Palabra del Día
Una palabra bíblica diaria para que recibas inspiración y para que tu día sea mejor.
Palabra de Hoy
Dios puede cambiar tu lamento en baile
Has cambiado mi lamento en baile;
Desataste mi cilicio, y me ceñiste de alegría.
Por tanto, a ti cantaré, gloria mía, y no estaré callado.
Jehová Dios mío, te alabaré para siempre.
(Salmo 30:11-12)
Son muchas las situaciones que pueden provocarnos tristeza, lamento y dolor. Puede ser que surja un problema de salud o una dificultad económica. O tal vez, alguien que amamos se encuentra en dificultades y nos sentimos impotentes, sin saber cómo ayudar. En la vida enfrentamos muchos tiempos difíciles, pero Dios reina sobre todo y, en un instante, puede cambiar situaciones y restaurarnos el gozo.
David expresó ese sentir en el Salmo 30. Él vio cómo Dios intervino para que los enemigos de David no se salieran con la suya. También, en un momento de enfermedad y estando al borde de la muerte, clamó a Dios y Dios lo sanó. ¿Cómo no iba a sentir deseos de bailar, cantar y adorar a Dios? Sentía tanto gozo que ¡no podía permanecer callado!
Dios hace lo mismo con nosotros. Aunque permite momentos de dificultad como parte de la vida, él permanece a nuestro lado y obra de formas maravillosas, recordándonos que está presente y que tiene el control. Aunque a veces nos puede parecer que Dios tarda, la realidad es que él está siempre ahí, acompañándonos en todo el proceso, y su tiempo siempre es el mejor.
Dios quiere hablarte cada día
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Por lo tanto, recuerda que el Dios todopoderoso, el mismo que transformó el lamento de David en danza, puede convertir cualquier dificultad y tristeza tuya en un tiempo de gozo y renovación. No importa cuán oscura y dura sea tu situación, la luz del Señor disipará las sombras. Alza hoy tu voz con gratitud. Cree en su poder y experimenta cómo él renueva tu espíritu, dándote nuevos motivos para saltar, bailar y darle gracias por siempre.
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Palabra de Ayer
No dejes de orar: puedes impactar el mundo
Existe una cosa muy sencilla que puedes hacer para cambiar el mundo: orar. Dios usa tus oraciones para abrirle las puertas al evangelio en lugares cerrados, fortalecer a los que son perseguidos y transformar vidas con la luz de Jesús. En este momento, muchos cristianos perseguidos necesitan tus oraciones. Desde el lugar donde estás ahora mismo, puedes marcar una diferencia en la vida de personas al otro lado del mundo.
Cualquier cosa que ustedes pidan en mi nombre, yo la haré; así será glorificado el Padre en el Hijo. Lo que pidan en mi nombre, yo lo haré. (Juan 14:13-14)
Ruega por tus hermanos, que sientan la presencia de Dios y que sean valientes en medio de la opresión que los asecha.
Le pido que, por medio del Espíritu y con el poder que procede de sus gloriosas riquezas, los fortalezca a ustedes en lo íntimo de su ser.
(Efesios 3:16)
Ora a Dios para que les dé fortaleza, y que ellos puedan sentir al Espíritu Santo de una forma especial. Ora para que permanezcan firmes en el Señor.
Pablo, estando preso, pidió a sus hermanos de Éfeso que oraran a Dios de esta forma:
Oren también por mí para que, cuando hable, Dios me dé las palabras para dar a conocer con valor el misterio del evangelio, 20 por el cual soy embajador en cadenas. Oren para que lo proclame valerosamente, como debo hacerlo.
(Efesios 6:19-20)
Ora para que los hermanos perseguidos en este momento, continúen testificando sobre el Señor con valor.
Y tú, decide hoy aprovechar la libertad que tienes para proclamar el evangelio a los que están a tu alrededor.
Ora, habla y deja la marca de la salvación en el mundo.
Palabra de Anteayer
Da pasos de fe con valentía: ¡Dios está contigo!
Manténganse atentos y firmes en la fe; sean fuertes y valientes.
(1 Corintios 16:13)El corazón del hombre pondera su camino,
pero el Señor le corrige el rumbo.
(Proverbios 16:9)
A veces sentimos que necesitamos dar un paso adelante en una dirección nueva. Vemos una puerta que se cierra o una que se abre y sentimos temor al pensar en salir de nuestra zona de confort para aventurarnos a algo nuevo. En esos momentos debemos recordar que no estamos solos. Dios está con nosotros y si él es nuestro guía, él corregirá el camino para que andemos en su voluntad.
Dar pasos de fe siempre implica confiar más en lo que Dios ha dicho que en lo que nuestros ojos pueden ver. Muchas veces, el camino que él nos muestra no parece el más lógico o más fácil, pero es el que nos llevará a conocerlo de una forma más profunda. Cada vez que obedecemos su voz, damos espacio para que su poder se manifieste en nuestra vida. Él nos anima a que demos el primer paso confiando en que su fidelidad nos sostendrá.
Cuando Dios nos llama a un nuevo comienzo —sea un trabajo, una mudanza, un ministerio cristiano u otro cambio—, él promete estar con nosotros. Así como estuvo con Moisés, con Josué y con otros tantos que se atrevieron a creer y dar pasos de fe, también estará contigo.
No hay lugar donde su gracia no te acompañe ni desafío que supere su poder. Si él abre una puerta, puedes atravesarla con paz, sabiendo que todo lo que ha preparado para ti es bueno, perfecto y lleno de propósito. No temas al cambio ni a lo desconocido. Camina con fe, confiando en que tu Padre celestial ya está esperándote en el siguiente paso. Su amor te rodea, su mano te guía y su favor va delante de ti.
Camina con valentía, porque donde Dios te envía, él mismo te sostiene.
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