Efesios 4:22-24)

Palabra de Ayer

Una oportunidad única

Dios nos ofrece una única vida. Esta es una oportunidad que no podemos desaprovechar para vivir de la mejor forma posible. Deja de lado las cosas de menor importancia. Vive de forma recta, como si fuese tu último día. Encuentra en Jesús la vida de paz, la seguridad y felicidad que el mundo no te puede dar.

Dios tiene un plan maravilloso para cada uno de nosotros. ¿Ya has descubierto ese plan para tu vida?

Y ésta es la voluntad de mi Padre: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo lo resucitaré en el día final.
(Juan 6:40)

Sobre todas las cosas, el deseo de Dios para ti es que te acerques a él para tener una relación personal. Dios no desea ser solamente una referencia histórica o religiosa para ti. Él desea ser tu Padre, tu amigo, aquel a quien acudes para compartir tus alegrías, tus tristezas y tus ilusiones.

Por eso, si todavía no lo has hecho, aprovecha la oportunidad que te ofrece este día y dile a Jesús que crees en él como tu Señor y Salvador y que deseas vivir conforme a su voluntad de hoy en adelante.

Si él ya es tu amigo y Salvador, renueva tus fuerzas en él y tu compromiso de servirle. Dale las gracias por su propósito para tu vida y por los planes que él tiene para ti. Confía en que, con él, recibirás bendición para esta vida y por toda la eternidad.

Porque yo conozco los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.
(Jeremías 29:11)

Puedes leer también:

Palabra de Anteayer

Refúgiate en el Señor

Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.
Por eso no temeremos aunque la tierra tiemble,
aunque los montes se derrumben
en el corazón del mar,
aunque sus aguas rujan y echen espuma,
y se estremezcan los montes por su braveza. Selah
(Salmo 46:1-3)

Es parte normal de la vida enfrentar momentos difíciles: enfermedades, malentendidos con gente que amamos, problemas laborales, dificultades financieras y muchas otras cosas más. Son situaciones que se presentan en la vida sin avisar y alteran todo.

Cada una de esas circunstancias intenta quitarnos nuestra paz, ponernos nerviosos y hasta en algunos momentos hacernos sentir desesperados. Sin embargo, debemos recordar que como hijos de Dios, contamos con la ayuda y la presencia del Dios Todopoderoso.

El Señor Todopoderoso está con nosotros;
nuestro refugio es el Dios de Jacob. Selah
(Salmo 46:7)

¡No lo olvides! Siempre puedes llevar tus ansiedades ante Dios y refugiarte en él. No hay ningún problema en este mundo que sea más grande que nuestro Dios. Confía en él y en su poder. Acércate a él en oración y haz lo que él ponga en tu corazón para hacer. Verás que cuando te refugias en el Señor tu perspectiva sobre la situación cambia y comienzas a experimentar su paz en medio de la tormenta.