15 versículos sobre ganar almas para Cristo


La labor de todo cristiano es ganar almas para Jesús. Esto lo hacemos hablando de Jesús a otras personas, pues Dios nos usa para difundir el evangelio por toda la tierra. Todos necesitan escuchar el evangelio, porque solo Jesús salva. Cumplamos con nuestra labor: hablemos a otros sobre Jesús y ganemos almas para su reino.

Y les dijo Jesús: Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres.
(Marcos 1:17)

Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
(Mateo 28:18-20)

Pero cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, hasta en los confines de la tierra. (Hechos 1:8)

Pero cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, hasta en los confines de la tierra.
(Hechos 1:8)

Pero digo la verdad: les conviene que me vaya porque, si no lo hago, el Consolador no vendrá a ustedes; en cambio, si me voy, se lo enviaré. Y cuando él venga, convencerá al mundo de su error en cuanto al pecado, a la justicia y al juicio;
(Juan 16:7-8)

Cuando hablamos con otros sobre Jesús, abrimos la puerta para que el Espíritu Santo obre y convenza de pecado. La salvación es un don de Dios y toda la gloria le pertenece a él. Sin embargo, nuestro papel es muy importante. La fe viene por el oír la Palabra de Dios y por eso hemos sido llamados a predicar el mensaje.

Y les dijo: “Vayan por todo el mundo y prediquen el evangelio a toda criatura. El que cree y es bautizado será salvo; pero el que no cree será condenado. Estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios, hablarán nuevas lenguas, tomarán serpientes en las manos, y si llegan a beber cosa venenosa no les dañará. Sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán”.
(Marcos 16:15-18)

Más bien, santifiquen en su corazón a Cristo como Señor y estén siempre listos para responder a todo el que les pida razón de la esperanza que hay en ustedes, pero háganlo con mansedumbre y reverencia. Tengan buena conciencia para que, en lo que hablan mal, sean avergonzados los que se burlan de su buena manera de vivir en Cristo.
(1 Pedro 3:15-16)

El fruto del justo es árbol de vida
y el que gana vidas es sabio.
(Proverbios 11:30)

A pesar de ser libre de todos, me hice siervo de todos para ganar a más. Para los judíos me hice judío, a fin de ganar a los judíos. Aunque yo mismo no estoy bajo la ley, para los que están bajo la ley me hice como bajo la ley, a fin de ganar a los que están bajo la ley. A los que están sin la ley, me hice como si yo estuviera sin la ley (no estando yo sin la ley de Dios, sino en la ley de Cristo), a fin de ganar a los que no están bajo la ley. Me hice débil para los débiles, a fin de ganar a los débiles. A todos he llegado a ser todo, para que de todos modos salve a algunos. Y todo lo hago por causa del evangelio, para hacerme copartícipe de él.
(1 Corintios 9:19-23)

Predica la palabra; mantente dispuesto a tiempo y fuera de tiempo; convence, reprende y exhorta con toda paciencia y enseñanza.
(2 Timoteo 4:2)

A él anunciamos nosotros, amonestando a todo hombre y enseñando a todo hombre con toda sabiduría, a fin de que presentemos a todo hombre perfecto en Cristo Jesús.
(Colosenses 1:28)

Porque no me avergüenzo del evangelio pues es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primero y también al griego. Porque en él la justicia de Dios se revela por fe y para fe como está escrito: Pero el justo vivirá por la fe.
(Romanos 1:16-17)

¿Cómo, pues, invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán a aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán sin que sean enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian el evangelio de las cosas buenas!
(Romanos 10:14-15)

Entonces dijo a sus discípulos: “A la verdad, la mies es mucha, pero los obreros son pocos. Rueguen, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies”.
(Mateo 9:37-38)

Y cuando vayan, prediquen diciendo: ‘El reino de los cielos se ha acercado’.
(Mateo 10:7)

Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba diciendo: ¡Sean salvos de esta perversa generación!
(Hechos 2:40)

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