El llamado de Dios para cada persona es: "¡Ven a mí!". No importa quién seas ni lo que hayas hecho, Dios quiere estar contigo. Él te invita con brazos abiertos a acercarte a él, pues él quiere ser tu amigo. Dios nunca rechaza a los que acuden a él en arrepentimiento. Él perdona y restaura vidas. Acércate a él y disfruta de la vida abundante en él.
Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
(Mateo 11:28)
Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.
(Apocalipsis 22:17)
A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche. ¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente, y comed del bien, y se deleitará vuestra alma con grosura. Inclinad vuestro oído, y venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma; y haré con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes a David.
(Isaías 55:1-3)
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
(Juan 14:6)
Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.
(Isaías 55:6-7)
Pero Jesús dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos.
(Mateo 19:14)
Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones.
(Santiago 4:8)
Viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios. De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él.
(Marcos 10:14-15)
Mas Jesús, llamándolos, dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios. De cierto os digo, que el que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él.
(Lucas 18:16-17)
Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más.
(Isaías 45:22)
Pero diles que así ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos: ‘Vuélvanse a mí, ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos, y yo me volveré a ustedes’, ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos.
(Zacarías 1:3)
Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento. Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo.
(Joel 2:12-13)
Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio, y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado;
(Hechos 3:19-20)
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