23 versículos de esperanza para animarte cuando más lo necesites


Todos necesitamos tener esperanza, ese ánimo o empuje de saber que veremos nuestros deseos cumplidos. Como cristianos, nuestra esperanza está puesta en Dios. La esperanza en él nos libera del miedo al futuro y de la incertidumbre. Sabemos que nuestro Dios es bueno, nos conoce y podemos confiar en que nos dará la fortaleza necesaria para enfrentar las dificultades que nos traiga la vida (Nahum 1:7).

¡Recibe ánimo hoy al recordar la esperanza eterna que tienes en Jesús!

1. La base de tu esperanza

¡Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo! Por su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo mediante la resurrección de Jesucristo, para que tengamos una esperanza viva. -1 Pedro 1:3

¡Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo! Por su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo mediante la resurrección de Jesucristo, para que tengamos una esperanza viva.
(1 Pedro 1:3)

Alaba hoy a Dios por el sacrificio que Jesús hizo por amor a ti. Es por su misericordia que tienes nueva vida, agradécele hoy por la esperanza de vida eterna que tienes gracias a él.

2. Certeza para el futuro

Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.
(Jeremías 29:11)

Aférrate hoy a las promesas de Dios. Sus planes para tu vida son de bienestar y en él estás seguro por siempre. ¡Renueva hoy tu esperanza y glorifica a tu Padre celestial!

3. Elige lo mejor

Tú, Soberano Señor, has sido mi esperanza; en ti he confiado desde mi juventud. - Salmo 71:5

Tú, Soberano Señor, has sido mi esperanza; en ti he confiado desde mi juventud.
(Salmo 71:5)

Mientras más pronto pongas tu confianza en Dios, mejor. Como hijo de Dios no estás exento de problemas, pero es lindo saber que no caminas solo. Dios es el compañero fiel siempre presente, tu ayuda en todo momento. ¡Pon tu esperanza en él!

4. El resultado de la adversidad

... porque sabemos que el sufrimiento produce perseverancia; la perseverancia, entereza de carácter; la entereza de carácter, esperanza. Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado.
(Romanos 5:3b-5)

Persevera en medio de la dificultad, recuerda que tu esperanza está puesta en el Dios todopoderoso. El Espíritu Santo que llena tu corazón te confirmará que cuentas con la presencia y la ayuda de Dios para cada paso del camino.

5. Rechaza la angustia

¿Por qué voy a inquietarme? ¿Por qué me voy a angustiar? En Dios pondré mi esperanza, y todavía lo alabaré. ¡Él es mi Salvador y mi Dios! - Salmo 42:11

¿Por qué voy a inquietarme? ¿Por qué me voy a angustiar? En Dios pondré mi esperanza, y todavía lo alabaré. ¡Él es mi Salvador y mi Dios!
(Salmo 42:11)

No te desanimes, ¡Dios no se ha olvidado de ti! Confía en él, pon tu esperanza en él. En el momento preciso recibirás la respuesta anhelada. No te dejes vencer por la angustia y el pesar, recuerda en quien esperas: en el Dios todopoderoso, tu Señor y Salvador.

6. Llénate hasta rebosar

Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a ustedes que creen en él, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo.
(Romanos 15:13)

La esperanza que tienes en Dios por el poder del Espíritu Santo llenará de alegría y paz tu corazón. Es tanta que sentirás deseos de saltar. Recuerda hoy las promesas lindas que encuentras en la Palabra de Dios y permite que renueven tus fuerzas y te llenen de paz.

7. Corazón tranquilo

Vivirás tranquilo, porque hay esperanza; estarás protegido y dormirás confiado. - Job 11:18

Vivirás tranquilo, porque hay esperanza; estarás protegido y dormirás confiado.
(Job 11:18)

Aún en medio de enfermedades y problemas, como le sucedió a Job, nadie te podrá quitar la esperanza que tienes en Dios. Refúgiate siempre en el Señor y confía en su poder y en su amor por ti. Dormirás bien y seguirás adelante, día tras día, porque tu corazón estará tranquilo y confiado.

8. La muerte no es el fin

Hermanos, no queremos que ignoren lo que va a pasar con los que ya han muerto, para que no se entristezcan como esos otros que no tienen esperanza. ¿Acaso no creemos que Jesús murió y resucitó? Así también Dios resucitará con Jesús a los que han muerto en unión con él.
(1 Tesalonicenses 4:13-14)

En Cristo no solo tienes esperanza para esta vida, sino que, gracias a su muerte y resurrección, tienes la esperanza de la vida eterna. Alégrate, pues vivirás por la eternidad al lado de Jesús, sin enfermedad, sin lágrimas y sin dolor (Apocalipsis 21:4).

9. Dios es fiel

Mantengamos firme la esperanza que profesamos, porque fiel es el que hizo la promesa. - Hebreos 10:23

Mantengamos firme la esperanza que profesamos, porque fiel es el que hizo la promesa.

Recuerda hoy que Dios es fiel y siempre cumple lo que promete. Confía en su compañía y recibe de él las fuerzas necesarias para seguir adelante. ¡Él no te fallará, confía siempre en él!

Salmo 146:5-6

Dichoso aquel cuya ayuda es el Dios de Jacob, cuya esperanza está en el Señor su Dios, creador del cielo y de la tierra, del mar y de todo cuanto hay en ellos, y que siempre mantiene la verdad.

Efesios 1:18-19a

Pido también que les sean iluminados los ojos del corazón para que sepan a qué esperanza él los ha llamado, cuál es la riqueza de su gloriosa herencia entre los santos, y cuán incomparable es la grandeza de su poder a favor de los que creemos.

Romanos 5:1-2

En consecuencia, ya que hemos sido justificados mediante la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. También por medio de él, y mediante la fe, tenemos acceso a esta gracia en la cual nos mantenemos firmes. Así que nos regocijamos en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios.

Tito 3:5b-7

Nos salvó mediante el lavamiento de la regeneración y de la renovación por el Espíritu Santo, el cual fue derramado abundantemente sobre nosotros por medio de Jesucristo nuestro Salvador. Así lo hizo para que, justificados por su gracia, llegáramos a ser herederos que abrigan la esperanza de recibir la vida eterna.

Romanos 12:12

Alégrense en la esperanza, muestren paciencia en el sufrimiento, perseveren en la oración.

Salmo 119:81

Esperando tu salvación se me va la vida. En tu palabra he puesto mi esperanza.

Salmo 5:3

Por la mañana, Señor, escuchas mi clamor; por la mañana te presento mis ruegos, y quedo a la espera de tu respuesta.

Salmo 33:17-19

Vana esperanza de victoria es el caballo; a pesar de su mucha fuerza no puede salvar. Pero el Señor cuida de los que le temen, de los que esperan en su gran amor; él los libra de la muerte, y en épocas de hambre los mantiene con vida.

Salmo 39:7

Y ahora, Señor, ¿qué esperanza me queda? ¡Mi esperanza he puesto en ti!

Hechos 2:25-27

En efecto, David dijo de él: “Veía yo al Señor siempre delante de mí, porque él está a mi derecha para que no caiga. Por eso mi corazón se alegra, y canta con gozo mi lengua; mi cuerpo también vivirá en esperanza. No dejarás que mi vida termine en el sepulcro; no permitirás que tu santo sufra corrupción.

1 Timoteo 4:10

En efecto, si trabajamos y nos esforzamos es porque hemos puesto nuestra esperanza en el Dios viviente, que es el Salvador de todos, especialmente de los que creen.

1 Timoteo 6:17

A los ricos de este mundo, mándales que no sean arrogantes ni pongan su esperanza en las riquezas, que son tan inseguras, sino en Dios, que nos provee de todo en abundancia para que lo disfrutemos.

Hebreos 10:22-23

Acerquémonos, pues, a Dios con corazón sincero y con la plena seguridad que da la fe, interiormente purificados de una conciencia culpable y exteriormente lavados con agua pura. Mantengamos firme la esperanza que profesamos, porque fiel es el que hizo la promesa.

1 Pedro 3:14-16

¡Dichosos si sufren por causa de la justicia! «No teman lo que ellos temen, ni se dejen asustar». Más bien, honren en su corazón a Cristo como Señor. Estén siempre preparados para responder a todo el que les pida razón de la esperanza que hay en ustedes. Pero háganlo con gentileza y respeto, manteniendo la conciencia limpia, para que los que hablan mal de la buena conducta de ustedes en Cristo se avergüencen de sus calumnias.

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