5 ejemplos de bondad en la Biblia


Equipo de Bibliaon
Equipo de Bibliaon
Creado y revisado por nuestros editores

La bondad es una virtud que refleja el carácter de Dios. Se expresa con acciones de amor, misericordia y compasión. Es uno de los frutos del Espíritu Santo, evidencia de la transformación interior operada por Dios en nuestra vida. La bondad revela el amor de Dios, pues él es la fuente de todo bien y nos llama a ser instrumentos de su amor en el mundo.

1. La bondad de José con sus hermanos

La historia de José es uno de los mayores ejemplos de bondad en la Biblia. Sus hermanos, llenos de envidia, lo vendieron como esclavo a Egipto, donde él sufrió años de soledad e injusticia. Allí José fue acusado falsamente, encarcelado y olvidado, pero Dios lo exaltó, convirtiéndolo en gobernador de Egipto.

Cuando el hambre azotó la tierra, sus hermanos fueron a Egipto en busca de alimento. José, que era gobernante, tuvo la oportunidad de vengarse, pero eligió el camino de la bondad y el perdón. En Génesis 50:19-21, José dice:

No tengan miedo —les contestó José—. ¿Puedo acaso tomar el lugar de Dios?
Es verdad que ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios transformó ese mal en bien para lograr lo que hoy estamos viendo: salvar la vida de mucha gente. Así que, ¡no tengan miedo! Yo cuidaré de ustedes y de sus hijos. Y así, con el corazón en la mano, José los reconfortó.
(Génesis 50:19-21)

La bondad de José fue un reflejo de su confianza en Dios. Él entendió que los sufrimientos del pasado formaban parte de un propósito mayor. José no guardó rencor. Al contrario, actuó con amor y misericordia.

Lo que podemos aprender: La historia de José nos enseña que la bondad va más allá de los sentimientos. Es una elección consciente de perdonar y ayudar, incluso a quienes nos han herido. Su historia muestra que la bondad es un instrumento de Dios para transformar vidas y reconciliar relaciones.

Aprende más sobre la historia de José (el soñador).

2. La bondad de la viuda de Sarepta con Elías

Durante un período de gran sequía y hambre, Dios envió al profeta Elías a una viuda en Sarepta. Esta mujer vivía en pobreza y tenía apenas un puñado de harina y un poco de aceite.

Elías le pidió agua y luego un pedazo de pan. La viuda explicó que solo tenía alimento para una última comida con su hijo, antes de morir de hambre. Aun así, ella mostró bondad y fe, obedeciendo a la palabra de Dios dada por Elías.

No temas —le dijo Elías—. Vuelve a casa y haz lo que pensabas hacer. Pero antes prepárame un panecillo con lo que tienes, y tráemelo; luego haz algo para ti y para tu hijo.
Ella fue e hizo lo que le había dicho Elías, de modo que cada día hubo comida para ella y su hijo, como también para Elías.
(1 Reyes 17:13 y 15)

Por causa de su actitud de bondad y generosidad, Dios realizó un milagro en la vida de la viuda. La harina de la tinaja y el aceite de la vasija no se acabaron hasta que terminó la sequía.

Lo que podemos aprender: La bondad de la viuda nos enseña que, aun en momentos de escasez, podemos ayudar al prójimo. Dios honra los corazones generosos y multiplica los recursos de quienes confían en él. Pequeños actos de bondad pueden convertirse en grandes milagros cuando se hacen con fe.

Aprende más sobre la historia de la viuda de Sarepta.

3. La bondad del buen samaritano

La parábola del buen samaritano es una de las enseñanzas más conocidas de Jesús sobre bondad y compasión.

Un hombre fue atacado por ladrones y quedó herido al borde del camino. Un sacerdote y un levita pasaron junto a él sin hacer nada por ayudarlo. Pero un samaritano, que culturalmente era enemigo de los judíos, se detuvo, curó las heridas del hombre, lo puso en su animal, lo llevó a una posada y pagó todos los gastos.

Pero un samaritano que iba de viaje llegó adonde estaba el hombre y, viéndolo, se compadeció de él.
(Lucas 10:33)

El samaritano no pensó en su seguridad, tiempo o dinero. Su bondad fue práctica: usó lo que tenía para ayudar a alguien necesitado, sin esperar nada a cambio.

Lo que podemos aprender: La bondad supera barreras de raza, religión o posición social. El buen samaritano nos desafía a ayudar a cualquier persona que Dios ponga en nuestro camino. La bondad práctica, con acciones concretas, es una expresión visible del amor de Dios.

Aprende más sobre la parábola del buen samaritano.

4. La bondad de Bernabé con Pablo

Después de su conversión, Pablo enfrentó gran resistencia de la iglesia primitiva. Él había perseguido y encarcelado cristianos antes de encontrarse con Jesús en el camino a Damasco y muchos preferían permanecer lejos de él.

Los discípulos tenían miedo y no confiaban en él. Fue entonces cuando Bernabé, conocido como el “hijo de consolación”, intervino con bondad y valentía. Hechos 9:27 relata:

EEntonces Bernabé lo tomó a su cargo y lo llevó a los apóstoles. Saulo les describió en detalle cómo en el camino había visto al Señor, el cual le había hablado, y cómo en Damasco había predicado con libertad en el nombre de Jesús.
Así que se quedó con ellos, y andaba por todas partes en Jerusalén, hablando abiertamente en el nombre del Señor.
(Hechos 9:27-28)

Bernabé no solo le presentó Pablo a los apóstoles, sino que también dio testimonio de su transformación. Esta actitud de bondad fue fundamental para la aceptación de Pablo en la comunidad cristiana. Más tarde, Bernabé y Pablo se convirtieron en compañeros de misión, llevando el evangelio a muchos lugares.

Lo que podemos aprender: La bondad de Bernabé nos enseña a creer en el cambio de las personas. A veces, alguien solo necesita una oportunidad y que alguien crea en su transformación. Como Bernabé, podemos ser canales de inclusión, confianza y reconciliación.

5. La bondad de Jesús con la mujer adúltera

Los fariseos y maestros de la ley llevaron ante Jesús a una mujer sorprendida en adulterio, queriendo ponerlo a prueba. Según la ley de Moisés, debía ser apedreada, y esperaban que Jesús aprobara esa condena. Con sabiduría, Jesús actuó con bondad y justicia.

Se inclinó y comenzó a escribir en el suelo, mientras los acusadores insistían en obtener una respuesta. Entonces Jesús se levantó y dijo: “Aquel de ustedes que esté libre de pecado, que tire la primera piedra.” Todos quedaron en silencio.

Ante estas palabras, todos los acusadores, comenzando por los más viejos, se fueron uno a uno, dejando a la mujer sola con Jesús.

Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.
(Juan 8:11b)

La actitud de Jesús fue un ejemplo profundo de compasión y gracia. Él no ignoró el pecado, pero tampoco la condenó. Al contrario, le ofreció una nueva oportunidad de vida, aconsejándole abandonar aquella práctica y seguir un camino diferente.

La bondad de Jesús fue capaz de transformar una situación de muerte en una oportunidad de nuevo comienzo. Él miró más allá del error de la mujer y vio su necesidad de perdón y restauración.

Lo que podemos aprender: Este pasaje nos enseña que la bondad debe ir de la mano con el perdón y la misericordia. No debemos ser rápidos para juzgar, sino prontos para acoger. Así como Jesús hizo con la mujer, somos llamados a ofrecer amor, esperanza y ánimo a quienes han fallado, mostrando que siempre hay un nuevo comienzo en Dios.

Lee también:

Equipo de Bibliaon
Equipo de Bibliaon
El Equipo Editorial de Bibliaon está compuesto por cristianos maduros, con varios años de experiencia en la enseñanza de la Biblia y la escritura, y un compromiso genuino con Jesús y la Palabra de Dios.