19 versículos sobre el temor de Dios


Temer a Dios es respetar su poder y santidad. Quienes temen a Dios, reconocen su soberanía y buscan agradarle con reverencia y honor. El temor de Dios nos ayuda a vivir con rectitud, eligiendo hacer la voluntad de Dios. Es sabio temer a Dios.

El principio de la sabiduría es el temor del SEÑOR.
Buen entendimiento tienen todos los que ponen esto por obra.
Su loor permanece para siempre.
(Salmo 111:10)

Así que, amados, ya que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda impureza de cuerpo y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.
(2 Corintios 7:1)

La conclusión de todo el discurso oído es esta: Teme a Dios y guarda sus mandamientos, pues esto es el todo del hombre.
(Eclesiastés 12:13)

Guardarás los mandamientos del SEÑOR tu Dios, andando en sus caminos y teniendo temor de él.
(Deuteronomio 8:6)

El temor del SEÑOR es fuente de vida, para apartarse de las trampas de la muerte. (Proverbios 14:27)

El temor del SEÑOR es fuente de vida, para apartarse de las trampas de la muerte.
(Proverbios 14:27)

Es mejor lo poco con el temor del SEÑOR
que un gran tesoro donde hay turbación.
(Proverbios 15:16)

¡Quién no te temerá, oh Rey de las naciones! Porque a ti se te debe temer. Entre todos los sabios de las naciones y en todos sus reinos, no hay nadie semejante a ti.
(Jeremías 10:7)

¡Oh, si tuvieran tal corazón que me temieran y guardaran todos mis mandamientos todos los días, para que les fuera bien a ellos y a sus hijos para siempre!
(Deuteronomio 5:29)

Oh Señor, ¿quién no temerá y glorificará tu nombre? Porque solo tú eres santo. Todas las naciones vendrán y adorarán delante de ti; porque tus juicios han sido manifestados.
(Apocalipsis 15:4)

Ahora pues, que el temor del SEÑOR esté en ustedes. Actúen cuidadosamente, porque con el SEÑOR nuestro Dios no hay maldad ni distinción de personas ni aceptación de soborno.
(2 Crónicas 19:7)

Porque cuando hay muchos sueños, también hay vanidades y muchas palabras. Pero tú, teme a Dios.
(Eclesiastés 5:7)

Y el SEÑOR le preguntó a Satanás: ¿No te has fijado en mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra: un hombre íntegro y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?
(Job 1:8)

No teman a los que matan el cuerpo pero no pueden matar al alma. Más bien, teman a aquel que puede destruir tanto el alma como el cuerpo en el infierno.
(Mateo 10:28)

Así que, habiendo recibido un reino que no puede ser sacudido, retengamos la gracia y, mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia. Porque nuestro Dios es fuego consumidor.
(Hebreos 12:28-29)

Así que, amados, ya que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda impureza de cuerpo y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.
(2 Corintios 7:1)

Sirvan al SEÑOR con temor
y alégrense con temblor.
(Salmo 2:11)

Entonces caía temor sobre toda persona, pues se hacían muchos milagros y señales por medio de los apóstoles.
(Hechos 2:43)

Y dijo al hombre: “Ciertamente el temor del Señor es la sabiduría,
y el apartarse del mal es el entendimiento”.
(Job 28:28)

Vengan, oh hijos, escuchen;
el temor del SEÑOR les enseñaré:
(Salmo 34:11)

Quien no teme a Dios, no se preocupa por hacer el bien. Pero Dios castiga el pecado. Quienes temen a Dios evitan el castigo. Pero Dios también perdona a quienes se arrepienten y se vuelven a él.

Lee también: