Jesús camina sobre las aguas (explicación y estudio bíblico)


Equipo de Bibliaon
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Encontramos el texto bíblico en el que Jesús y Pedro caminan sobre las aguas en los libros de Mateo, capítulo 14 y en Juan 6. Después de alimentar a una multitud, Jesús ordenó que los discípulos fueran en un barco hasta el otro lado del mar de Galilea, mientras él subía al monte para orar solo. Durante la noche, el barco fue golpeado por fuertes vientos y olas.

En la madrugada, Jesús fue al encuentro de ellos. Lo hizo caminando sobre las aguas. Al verlo, los discípulos se asustaron, pensando que era un fantasma. Entonces Jesús los tranquilizó, diciendo: “¡Tengan ánimo! ¡Yo soy! ¡No teman!”.

Pedro, queriendo asegurarse, le pidió a Jesús que lo llamara a ir hacia él sobre las aguas. Jesús lo invitó, y Pedro comenzó a andar sobre las aguas. Sin embargo, al darse cuenta de la fuerza del viento, tuvo miedo y empezó a hundirse, clamando por ayuda. Jesús inmediatamente lo sostuvo y le dijo: “¡Oh hombre de poca fe!, ¿por qué dudaste?”.

Después que entraron en el barco, el viento se calmó, y los discípulos reconocieron a Jesús como el Hijo de Dios. Este pasaje bíblico muestra la importancia de la fe y de la confianza en Jesús, incluso en medio de las adversidades.

El significado de Jesús caminar sobre las aguas

El acto de Jesús de caminar sobre las aguas posee un profundo significado espiritual y simbólico. En primer lugar, demuestra su autoridad sobre la naturaleza, mostrando que él es verdaderamente el Hijo de Dios. Al caminar sobre las aguas, Jesús reafirma que no hay límites para su poder, incluso en las situaciones más desafiantes.

Además, este texto nos enseña sobre la fe. Jesús nos da una importante lección cuando invitó a Pedro a andar con él. Mientras Pedro mantuvo su confianza, pudo caminar sobre las aguas. Pero, al permitir que la duda entrase en su corazón, comenzó a hundirse. Esta situación ilustra cómo la inseguridad y la falta de fe pueden desviarnos de nuestro camino y hacernos perder el rumbo.

Al rescatar a Pedro, Jesús nos muestra que él está siempre a nuestro lado, listo para apoyarnos en las dificultades. Con fe en él, podemos enfrentar las tempestades de la vida, pues él nos concede fuerza y esperanza.

Independientemente de las circunstancias, podemos confiar en su presencia y auxilio, sabiendo que él nunca nos abandona. Este mensaje nos anima a permanecer firmes, aún frente a las dificultades, conscientes de que tenemos un Salvador que nos sostiene en todo momento.

Pedro anda sobre las aguas, pero se hunde

Al invitar a Pedro a unirse a él, Jesús enseña que la fe verdadera exige acción. El mar agitado representa los desafíos de la vida, y la capacidad de Pedro de andar sobre las aguas ilustra que, con confianza en Cristo, podemos enfrentar tempestades.

Cuando Pedro comienza a hundirse debido a la duda, Jesús lo salva, enfatizando que él está siempre presente para ayudarnos en momentos de fragilidad. Así, este texto nos invita a mantener nuestra fe firme, incluso ante las adversidades.

Al permitir que Pedro caminase sobre las aguas, Jesús mostró que, con fe, es posible superar obstáculos. Sin embargo, cuando Pedro dudó y comenzó a hundirse, Jesús lo rescató, enseñando que la confianza en él es esencial en medio de las dificultades. La enseñanza central es que, con fe en Jesús, podemos enfrentar los desafíos y no debemos dudar de su poder.

7 secretos que hicieron que Pedro caminara sobre las aguas

Entender el contexto de esta porción bíblica nos ayuda a ver cuánto Dios obra en los mínimos detalles de la vida de quien confía en él. Cuando mantenemos la mirada fija en Jesús, la tormenta puede cesar. Pero si miramos los vientos, el miedo asoma. Podemos destacar 7 puntos que permitieron que Pedro caminara sobre las aguas:

  1. Estar dispuesto a salir del barco: Pedro solo camina sobre las aguas porque acepta salir de la zona de seguridad (el barco). La disposición para obedecer importa.
  2. Escuchar el llamado de Jesús: Jesús llamó a Pedro: le dijo “ven”. No es iniciativa humana espontánea, sino una respuesta al llamado de Cristo.
  3. Mantener la mirada fija en Jesús: Mientras Pedro mira a Jesús, camina sobre las aguas. Cuando comienza a fijar la vista en los vientos, comienza a hundirse. Mantener el enfoque en el Señor es esencial.
  4. Tener fe incluso en medio de la tormenta: El barco sacudiéndose, las olas altas, el viento fuerte, todo eso hace la prueba más difícil. Pero la fe activa en los momentos de crisis revela el carácter de Dios.
  5. Reconocer los límites personales: Pedro comienza a hundirse, no como castigo, sino al darse cuenta de su debilidad humana. Esto le permite clamar por socorro.
  6. Poder del clamor y el auxilio inmediato de Jesús: Al percibir el peligro, Pedro grita “¡Señor, sálvame!”. Jesús, inmediatamente, le tiende la mano. Dios responde cuando reconocemos nuestra necesidad.
  7. Adoración y reconocimiento: Después de entrar en el barco, el viento se calma y los discípulos adoran, diciendo: “¡Verdaderamente eres Hijo de Dios!” El milagro conduce al reconocimiento de quién es Jesús.

Lecciones del texto en el que Jesús y Pedro caminan sobre las aguas

El relato de Jesús y Pedro caminando sobre las aguas es más que un evento sobrenatural: trae lecciones profundas para nuestra vida espiritual y práctica.

Primero, vemos que Jesús domina la creación. Al caminar sobre el mar agitado, él muestra que nada está fuera de su control, ni siquiera las fuerzas que amedrentan al ser humano. Esta verdad nos invita a confiar en Jesús en medio de las tormentas de la vida, recordando que él es Señor sobre todas las cosas.

Otra enseñanza está en Pedro. Cuando él acepta el llamado de Jesús para salir del barco, percibimos el valor de la fe que se arriesga. Caminar sobre las aguas solo fue posible porque Pedro se atrevió a confiar en la palabra del Maestro. No obstante, al apartar la mirada de Jesús y fijarse en el viento, comenzó a hundirse. Esto enseña que nuestra fe debe permanecer firme, enfocada en el Señor, y no en las circunstancias que nos rodean.

También aprendemos sobre la gracia inmediata de Cristo. Al clamar “¡Señor, sálvame!”, Pedro recibió auxilio sin demora. Así, se nos recuerda que, aun cuando vacilamos, podemos contar con la mano extendida de Jesús. Al final, la experiencia genera adoración, revelando que el propósito mayor es reconocer quién él es: el Hijo de Dios.

Porciones bíblicas en las que Jesús camina sobre las aguas

Mateo 14: Jesús camina sobre el agua

22 Y en seguida Jesús obligó a sus discípulos a entrar en la barca e ir delante de él a la otra orilla, mientras él despedía a las multitudes.
23 Una vez despedida la gente, subió al monte para orar a solas; y cuando llegó la noche, estaba allí solo.
24 La barca ya quedaba a gran distancia de la tierra, azotada por las olas, porque el viento era contrario.
25 Y a la madrugada, Jesús fue a ellos caminando sobre el mar.
26 Pero cuando los discípulos lo vieron caminando sobre el mar, se turbaron diciendo: —¡Un fantasma! Y gritaron de miedo.
27 En seguida Jesús les habló diciendo: —¡Tengan ánimo! ¡Yo soy! ¡No teman!

28 Entonces le respondió Pedro y dijo: —Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas.

29 Y él dijo:—Ven. Pedro descendió de la barca y caminó sobre las aguas, y fue hacia Jesús.
30 Pero al ver el viento fuerte tuvo miedo y comenzó a hundirse. Entonces gritó diciendo: —¡Señor, sálvame!

31 De inmediato Jesús extendió la mano, lo sostuvo y le dijo: —¡Oh hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?

32 Cuando ellos subieron a la barca, se calmó el viento.
33 Entonces los que estaban en la barca lo adoraron diciendo: —¡Verdaderamente eres Hijo de Dios!
(Mateo 14:22-33)

Juan 6: Jesús camina sobre el mar

16 Cuando anochecía, sus discípulos descendieron al mar 17 y, entrando en una barca iban cruzando el mar hacia Capernaúm. Ya había oscurecido, y Jesús todavía no había venido a ellos. 18 Y se agitaba el mar porque soplaba un gran viento. 19 Entonces, cuando habían remado como cinco o seis kilómetros, vieron a Jesús caminando sobre el mar y acercándose a la barca, y tuvieron miedo. 20 Pero él les dijo: —¡Yo soy! ¡No teman!

21 Entonces ellos quisieron recibirlo en la barca y, de inmediato, la barca llegó a la tierra a donde iban.
(Juan 6:16-21)

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