La Biblia advierte que los que aman a Jesús serán perseguidos por causa de su fe. El mensaje de salvación por fe en Jesús incomoda a algunas personas que se opondrán y lucharán contra nosotros. ¡Pero en Jesús, podemos soportar y vencer toda persecución! No debemos temer a la persecución, pues Dios está con nosotros. Debemos bendecir a nuestros perseguidores y orar por su salvación.
Bienaventurados los que son perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
(Mateo 5:10)
que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos.
(2 Corintios 4:8-9)
Amados, no se sorprendan por el fuego que arde entre ustedes para ponerlos a prueba como si les aconteciera cosa extraña. Antes bien, gócense a medida que participan de las aflicciones de Cristo, para que también en la revelación de su gloria se gocen con regocijo. Cuando son injuriados en el nombre de Cristo, son bienaventurados porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre ustedes.
Así que, ninguno de ustedes padezca como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entrometerse en asuntos ajenos. Pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence; más bien, glorifique a Dios en este nombre.
(1 Pedro 4:12-16)
Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis.
(Romanos 12:14)
Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por los que les persiguen; de modo que sean hijos de su Padre que está en los cielos, porque él hace salir su sol sobre malos y buenos, y hace llover sobre justos e injustos.
(Mateo 5:44-45)
Acuérdense de la palabra que yo les he dicho: ‘El siervo no es mayor que su señor’. Si a mí me han perseguido, también a ustedes los perseguirán. Si han guardado mi palabra, también guardarán la de ustedes.
(Juan 15:20)
Pero tú has seguido mi doctrina, conducta, propósito, fe, longanimidad, amor, paciencia, persecuciones, padecimientos, como los que me sobrevinieron en Antioquía, en Iconio, en Listra; persecuciones que he sufrido, y de todas me ha librado el Señor. Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución; mas los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados.
(2 Timoteo 3:10-13)
Muchos son mis perseguidores y mis enemigos
pero de tus testimonios no me he apartado.
(Salmo 119:157)
Todos tus mandamientos son fieles. Con engaño me persiguen; ayúdame.
(Salmo 119:86)
Hermanos, tomen por ejemplo de aflicción y de paciencia a los profetas que hablaron en el nombre del Señor. He aquí, tenemos por bienaventurados a los que perseveraron. Han oído de la perseverancia de Job y han visto el propósito final del Señor, que el Señor es muy compasivo y misericordioso.
(Santiago 5:10-11)
Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.
(2 Corintios 12:10)
¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligros, o espada? Como está escrito: Por tu causa somos muertos todo el tiempo; fuimos estimados como ovejas para el matadero. Más bien, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
(Romanos 8:35-37)
No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.
(Apocalipsis 2:10)
Respondió Jesús y dijo: De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio, que no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna.
(Marcos 10:29-30)
Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio, habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador; mas fui recibido a misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad. Pero la gracia de nuestro Señor fue más abundante con la fe y el amor que es en Cristo Jesús.
(1 Timoteo 1:12-14)
Acuérdense de los presos como si ustedes estuvieran en cadenas junto con ellos; y de los afligidos, puesto que también ustedes están en el cuerpo.
(Hebreos 13:3)
Oh SEÑOR, Dios mío, en ti me he refugiado.
Sálvame de todos los que me persiguen y líbrame.
No sea que arrebaten mi alma como el león que despedaza,
sin que haya quien libre.
(Salmo 7:1-2)
Pero yo he confiado en ti, oh SEÑOR. He dicho: “Tú eres mi Dios;
en tus manos están mis tiempos”. Líbrame de la mano de mis enemigos
y de mis perseguidores.
Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo;
sálvame por tu misericordia.
(Salmo 31:14-16)
Escucha mi clamor porque estoy muy afligido;
líbrame de los que me persiguen porque son más fuertes que yo.
Saca mi alma de la prisión
para que alabe tu nombre.
Los justos me rodearán
porque me colmarás de bien.
(Salmo 142:6-7)
Entonces los entregarán a tribulación y los matarán, y serán aborrecidos por todas las naciones por causa de mi nombre.
(Mateo 24:9)
Porque cuando aún estábamos con ustedes les predecíamos que habríamos de sufrir tribulaciones. Y así ha acontecido, como bien lo saben.
(1 Tesalonicenses 3:4)
Ahora bien, hermanos, ustedes son hijos de la promesa tal como Isaac. Pero como en aquel tiempo el que fue engendrado según la carne perseguía al que había nacido según el Espíritu, así es ahora también.
(Gálatas 4:28-29)
Por lo demás, hermanos, oren por nosotros para que la palabra del Señor se difunda rápidamente y sea glorificada, así como sucedió también entre ustedes; y que seamos librados de hombres perversos y malos; porque no es de todos la fe. Pero fiel es el Señor, que los establecerá y los guardará del mal.
(2 Tesalonicenses 3:1-3)
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