Tenemos muchas razones para estar agradecidos con Dios. Él nos salva del pecado, nos da su amor, tenemos la seguridad de su presencia en nuestras vidas y la promesa de la vida eterna. Dios es maravilloso, pero ¿cómo podemos demostrarle nuestra gratitud?
1. Alabando a Dios
Y nosotros, pueblo tuyo, y ovejas de tu prado,
Te alabaremos para siempre;
De generación en generación cantaremos tus alabanzas.
(Salmo 79:13)
Una manera muy sencilla de mostrar nuestra gratitud es dando gracias. La alabanza nos lleva a recordar todo lo que Dios ha hecho por nosotros y nos ayuda a desarrollar un corazón agradecido. Cuando alabamos, también contamos a otras personas sobre las bondades de Dios, al mismo tiempo que le mostramos a él nuestra gratitud.
2. Obedeciendo a Dios
Y todo lo que hagan, sea de palabra o de hecho, háganlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.
(Colosenses 3:17)
Obedecer a Dios es la mejor forma de mostrar nuestra gratitud. Una vida dedicada a honrar a Dios en todo, revela cuánto aprecias lo que Dios ha hecho por ti. Toda tu vida puede ser una ofrenda de gratitud a Dios, si vives en obediencia a él.
3. Buscando agradar a Dios
Así que, habiendo recibido un reino que no puede ser sacudido, retengamos la gracia y, mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia. Porque nuestro Dios es fuego consumidor.
(Hebreos 12:28-29)
Dios merece respeto por todo que ha hecho por amor a nosotros. Quien está agradecido, muestra respeto, procurando agradar a Dios. Una actitud respetuosa es una buena forma de agradecer.
4. Dando gracias al Señor
Alaben al SEÑOR, porque es bueno: ¡Porque para siempre es su misericordia!
(Salmo 136:1)
Reconocer la bondad y el amor eterno de Dios en todas las circunstancias de la vida es una señal que muestra un corazón agradecido. La gratitud sincera refleja el reconocimiento de las muchas bendiciones que Dios derrama sobre nosotros.
5. Honrando a Dios
El que ofrece sacrificio de acción de gracias me glorificará,
y al que ordena su camino le mostraré la salvación de Dios.
(Salmo 50:23)
Cuando le ofrecemos a Dios nuestra gratitud como un sacrificio, mostramos reverencia y respeto. Esa actitud de honra revela un corazón que reconoce la grandeza y la santidad de Dios, uno que está comprometido a seguir sus caminos.
6. Anunciando en todo momento
Bueno es alabar al SEÑOR, cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo.
Bueno es anunciar por la mañana tu misericordia y tu verdad en las noches.
(Salmo 92:1-2)
Cuando compartimos con los demás sobre el amor y la fidelidad de Dios, sea en la mañana o en la noche, estamos propagando la bondad del Señor y reconociendo sus obras en nuestras vidas.
7. Recordando siempre sus bendiciones
Bendice, oh alma mía, al SEÑOR
y no olvides ninguno de sus beneficios.
(Salmo 103:2)
Cuando nos recordamos de las muchas formas en las que Dios nos bendice, nuestro corazón se llena de gratitud. Esa práctica nos ayuda a reconocer que todo lo que tenemos viene de las manos generosas de Dios.
8. Confesando con los labios
Así que, por medio de él, ofrezcamos siempre a Dios sacrificio de alabanza; es decir, fruto de labios que confiesan su nombre.
(Hebreos 13:15)
Cuando alabamos y proclamamos el nombre de Dios abiertamente, estamos ofreciendo un sacrificio de alabanza. Esa confesión continua refuerza nuestro compromiso de reconocer y agradecer a Dios en todas las áreas de nuestras vidas.
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