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La Biblia nos enseña que todos los pecados pueden ser perdonados, excepto la blasfemia contra el Espíritu Santo. Pero, ¿qué quiere decir eso realmente?
Blasfemar significa mostrar desprecio o rechazo hacia Dios. En el caso del Espíritu Santo, se trata de algo aún más serio: es rechazar de forma consciente y persistente su obra en nuestras vidas. El Espíritu Santo es quien nos convence del pecado, nos guía al arrepentimiento y nos acerca al perdón que Dios ofrece. Rechazarlo es rechazar el camino que lleva a la reconciliación con Dios.
Este no es un pecado que se comete por accidente ni por ignorancia. Es el resultado de un corazón que, viendo claramente la verdad de Dios, decide endurecerse y rechazarla. Es atribuir lo que viene de Dios al maligno, como hicieron los fariseos cuando dijeron que Jesús expulsaba demonios por el poder de Satanás (Mateo 12:22-37).
¿Cómo puedo saber si he blasfemado contra el Espíritu Santo?
Tal vez te has hecho esta pregunta. Si sientes preocupación por haber cometido este pecado, eso ya es una buena señal. Quien de verdad ha blasfemado contra el Espíritu Santo no muestra ningún deseo de arrepentirse ni de acercarse a Dios. La inquietud en tu corazón indica que el Espíritu Santo sigue obrando en ti y te está llamando al arrepentimiento.
Este pecado no es un tropiezo ni una duda pasajera. Es una decisión constante y firme de rechazar a Dios. Pero si hay en ti un deseo sincero de arrepentimiento y de buscar a Dios, puedes tener la seguridad de que no has cometido ese pecado.
Confía en la gracia de Dios. Él perdona a todos los que se arrepienten con sinceridad. Acércate a él con humildad y permite que el Espíritu Santo te guíe día a día.
¿Por qué este pecado no tiene perdón?
Jesús dijo claramente que todo pecado puede ser perdonado, pero la blasfemia contra el Espíritu Santo, no. ¿Por qué? Porque este pecado es un rechazo directo y deliberado a la obra del Espíritu quien nos lleva al arrepentimiento.
Cuando alguien rechaza repetidamente esa acción del Espíritu Santo, termina cerrando su corazón por completo. Y sin arrepentimiento, no hay perdón posible. No es que Dios no quiera perdonar, sino que la persona rechaza el único camino que conduce al perdón.
No se trata de una duda honesta o una etapa difícil. Es un estado de rechazo consciente, como el de los fariseos que, a pesar de ver los milagros de Jesús, dijeron que venían del diablo y no de Dios.
Ejemplos bíblicos de blasfemia contra el Espíritu Santo
La Biblia nos da ejemplos de personas que resistieron y rechazaron la obra del Espíritu Santo:
- Los líderes religiosos que se oponían constantemente a Dios (Hechos 7:51): Esteban confrontó a los líderes por resistir siempre al Espíritu Santo. Esa resistencia continua puede llevar a un rechazo total de Dios, lo cual es una forma de blasfemia.
- Acusaron a Jesús de obrar con poder demoníaco (Mateo 12:22-37): En lugar de reconocer que el poder de Jesús venía de Dios, los fariseos afirmaban que él expulsaba demonios por el poder de Satanás.
Explicación del pasaje que habla sobre la blasfemia contra el Espíritu Santo
El pasaje bíblico en el que Jesús habla sobre este pecado está en los Evangelios, en Mateo 12:22-32, Marcos 3:20-30, Lucas 11:14-20 y 12:8-10.
Jesús acababa de sanar a un endemoniado que estaba ciego y mudo. La gente estaba muy asombrada al ver el poder sanador de Dios obrar por medio de Jesús. Sin embargo, los fariseos dijeron que Jesús había hecho la expulsión de los demonios por medio de Beelzebú, príncipe de los demonios. Negaron el poder de Dios y se lo atribuyeron al diablo.
Jesús dijo a los fariseos lo siguiente: «Ahora bien, si yo expulso a los demonios por medio de Beelzebú, ¿los seguidores de ustedes por medio de quién los expulsan? Por eso ellos mismos los juzgarán a ustedes. Pero si expulso a los demonios por medio del Espíritu de Dios, eso significa que el reino de Dios ha llegado a ustedes.». Pero el corazón de ellos estaba muy endurecido.
Aun viendo las obras poderosas que hacía Jesús y oyendo sus palabras transformadoras, los fariseos eligieron rechazarlo. ¡No reconocieron que el reino de Dios se había acercado a ellos! Acusaron a Jesús de estar poseído por demonios y asignaron al diablo la gloria que solo pertenecía a Dios.
¿Cuál fue la respuesta de Jesús? «El que no está de mi parte está contra mí; y el que conmigo no recoge esparce. Por eso digo que a todos se les podrá perdonar todo pecado y toda blasfemia, pero la blasfemia contra el Espíritu no se le perdonará a nadie. A cualquiera que pronuncie alguna palabra contra el Hijo del hombre se le perdonará, pero el que hable contra el Espíritu Santo no tendrá perdón ni en este mundo ni en el venidero» (Mateo 12:30-32).
Vemos que quien blasfema contra el Espíritu Santo cierra su espíritu completamente a la obra de Dios. Como los fariseos, puede ver una y otra vez muestras del amor y del poder de Dios, pero decide ignorarlas y rechazarlas tajantemente y de todo corazón.
El Espíritu Santo nos recuerda las palabras de Jesús, convence al mundo de pecado, nos guía en la verdad y nos empodera para vivir la vida en Cristo. Si una persona rechaza con convicción la obra de Dios por medio del Espíritu Santo, no podrá experimentar ninguna de estas cosas.
¿Puedo blasfemar contra el Espíritu Santo sin querer?
Si has entregado tu vida a Jesús, te has arrepentido de tus pecados y buscas obedecerlo y agradarlo en todo momento, eres su hijo por siempre. No puedes cometer este pecado si has abierto tu corazón al mover de Dios. ¿Por qué? Porque este pecado implica no creer en el poder de Dios. Si sirves a Dios, crees en él y en su poder manifestado por medio de su Espíritu.
La blasfemia contra el Espíritu Santo surge de un corazón convencido de que no necesita a Dios. Lo cometen los que endurecen su corazón contra él, lo rechazan y no reconocen el mover del Espíritu Santo en el mundo.
Si sientes tristeza por algún pecado o tienes miedo de haber blasfemado contra el Espíritu Santo en algún momento, acércate a Dios en oración y recibe su perdón. El hecho de que te sientas así demuestra que amas a Dios y deseas vivir dentro de su voluntad.
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