A menudo pensamos en la justicia como algo duro y cruel. Pero la Biblia nos muestra que la justicia de Dios es justa y misericordiosa. El perdón y la misericordia son parte de la justicia de Dios para todos los que creen.
1. Dios es justicia y misericordia
Clemente y justo es el SEÑOR;
sí, misericordioso es nuestro Dios.
(Salmo 116:5)
No podemos separar la justicia de la misericordia. En Dios, las dos trabajan juntas, en armonía. La justicia de Dios es misericordiosa y la misericordia de Dios es justa.
2. La justicia de Dios es perfecta
Él es la Roca, cuya obra es perfecta, porque todos sus caminos son rectitud. Él es un Dios fiel, en quien no hay iniquidad; es justo y recto.
(Deuteronomio 32:4)
Dios no es injusto nunca. Dios es perfecto en todo lo que hace, imparcial y no se alegra con el pecado. Al final, él siempre hace justicia. Toda la injusticia en el mundo es resultado de la falta de Dios.
3. La misericordia de Dios nos salva
Pero Dios, quien es rico en misericordia, a causa de su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en delitos, nos dio vida juntamente con Cristo. ¡Por gracia son salvos!
(Efesios 2:4-5)
Dios no es una máquina fría, sin sentimientos. ¡Él nos ama! Por eso, a él no le hace feliz castigarnos. En Jesús, Dios nos ofreció un camino para que podamos ser liberados del pecado y de sus consecuencias. La misericordia de Dios nos salva.
4. La justicia de Dios en Jesús
Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.
(Romanos 1:17)
Sí, los humanos pecamos. Sí, merecemos castigo. Pero en Jesús, Dios mostró otra forma de hacer justicia. Quien está realmente arrepentido, quiere cambiar de vida y abandonar el pecado. En Cristo, Dios le ofrece a esas personas el perdón y una nueva oportunidad para que vivan de forma correcta con su ayuda. ¡Basta creer en Jesús!
5. Gracias a las misericordias del Señor, no somos consumidos
Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias.
(Lamentaciones 3:22)
Dios es justicia, pero también es misericordia y amor. ¿Qué sería de nosotros sin la misericordia de Dios? Es precisamente por amor a nosotros que Dios envió a su Hijo, Jesús, librándonos de la condenación eterna.
6. Dios es amor y justicia en la medida perfecta
Clemente y misericordioso es Jehová, lento para la ira, y grande en misericordia.
Bueno es Jehová para con todos, y sus misericordias sobre todas sus obras.
(Salmo 145:8-9)
Dios comprende lo que sentimos, él es compasivo y misericordioso. Dios es bueno con todos, sin distinción de personas. El amor de Dios no tiene límites y su justicia es perfecta y eficaz.
7. La Palabra de Dios es justicia y verdad
Justicia y juicio son el cimiento de tu trono;
Misericordia y verdad van delante de tu rostro.
(Salmo 89:14)
La Palabra de Dios muestra la justicia de Dios. A través de la Biblia llegamos a conocer bien lo que mueve el corazón de Dios y lo lleva a actuar: el amor. Esa es la esencia del Padre: él es amor y su Palabra es justicia y verdad.
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