Eres especial para Dios: versículos que muestran que él te ama


¿Te sientes sin valor? Puede que te hayas equivocado en muchas cosas, pero Dios te ama. ¡Tú eres muy valioso para él! A Dios le entristece el pecado, pero él no mide tu valor de acuerdo a lo que haces, tus éxitos, tu inteligencia o tu apariencia. ¡Dios te ama por lo que eres!

1. Eres imagen de Dios

Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. (Génesis 1:27)

Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
(Génesis 1:27)

Cada persona refleja un poco de la gloria de Dios. ¡No eres la excepción! En medio de tus imperfecciones, Dios ve belleza y un gran potencial. ¡Eres especial porque fuiste hecho a la imagen de Dios! Recuerda que tu valor y tu dignidad nacen precisamente de esa realidad en Dios.

2. Dios te creó

Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. (Salmo 139:13)

Porque tú formaste mis entrañas;
Tú me hiciste en el vientre de mi madre.
(Salmo 139:13)

No eres un accidente. No eres un error. Dios te formó con precisión y cariño. Antes de que existieras, ya formabas parte del plan de Dios.

3. Dios se interesa por ti

Pues aun vuestros cabellos están todos contados. (Mateo 10:30)

Pues aun vuestros cabellos están todos contados.
(Mateo 10:30)

¡A Dios le interesan hasta los detalles más pequeños que a ti te parecen irrelevantes! Él sabe todo sobre ti y te ama.

4. Dios lo dio todo por ti

Así manifestó Dios su amor entre nosotros: en que envió a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio de él. (1 Juan 4:9)

Así manifestó Dios su amor entre nosotros: en que envió a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio de él.
(1 Juan 4:9)

Dios te ama tanto que entregó su mayor tesoro para estar contigo: su único hijo, Jesús. Cristo murió y resucitó para que tú pudieras conocer el gran amor de Dios que restaura, corrige y transforma tu vida.

5. Eres precioso a los ojos de Dios

Ante mis ojos tú eres grandemente estimado y digno de honra. Yo te amo, y por ti y por tu vida daré hombres y naciones. (Isaías 43:4)

Ante mis ojos tú eres grandemente estimado y digno de honra. Yo te amo, y por ti y por tu vida daré hombres y naciones.
(Isaías 43:4)

Más importante que recibir reconocimiento de la gente, es recibirlo de Jesús. Al creer en él, Dios ve en ti la dignidad y el honor de un hijo amado. Incluso si algunas personas te juzgan mal o te menosprecian, eres muy valioso a los ojos de Dios.

6. Dios está contigo

Hijitos, ustedes son de Dios, y han vencido a esos falsos profetas, porque mayor es el que está en ustedes que el que está en el mundo. (1 Juan 4:4)

Hijitos, ustedes son de Dios, y han vencido a esos falsos profetas, porque mayor es el que está en ustedes que el que está en el mundo.
(1 Juan 4:4)

Dios se interesa tanto por ti, que te trata como un buen Padre que ama, cuida, protege y nunca abandona. Mayor es el que está en ti, que las pruebas y los males que hay en el mundo...

7. Eres parte del pueblo de Dios

Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable. (1 Pedro 2:9)

Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable.
(1 Pedro 2:9)

¡Eres lo que la Biblia dice que eres! No permitas que nadie te engañe diciendo otra cosa, ni confundan tu identidad. ¡Eres parte de la generación escogida por Dios, del sacerdocio real, de la nación santa, de su pueblo exclusivo, para anunciar todas sus maravillas!

8. Eres hijo de Dios

¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios! ¡Y lo somos! El mundo no nos conoce, precisamente porque no lo conoció a él. (1 Juan 3:1)

¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios! ¡Y lo somos! El mundo no nos conoce, precisamente porque no lo conoció a él.
(1 Juan 3:1)

Nadie nace siendo hijo de Dios (Juan 1:12). Por naturaleza, somos criaturas de Dios y nos convertimos en sus hijos cuando recibimos a Jesús, el Hijo unigénito, como nuestro Señor y Salvador. ¡Él te amó tanto que decidió adoptarte como hijo legítimo en su gran familia!

9. Se pagó un alto precio por ti

Porque habéis sido comprados por precio. (1 Corintios 6:20a)

Porque habéis sido comprados por precio.
(1 Corintios 6:20a)

Dios pagó un precio muy alto para rescatarte para él mismo. La deuda contraída por la humanidad (todo nuestro pecado) era imposible de pagar sin la ayuda de nuestro Salvador, Jesús. ¡Recuerda que tienes mucho valor!

10. Dios no se olvida de ti

¿Puede una madre olvidar a su niño de pecho, y dejar de amar al hijo que ha dado a luz? Aun cuando ella lo olvidara, ¡yo no te olvidaré! (Isaías 49:15)

¿Puede una madre olvidar a su niño de pecho, y dejar de amar al hijo que ha dado a luz?
Aun cuando ella lo olvidara, ¡yo no te olvidaré!
(Isaías 49:15)

Dios nunca te ha olvidado ni se olvidará de ti. Él no olvida porque sabe que dependes de él como un pequeño bebé necesita a su madre. Él te cuida, incluso cuando no te das cuenta. ¡Aunque tus padres te hayan abandonado, el Padre celestial nunca te dejará solo!

11. Dios ya te dio lo mejor

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito para que todo aquel que en él cree no se pierda mas tenga vida eterna. (Juan 3:16)

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito para que todo aquel que en él cree no se pierda mas tenga vida eterna.
(Juan 3:16)

No estás solo ni desamparado en esta vida. El amor de Dios es fuerte y suple tu mayor necesidad: la vida eterna. Esa vida no se limita solo al futuro, sino que ya comienza aquí. ¡La vives desde aquí! ¡Cree y deja que Jesús sea tu mejor regalo! No te lo pierdas, ni ahora ni después.

12. Eres muy importante para Dios

El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? (Romanos 8:32)

El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?
(Romanos 8:32)

Junto con Jesucristo, Dios te dio la vida y aún te añade muchas bendiciones. Son innumerables los regalos del Padre para ti, porque él tiene un amor infinito por ti. Mira a Jesús y comprende lo valioso que eres para Dios. Él se preocupa por ti, comprende tus debilidades y te ayuda a seguir adelante. Confía en el Señor... ¡No hay otro amor tan grande como el suyo!

Otros artículos sobre el amor de Dios por ti: