Versículos para reconfortar el alma


Todos enfrentamos situaciones difíciles. Intentamos seguir adelante por nuestras propias fuerzas, pero muchas veces necesitamos recibir palabras de aliento que nos reconforten.

En medio de esos momentos de dolor y tristeza, las palabras de ánimo nos ayudan a seguir adelante sin permitir que nos domine la desesperación. Mucha gente se esfuerza en animar, pero las mejores palabras - las más reconfortantes - las encontramos en la Biblia, la Palabra de Dios.

Dios puede concederte todo el ánimo que necesitas. Él te conoce y te ama más que cualquier otra persona. Dios desea restaurar tu vida.

Nahúm 1:7

Bueno es el Señor; es refugio en el día de la angustia, y protector de los que en él confían. (Nahúm 1:7)

Bueno es el Señor; es refugio en el día de la angustia, y protector de los que en él confían.
(Nahúm 1:7)

Mateo 11:28-29

Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma.
(Mateo 11:28-29)

Isaías 61:1-3

El Espíritu del Señor omnipotente está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a sanar los corazones heridos, a proclamar liberación a los cautivos y libertad a los prisioneros, a pregonar el año del favor del Señor y el día de la venganza de nuestro Dios, a consolar a todos los que están de duelo, y a confortar a los dolientes de Sión. Me ha enviado a darles una corona en vez de cenizas, aceite de alegría en vez de luto, traje de fiesta en vez de espíritu de desaliento. Serán llamados robles de justicia, plantío del Señor, para mostrar su gloria.
(Isaías 61:1-3)

Deuteronomio 31:8

El Señor mismo marchará al frente de ti y estará contigo; nunca te dejará ni te abandonará. No temas ni te desanimes.
(Deuteronomio 31:8)

2 Corintios 1:3-7

Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación, quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que, con el mismo consuelo que de Dios hemos recibido, también nosotros podamos consolar a todos los que sufren. Pues, así como participamos abundantemente en los sufrimientos de Cristo, así también por medio de él tenemos abundante consuelo. Si sufrimos, es para que ustedes tengan consuelo y salvación; y, si somos consolados, es para que ustedes tengan el consuelo que los ayude a soportar con paciencia los mismos sufrimientos que nosotros padecemos. Firme es la esperanza que tenemos en cuanto a ustedes, porque sabemos que, así como participan de nuestros sufrimientos, así también participan de nuestro consuelo.
(2 Corintios 1:3-7)

Salmo 30:5

Porque solo un instante dura su enojo, pero toda una vida su bondad. Si por la noche hay llanto, por la mañana habrá gritos de alegría.
(Salmo 30:5)

Juan 16:33

Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.
(Juan 16:33)

Juan 14:16-18

Y yo le pediré al Padre, y él les dará otro Consolador para que los acompañe siempre: el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede aceptar porque no lo ve ni lo conoce. Pero ustedes sí lo conocen, porque vive con ustedes y estará en ustedes. No los voy a dejar huérfanos; volveré a ustedes.
(Juan 14:16-18)

Juan 14:27

La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden. (Juan 14:27)

La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden.
(Juan 14:27)

Salmo 23:4

Aun si voy por valles tenebrosos, no temo peligro alguno porque tú estás a mi lado; tu vara de pastor me reconforta.
(Salmo 23:4)

8 salmos para leer en momentos difíciles y desesperados

Salmo 9:9

El Señor es refugio de los oprimidos; es su baluarte en momentos de angustia.
(Salmo 9:9)

Filipenses 4:7

Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
(Filipenses 4:7)

Sofonías 3:16-18a

Aquel día le dirán a Jerusalén: «No temas, Sión, ni te desanimes, porque el Señor tu Dios está en medio de ti como guerrero victorioso. Se deleitará en ti con gozo, te renovará con su amor, se alegrará por ti con cantos como en los días de fiesta».
(Sofonías 3:16-18a)

Isaías 41:10

Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa.
(Isaías 41:10)

Romanos 15:13

Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a ustedes que creen en él, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo.
(Romanos 15:13)

Versículos para renovar la esperanza en tu vida

Lamentaciones 3:22-23

El gran amor del Señor nunca se acaba, y su compasión jamás se agota. Cada mañana se renuevan sus bondades; ¡muy grande es su fidelidad!
(Lamentaciones 3:22-23)

Salmo 34:18

El Señor está cerca de los quebrantados de corazón, y salva a los de espíritu abatido. (Salmo 34:18)

El Señor está cerca de los quebrantados de corazón, y salva a los de espíritu abatido.
(Salmo 34:18)

Versículos de consuelo para el tiempo de luto

Salmo 27:1-3

El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida; ¿quién podrá amedrentarme? Cuando los malvados avanzan contra mí para devorar mis carnes, cuando mis enemigos y adversarios me atacan, son ellos los que tropiezan y caen. Aun cuando un ejército me asedie, no temerá mi corazón; aun cuando una guerra estalle contra mí, yo mantendré la confianza.
(Salmo 27:1-3)

Salmo 27:5

Porque en el día de la aflicción él me resguardará en su morada; al amparo de su tabernáculo me protegerá, y me pondrá en alto, sobre una roca.
(Salmo 27:5)

Salmo 46:1-3

Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia. Por eso, no temeremos aunque se desmorone la tierra y las montañas se hundan en el fondo del mar; aunque rujan y se encrespen sus aguas, y ante su furia retiemblen los montes. Selah
(
Salmo 46:1-3)

1 Pedro 5:6-7

Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él los exalte a su debido tiempo. Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes.
(1 Pedro 5:6-7)

Salmo 22:24

Porque él no desprecia ni tiene en poco el sufrimiento del pobre; no esconde de él su rostro, sino que lo escucha cuando a él clama.
(Salmo 22:24)

Salmo 56:8

Toma en cuenta mis lamentos; registra mi llanto en tu libro. ¿Acaso no lo tienes anotado?
(Salmo 56:8)

Jeremías 29:11

Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.
(Jeremías 29:11)

Juan 16:22

Lo mismo les pasa a ustedes: Ahora están tristes, pero cuando vuelva a verlos se alegrarán, y nadie les va a quitar esa alegría.
(Juan 16:22)

Salmo 55:22

Encomienda al Señor tus afanes, y él te sostendrá; no permitirá que el justo caiga y quede abatido para siempre. (Salmo 55:22)

Encomienda al Señor tus afanes, y él te sostendrá; no permitirá que el justo caiga y quede abatido para siempre.
(Salmo 55:22)

Apocalipsis 21:5

El que estaba sentado en el trono dijo: «¡Yo hago nuevas todas las cosas!» Y añadió: «Escribe, porque estas palabras son verdaderas y dignas de confianza».
(Apocalipsis 21:5)

Isaías 66:13

Como madre que consuela a su hijo, así yo los consolaré a ustedes; en Jerusalén serán consolados.
(Isaías 66:13)

Salmo 18:2

El Señor es mi roca, mi amparo, mi libertador; es mi Dios, el peñasco en que me refugio. Es mi escudo, el poder que me salva, ¡mi más alto escondite!
(Salmo 18:2)

Mateo 5:4

Dichosos los que lloran, porque serán consolados.
(Mateo 5:4)

Salmo 119:76

Que sea tu gran amor mi consuelo, conforme a la promesa que hiciste a tu siervo.
(Salmo 119:76)

Salmo 139:11-12

Y, si dijera: «Que me oculten las tinieblas; que la luz se haga noche en torno mío», ni las tinieblas serían oscuras para ti, y aun la noche sería clara como el día. ¡Lo mismo son para ti las tinieblas que la luz!
(Salmo 139:11-12)

Romanos 8:37-39

Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.
(Romanos 8:37-39)

¡Recibe el alivio y el consuelo que Dios te quiere dar hoy!

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