15 versículos de despedida en la iglesia (terminar el culto)


Al terminar el culto y despedirnos, siempre es bueno dar palabras de bendición para desearle lo mejor a todos, especialmente que permanezcan en la presencia de Jesús. Las despedidas, aunque sean momentáneas, pueden ser difíciles. Saber que Dios sigue presente, velando y bendiciendo a cada uno, nos da fuerzas para enfrentar los retos de cada día.

Que la gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos ustedes. Amén.
(2 Corintios 13:14)

Por lo demás, hermanos, regocíjense, perfecciónense, consuélense; sean de un mismo sentir, y vivan en paz. Y el Dios de la paz y del amor estará con ustedes.
(2 Corintios 13:11)

El Señor te bendiga y te guarde;
el Señor haga resplandecer su rostro sobre ti
y te extienda su amor;
el Señor mueva su rostro hacia ti y te conceda la paz.
(Números 6:24-26)

El Señor te bendiga y te guarde; el Señor haga resplandecer su rostro sobre ti y te extienda su amor; el Señor mueva su rostro hacia ti y te conceda la paz. (Números 6:24-26)

Y el Dios de paz, que por la sangre del pacto eterno levantó de entre los muertos a nuestro Señor Jesús, el gran Pastor de las ovejas, los haga aptos en todo lo bueno para hacer su voluntad, haciendo él en nosotros lo que es agradable delante de él por medio de Jesucristo, a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
(Hebreos 13:20-21)

Que Dios mismo, el Dios de paz, los santifique por completo, y conserve todo su ser —espíritu, alma y cuerpo—, irreprochable para la venida de nuestro Señor Jesucristo.
(1 Tesalonicenses 5:23)

El Señor te cuidará; de todo mal guardará tu vida.
El Señor cuidará tu salida y tu entrada, desde ahora y para siempre.
(Salmo 121:7-8)

Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a ustedes que creen en él, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo.
(Romanos 15:13)

El Dios de paz sea con todos ustedes. Amén.
(Romanos 15:33)

Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará sus corazones y sus mentes en Cristo Jesús.
(Filipenses 4:7)

Como Jerusalén tiene montes alrededor de ella,
así el SEÑOR está alrededor de su pueblo desde ahora y para siempre.
(Salmo 125:2)

Pero nosotros, hermanos, apartados de ustedes por un poco de tiempo, de vista pero no de corazón, procuramos con mayor empeño y con mucho deseo verlos personalmente.
(1 Tesalonicenses 2:17)

Esfuércense, todos ustedes los que
esperan en el SEÑOR,
y tome aliento su corazón.
(Salmo 31:24)

Y el mismo Señor de paz les dé siempre paz en toda manera. El Señor sea con todos ustedes.
(2 Tesalonicenses 3:16)

Así que, hermanos míos amados, estén firmes y constantes, abundando siempre en la obra del Señor, sabiendo que su arduo trabajo en el Señor no es en vano.
(1 Corintios 15:58)

Luego Josué los bendijo y los despidió, y ellos se volvieron a sus moradas.
(Josué 22:6)

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