Una maldición es algo muy serio, pues evoca calamidad sobre alguien. No debemos maldecir a otros por venganza u odio. La Biblia dice que debemos bendecir a quienes nos maldicen. El pecado trae maldición. Cuando Dios maldice, el castigo es inevitable. Pero Jesús cargó con la maldición del pecado en la cruz. Ahora, quien es salvo queda libre de la maldición.
Dense cuenta de que hoy pongo ante ustedes la bendición y la maldición. La bendición, si ustedes atienden a los mandamientos que yo, el Señor su Dios, hoy les mando cumplir. La maldición, si no atienden a los mandamientos que yo, el Señor su Dios, hoy les mando cumplir, y se apartan del camino para ir tras dioses ajenos que nunca antes conocieron.
(Deuteronomio 11:26-28)
Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues está escrito: «Maldito sea todo aquel que no se mantenga firme en todas las cosas escritas en el libro de la ley, y las haga.»
(Gálatas 3:10)
Cristo nos redimió de la maldición de la ley, y por nosotros se hizo maldición (porque está escrito: «Maldito todo el que es colgado en un madero»), para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzara a los no judíos, a fin de que por la fe recibiéramos la promesa del Espíritu.
(Gálatas 3:13-14)
Si un hombre ha cometido pecado que merece la muerte, por lo cual se le ha dado la muerte, y lo has colgado de un árbol, no quedará su cuerpo en el árbol durante la noche. Sin falta le darás sepultura el mismo día, porque el ahorcado es una maldición de Dios. Así no contaminarás la tierra que el SEÑOR tu Dios te da como heredad.
(Deuteronomio 21:22-23)
Llamo hoy por testigos contra ustedes a los cielos y a la tierra, de que he puesto delante de ustedes la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge, pues, la vida para que vivas, tú y tus descendientes, amando al SEÑOR tu Dios, escuchando su voz y siéndole fiel. Porque él es tu vida y la prolongación de tus días, para que habites en la tierra que el SEÑOR juró que había de dar a tus padres Abraham, Isaac y Jacob.
(Deuteronomio 30:19-20)

Como el gorrión en su vagar, y como la golondrina en su vuelo,
Así la maldición nunca vendrá sin causa.
(Proverbios 26:2)
Después se levantó Balac hijo de Zipor, rey de los moabitas, y peleó contra Israel; y envió a llamar a Balaam hijo de Beor, para que os maldijese. Mas yo no quise escuchar a Balaam, por lo cual os bendijo repetidamente, y os libré de sus manos.
(Josué 24:9-10)
Amó la maldición, y esta le sobrevino;
Y no quiso la bendición, y ella se alejó de él.
(Salmo 109:17)
¿Por qué maldeciré yo al que Dios no maldijo?
¿Y por qué he de execrar al que Jehová no ha execrado?
(Números 23:8)
La maldición de Jehová está en la casa del impío,
Pero bendecirá la morada de los justos.
(Proverbios 3:33)
Y no pudo sufrirlo más Jehová, a causa de la maldad de vuestras obras, a causa de las abominaciones que habíais hecho; por tanto, vuestra tierra fue puesta en asolamiento, en espanto y en maldición, hasta quedar sin morador, como está hoy.
(Jeremías 44:22)
Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios. De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.
(Santiago 3:9-10)
Y a los hijos de Israel hablarás, diciendo: Cualquiera que maldijere a su Dios, llevará su iniquidad. Y el que blasfemare el nombre de Jehová, ha de ser muerto; toda la congregación lo apedreará; así el extranjero como el natural, si blasfemare el Nombre, que muera.
(Levítico 24:15-16)
Al que maldice a su padre o a su madre,
Se le apagará su lámpara en oscuridad tenebrosa.
(Proverbios 20:20)
Y él le dijo: ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra. Ahora, pues, maldito seas tú de la tierra, que abrió su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano. Cuando labres la tierra, no te volverá a dar su fuerza; errante y extranjero serás en la tierra.
(Génesis 4:10-12)
Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.
(Génesis 3:17-19)
pero la que produce espinos y abrojos es reprobada, está próxima a ser maldecida, y su fin es el ser quemada.
(Hebreos 6:8)
Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo.
(1 Corintios 12:3)
Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.
(Gálatas 1:8)
Pero a vosotros los que oís, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen; bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian.
(Lucas 6:27-28)
Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis.
(Romanos 12:14)
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