La mentira es distorsionar u ocultar la verdad con la intención de engañar. En la Biblia, la mentira es vista como contraria a la naturaleza de Dios, quien es la verdad (Juan 14:6). Está asociada al pecado y a la influencia del maligno (Juan 8:44). Quien miente manifiesta una naturaleza corrompida y alejada de Jesús, mostrando que necesita transformación y perdón.
Las mentiras traen consecuencias graves para la vida de los involucrados. Los mentirosos no solo falsifican hechos y relatos, sino que rompen la confianza en las relaciones y causan daños, muchas veces irreparables. Las Escrituras no hacen diferenciación ni establecen niveles para la mentira. Quien miente, necesita arrepentirse y buscar la reparación con la verdad.
Consecuencias de la mentira en la Biblia
Las mentiras traen consecuencias graves. En las Escrituras, la mentira está asociada a la destrucción, al juicio divino y a la exclusión del reino de Dios (Apocalipsis 21:8). La mentira actúa como una mala hierba, corrompiendo relaciones y desviando a las personas de la verdad, que es fundamental en la vida cristiana (Efesios 4:25).
Mentir no es solo falsificar hechos y relatos, sino también implica manipulación y falsedad en el comportamiento, lo cual es igual de perjudicial. Por eso, la Biblia condena la práctica de la mentira. Veamos algunas consecuencias principales de la mentira:
1. Nos aleja de Dios
Dios abomina la mentira, pues es esencialmente contraria a él, que es la verdad. Por ello, mentir produce una ruptura entre las personas y el Señor, imposibilitando una relación sincera con él (Salmo 101:7).
2. Destruye relaciones
Además de destruir la relación con Dios, la mentira también aleja a las personas. Genera desconfianza, trastorna amistades, corrompe mentalidades y destruye relaciones, incluso familias (Proverbios 16:28, 26:28).
3. Revela defectos en el carácter
Los mentirosos manifiestan un rasgo natural negativo y afectado por el pecado. El hábito de la mentira evidencia un carácter desajustado respecto a las virtudes que proceden de Dios. Por eso, quienes viven por la fe en Cristo necesitan abandonar la mentira, dando pruebas de la transformación divina en sus vidas (Colosenses 3:9-10).
4. Nos asocia con el "padre de la mentira"
La Biblia dice que el diablo es el padre de la mentira (Juan 8:44). Cuando mentimos, desagradamos al Padre celestial y adoptamos al diablo como nuestro mentor o guía, haciendo lo que a él le agrada. Una mentira nunca es suficiente y con ella arrastrará otros engaños y problemas. "Un abismo llama a otro abismo", por eso mentir es considerado tan serio, pues atrae influencias malignas (Santiago 4:7).
5. Causa destrucción personal
La mentira, además de ser un vicio y un fallo de carácter, también es un pecado contra Dios. Por eso, a quienes mienten se les advierte muchas veces sobre la destrucción final y el juicio de Dios (Salmo 52:2-4). Los mentirosos serán excluidos del reino de Dios (Apocalipsis 21:8), si no hay arrepentimiento y abandono de esta práctica (Salmo 5:6).
Otras cosas que la Biblia sobre la mentira
Dios detesta la mentira:
Los labios mentirosos son abominación al SEÑOR,
pero le agradan los que actúan con verdad.
(Proverbios 12:22)
Los mentirosos están lejos de la presencia de Dios:
No habitará dentro de mi casa el que hace fraude;
el que habla mentira no se afirmará delante de mis ojos.
(Salmo 101:7)
Conocer la verdad nos alejará de la mentira:
No les escribo porque desconozcan la verdad sino porque la conocen y porque ninguna mentira procede de la verdad.
(1 Juan 2:21)
El mentiroso recibirá su castigo:
El testigo falso no quedará impune,
y el que respira mentiras no escapará.
(Proverbios 19:5)
Quien no cree en Dios, lo hace mentiroso:
El que cree en el Hijo de Dios tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios lo ha hecho mentiroso porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo.
(1 Juan 5:10)
Advertencia y llamado a abandonar la mentira:
Por lo tanto, habiendo dejado la mentira, hablen la verdad cada uno con su prójimo, porque somos miembros los unos de los otros.
(Efesios 4:25)
Los que aman y practican la mentira quedarán fuera de la ciudad celestial:
Pero afuera quedarán los perros, los hechiceros, los que cometen inmoralidades sexuales, los homicidas, los idólatras y todo el que ama y practica la mentira.
(Apocalipsis 22:15)
¿Por qué no debo mentir?
Porque Dios no tiene ninguna parte con la mentira. Él es la propia verdad y quiere que seamos rectos y honestos como su Hijo Jesucristo. Además, la mentira está relacionada con otros tipos de vicios que nos alejan de la verdad de Dios: engaño, falsedad, deslealtad, traición, hipocresía, etc.
La mentira versus la verdad
Es común que las personas digan que solo dicen pequeñas "mentiritas" o "mentiras piadosas", pero en realidad, para Dios mentira es mentira. Aprendemos en las Escrituras que la verdad es una persona:
Jesús le dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.
(Juan 14:6)
Por eso, la mentira es, esencialmente, contraria a quien Jesucristo es, su naturaleza. En el evangelio de Juan, Jesús mismo confronta a algunos judíos explicando el origen y naturaleza de la mentira:
Ustedes son de su padre el diablo, y quieren satisfacer los deseos de su padre. Él era homicida desde el principio y no se basaba en la verdad porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de lo suyo propio habla porque es mentiroso y padre de mentira. Pero a mí, porque les digo la verdad, no me creen.
(Juan 8:44-45)
La mentira está muy presente en la vida cotidiana, pues es usada con frecuencia y por cualquier motivo. Para algunas personas, mentir se ha vuelto tan natural que ya ni perciben cuando lo hacen. Aunque el engaño sea visto como una práctica normal, necesitamos permitir que la verdad, o sea, Jesús, aleje de nosotros toda falsedad. Necesitamos vivir en integridad, rechazando el hábito de mentir y abrazar la honestidad.
¿Qué puedo hacer si miento?
Si has mentido, pide perdón a Dios (1 Juan 1:9). Cuando mentimos, estamos pecando contra el Señor y contra nuestro prójimo. La mentira no es perdonada automáticamente solo por el sentimiento de remordimiento. Por eso, debes estar dispuesto a arrepentirte y pedir perdón a Dios y a la persona a quien mentiste. Si es posible, confiesa tu falta a quien mentiste. Así estarás demostrando un corazón comprometido con la verdad de Cristo.
Dios conoce los corazones y sabe cuál es la intención real detrás de cada mentira. Él es misericordioso y puede perdonar a quien dice una mentira pequeña o grande. Él puede transformar tanto al que se ve forzado a mentir (para evitar un mal mayor), como a aquel que decidió engañar maliciosamente. Basta con que haya arrepentimiento, confesión y deseo de cambio por parte del que mintió.
Dios es el Dios de la verdad. Así como la honestidad, transparencia, justicia, integridad, autenticidad y el amor también son virtudes que proceden de él. Cuando amamos de verdad, decidimos no mentir ni ocultar la verdad, porque eso hiere y nos distancia de Dios y unos de otros.
¿Qué dice la Biblia sobre los grados de mentira?
Tenemos la tendencia de clasificar las mentiras como "pequeñas" o "grandes", dependiendo de factores como la ética involucrada, los niveles de conflicto o las consecuencias. Desafortunadamente, mentir se ha vuelto socialmente aceptable cuando se trata de "mentiritas" o "mentiras piadosas", siendo condenable solo en casos más graves.
Sin embargo, para el cristiano, la mentira debe ser siempre considerada errada y reprobable, independientemente de su tamaño. Los valores de quien cree en Dios necesitan estar alineados con los principios bíblicos, que nos enseñan a vivir en verdad e integridad, rechazando el hábito de mentir.
No se mientan los unos a los otros; porque se han despojado del viejo hombre con sus prácticas y se han vestido del nuevo, el cual se renueva para un pleno conocimiento conforme a la imagen de aquel que lo creó.
(Colosenses 3:9-10)
Hay un dicho popular que dice que "la mentira tiene patas cortas", porque tarde o temprano será desenmascarada por la verdad. Pero hasta entonces, el engaño tiene potencial de causar grandes estragos, dividir familias y separar buenos amigos.
La mentira siempre necesita de otras para sostenerse. Es como una bola de nieve que va creciendo hasta convertirse en una avalancha. No consideres la mentira como una opción válida para resolver cualquier problema. La Biblia nos advierte a buscar la sabiduría que viene de lo alto (Santiago 3:17), abandonar la mentira y decir siempre la verdad (Efesios 4:25).
Mentirita (o la mentira piadosa)
Porque tales personas no sirven a Cristo nuestro Señor sino a sus propios estómagos, y con suaves palabras y lisonjas engañan a los corazones de los ingenuos.
(Romanos 16:18)
Se trata de la versión más aceptada de la mentira. Sería aquella broma "ingenua" o adulación que muchos hacen y consideran como "mentiritas sin maldad". La mentirita también sirve para intentar agradar a alguien por conveniencia. El problema es que incluso una simple mentirita puede causar problemas para quien la dice y para quien está siendo engañado.
La expresión "es broma" es muy utilizada en el contexto infantil. Entre los pequeños, puede ser vista como una licencia para la imaginación libre, invenciones o una forma creativa de elaborar fantasía. Pero esa fase tiende a pasar cuando los niños dejan de proyectarse en un universo paralelo y toman conciencia de la realidad a su alrededor.
Así, el adulto (o la persona madura) debe considerar la verdad como la manera correcta de actuar y tratar con sinceridad en sus relaciones.
Incluso esa pequeña "adulación" al hijo o amigo debe ser evitada por los cristianos. La adulación es un elogio exagerado, por lo tanto, mentiroso, que acarrea daños a quien lo recibe.
El adulado pasa a tener una visión falsa sobre sí mismo y acaba siendo impedido de examinarse, corregirse, esforzarse y mejorar aquello que hace o cómo se comporta. Los elogios son buenos, si son verdaderos. Cuidado con las pequeñas mentiras, son como pequeñas piedras de tropiezo.
Gran mentira, ocultar la verdad o hablar falsedad de forma descarada
Pero los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor engañando y siendo engañados.
(2 Timoteo 3:13)
Este es aquel tipo de artificio al que muchos recurren para resolver una situación que, en principio, parece sin salida. Mentiras de este tipo parecen tener la utilidad de evitar un mal mayor, pero sus consecuencias pueden ser aún más trágicas. La mentira grande o, como muchos dicen, la "mentira descarada", causa dolor y gran decepción cuando es descubierta.
Las mentiras, al igual que otros tipos de pecados, difieren entre sí en cuanto al tipo y la gravedad. Eso se debe a que algunas mentiras son peores que otras. La Biblia relata ocasiones en que personas tuvieron que mentir para salvarse o proteger a alguien de una situación peligrosa:
- En el caso de Rahab: ella necesitó mentir para salvar la vida de los espías (Josué 2:1-16).
- Sifrá y Puá: parteras hebreas que omitieron información para salvar la vida de los bebés hebreos (Éxodo 1:15-21)
Por otro lado, las Escrituras condenan actitudes como las de:
- Caín: cuando mintió diciendo que no sabía dónde estaba su hermano Abel (Génesis 4:9)
- Ananías y Safira: que mintieron deliberadamente sobre el valor del terreno ofrecido (Hechos 5:1-11)
Hay una gran diferencia entre mentir para escapar de las consecuencias de las propias malas acciones y mentir para salvar la vida de alguien o resolver una situación injusta y cruel. Por ejemplo, en el caso de las parteras hebreas, ellas mintieron al faraón para salvar a los bebés del infanticidio (Éxodo 1:15-21). Optaron por un mal menor para evitar un mal terriblemente peor.
La información falsa u omitida, la disimulación, la hipocresía y la calumnia son tipos de mentira que pueden convertirse en una práctica adictiva y maligna. El dolor y la pérdida de confianza son algunos de los tristes resultados del engaño en las relaciones (Proverbios 25:19).
Cuida tu corazón para que no se vuelva engañoso ni tus labios prontos para mentir. Recuerda que, aunque al principio la mentira parezca razonable o buena para resolver alguna situación, su fin será amargo. Busca conocer más a Jesús. Él puede liberarte y ayudarte a ser más sincero y verdadero.
Y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.
(Juan 8:32)
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