7 palabras bíblicas de consuelo para los que sufren


Cuando pasamos por tiempos de sufrimiento, necesitamos una palabra que consuele nuestro corazón. Muchas veces el consuelo que se nos ofrece no es suficiente. Necesitamos algo más profundo, y la Palabra de Dios puede consolarnos.

La Biblia ofrece las palabras de consuelo que necesitas en esos momentos difíciles. Si amas a Jesús y estás sufriendo, estas palabras son para ti.

1. El llanto no es para siempre

Porque solo un instante dura su enojo, pero su buena voluntad, toda una vida. Si por la noche hay llanto, por la mañana habrá gritos de alegría. (Salmo 30:5)

Porque solo un instante dura su enojo,
pero su buena voluntad, toda una vida.
Si por la noche hay llanto,
por la mañana habrá gritos de alegría.
(Salmo 30:5)

El llanto puede durar una noche, pero la alegría vendrá por la mañana. En Jesús, la tristeza es temporal y la alegría es eterna. Cristo sufrió en la cruz, pero su sufrimiento no duró para siempre. Sufrió por un espacio de tiempo, para que nuestro dolor tampoco dure para siempre. Puede que sea difícil lo que sufres en este momento, pero Dios será glorificado en tu vida. Permanece firme, porque la mañana llegará.

2. Una palabra de consuelo en medio de la enfermedad

El Señor está cerca de los quebrantados de corazón, y salva a los de espíritu abatido. (Salmo 34:18)

El Señor está cerca de los quebrantados de corazón,
y salva a los de espíritu abatido.
(Salmo 34:18)

El sufrimiento no es señal de que Dios te ha abandonado. Él todavía te ama y se preocupa por ti. Incluso cuando no lo sientas, él está contigo y no te dejará. No te desanimes, recuerda que no estás solo. Habla con Dios: lleva tus cargas ante él con sinceridad. Él quiere darte su paz y animar tu espíritu. ¡Dios está de tu lado!

3. Una palabra de consuelo en la tristeza

Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación. (Mateo 5:4)

Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.
(Mateo 5:4)

¿Sientes tristeza y sientes dolor? El alivio llegará, tu sufrimiento no durará para siempre. No pierdas la esperanza, Dios pondrá fin a tu sufrimiento y restaurará todas las cosas. Aun durante la espera, él no te deja, sino que está contigo. Disfruta de su presencia, habla con Dios y permite que él seque tus lágrimas.

4. Dios obrará y cambiará tu situación

Porque vienen días —afirma el Señor—, cuando yo haré volver del cautiverio a mi pueblo Israel y Judá; los traeré a la tierra que di a sus antepasados y la poseerán, afirma el Señor. (Jeremías 30:3)

Porque vienen días —afirma el Señor—, cuando yo haré volver del cautiverio a mi pueblo Israel y Judá; los traeré a la tierra que di a sus antepasados y la poseerán, afirma el Señor.
(Jeremías 30:3)

Solo Dios puede cambiar las situaciones que estás enfrentado en este momento, ¡él es soberano! Confía en el Señor. Cada tormenta y sufrimiento es fugaz, terminará antes de lo que imaginas. En este pasaje bíblico, Israel y Judá estaban pasando por momentos de tribulación, pero Dios cambió la suerte de su pueblo. Créelo con fe, ¡Dios también cambiará tu suerte!

5. Jesús ya venció y tú también vencerás

Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo. (Juan 16:33)

Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.
(Juan 16:33)

Jesús comprende tu sufrimiento. Él también sufrió de muchas maneras durante su vida aquí en la tierra y sabe lo difícil que es. Pero cuando resucitó, Jesús venció todo el sufrimiento. Por lo tanto, puedes confiar en Jesús e ir ante su presencia para entregarle tu dolor y tus problemas. Él te dará la victoria sobre el sufrimiento. ¡No te rindas!

6. La oración es un buen remedio

La oración de fe sanará al enfermo y el Señor lo levantará. (Santiago 5:15a)

La oración de fe sanará al enfermo y el Señor lo levantará.
(Santiago 5:15a)

La oración es una buena aliada para afrontar las enfermedades. A través de la oración podemos obtener la sanidad y también el perdón. La oración mueve el corazón de Dios y nos acerca a él. Pueden surgir enfermedades y problemas, pero cuando nos acercamos a Dios a través de la oración, nos fortalecemos con la esperanza de que vendrán días mejores.

7. El Espíritu Santo del Señor alivia el dolor de la pérdida

Este es mi consuelo en medio del dolor: que tu promesa me da vida. (Salmo 119:50)

Este es mi consuelo en medio del dolor:
que tu promesa me da vida.
(Salmo 119:50)

El Espíritu Santo nos consuela y nos orienta. Dios no quiere que carguemos solos con la pérdida y el dolor. Él es nuestro compañero y no nos abandonará. Abre tu corazón, deja que el Espíritu Santo derrame consuelo, paz y comprensión. Él está contigo, incluso en los momentos difíciles. Recuerda siempre que tú no estás solo.

Recibe consuelo y aliento para tus momentos de sufrimiento: