El proyecto o plan de Dios para la familia (reflexión)


La Biblia nos revela que la familia fue instituida por Dios, un proyecto perfecto que refleja su amor por nosotros. Cuando Dios creó al hombre, se dio cuenta de que tenía poder sobre los demás animales, pero no se sentía completo. Adán necesitaba a alguien que le correspondiera, alguien con quien pudiera tener una relación mutua (Génesis 2:18). Por eso, Dios creó a la mujer y los bendijo.

Dios los bendijo y les dijo: “Sean fecundos y multiplíquense. Llenen la tierra; sojúzguenla y tengan dominio sobre los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que se desplazan sobre la tierra”.
(Génesis 1:28)

Dios permitió que el hombre y la mujer se convirtieran en "una sola carne", complementándose mutuamente. El resultado de esta unión es la familia. Estas son las matemáticas de Dios.

Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.
(Génesis 2:24)

Toda familia es un signo de fertilidad: padres, hijos, abuelos, tíos, primos. La estructura familiar refleja la bondad del plan de Dios.

Así como nuestra relación con Dios debe nutrirse a diario, la familia también necesita nuestro cuidado. El amor debe ser el combustible que alimente a la familia, y los cónyuges deben tratarse con respeto.

...cada uno de ustedes ame también a su esposa como a sí mismo y que la esposa respete a su esposo.
(Efesios 5:33)

...cada uno de ustedes ame también a su esposa como a sí mismo y que la esposa respete a su esposo. (Efesios 5:33)

El amor es un elemento esencial para mantener unida a una familia. Y es en el mantenimiento de este proyecto divino que Jesús cobra tanta importancia. Él es el vínculo mediador entre la pareja, y de esta manera, la familia permanece unida ante los desafíos de la vida.

Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto.
(Eclesiastés 4:12)

Cristo debe ser el vínculo que une a la familia, y todos deben converger en el mismo camino. Así como Jesús fue invitado a las bodas de Caná (Juan 2:1-2), debemos invitarlo a nuestro hogar. Es a través de Jesús que la familia recibe dirección.

La familia es un proyecto de Dios y el plan de Dios para ella es que esté unida en Jesús. Valoremos este hermoso proyecto. ¡Pongamos a Jesús primero y tengamos una familia bendecida!

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