Cómo agradar a Dios: 5 actitudes que alegran al Señor


Equipo de Bibliaon
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Quienes aman a Dios desean agradarle. La Biblia nos enseña cómo podemos agradar a Dios en nuestras vidas por medio de nuestras acciones. Dios no exige grandes hazañas, sacrificios dolorosos ni rituales complejos. Lo que le agrada a Dios es simple.

1. Tener fe en Dios

La fe es la certeza de que Dios existe y la convicción de que él bendice a quienes lo buscan. Cuando tenemos fe, confiamos plenamente en el Señor y en su bondad para con nosotros. Es importante mantener viva nuestra fe, incluso en los momentos más difíciles de la vida. La fe también nos motiva a amar y respetar a Dios y su Palabra.

La fe agrada a Dios porque, a través de la fe en Jesús, podemos ser salvos. Dios nos ama y quiere salvarnos. Cuando confiamos en Dios, demostramos que no rechazamos su amor.

Y sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe y que es galardonador de los que le buscan.
(Hebreos 11:6)

El SEÑOR se complace en los que le temen
y en los que esperan en su misericordia.
(Salmo 147:11)

El SEÑOR se complace en los que le temen y en los que esperan en su misericordia. (Salmo 147:11)

2. Arrepentirse de los errores cometidos

Arrepentirse es más que solo sentir remordimiento. Es un cambio de actitud: reconocer que el pecado es malo y tomar la decisión de cambiar. Cuando pecamos, es como si hubiéramos fallado en un objetivo importante al actuar con la motivación equivocada.

Es cierto que no somos perfectos. Todos fallamos en algún aspecto, pero lo más importante en nuestro caminar con Dios es vivir buscando hacer lo correcto y hacer la voluntad de nuestro Padre celestial. Y cuando fallamos, debemos recurrir a él arrepentidos, y pedir perdón. Recuerda: el pecado insulta a Dios. Debería entristecernos y llevarnos a no contristar más al Señor. Cuando nos arrepentimos y pedimos perdón, nos reconciliamos con Dios.

Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado.
Al corazón contrito y humillado
no desprecias tú, oh Dios.
(Salmo 51:17)

3. Obedecer a Dios y su Palabra

La Biblia enseña que es mejor obedecer a Dios que tratar de ganar su ayuda con regalos u ofrendas. Dios prefiere un corazón obediente a una vida llena de esfuerzo y estrés, tratando de agradarle. Recuerda: ¡la obediencia trae bendiciones! Pero si no practicamos lo que Dios nos manda hacer en las Escrituras, somos desobedientes a él.

La obediencia a la Palabra de Dios agrada al Señor. Cuando escuchamos y hacemos lo que el Espíritu Santo nos guía y nos enseña, comenzamos a agradar al Señor. Si amamos a Dios sobre todas las cosas, ¡también le obedeceremos con gusto! A veces será difícil, seremos probados, ¡pero la obediencia es lo mejor que podemos hacer!

¿Se complace tanto el SEÑOR en los holocaustos y en los sacrificios como en que la palabra del SEÑOR sea obedecida? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención es mejor que el sebo de los carneros.
(1 Samuel 15:22b)

4. Ser sincero e íntegro de corazón

Dios ama la sinceridad. Por eso, necesitamos vivir con sinceridad, tanto en nosotros mismos como en nuestra vida práctica, en nuestras relaciones y actividades diarias. Recuerda que Jesús es la verdad; él se complace en las personas honestas, rectas y fieles que se presentan sin máscaras.

Dios no se deja manipular ni convencer por falsas actitudes. Él lo sabe todo, y nadie puede engañarlo con segundas intenciones, parcialidad o falsedad. Habla, ora y vive con sinceridad. Sé veraz con Dios y con los demás; esto honrará al Señor.

Yo sé, oh Dios mío, que tú pruebas el corazón y que te agrada la rectitud. Por eso, con rectitud de corazón te he ofrecido voluntariamente todo esto. Y ahora he visto con alegría que tu pueblo que se encuentra aquí ha dado para ti espontáneamente.
(1 Crónicas 29:17)

5. Hacer el bien al prójimo

Tener un corazón bondadoso y generoso refleja la bondad y el amor del Señor. Por eso es tan importante ser sensibles al dolor ajeno y buscar maneras de aliviarlo. Observa a tu alrededor y considera cuán importantes son las necesidades de los demás, no solo las nuestras.

Es valioso que los hijos de Dios demuestren amor, siendo amables, cordiales y gentiles unos con otros. Hacer el bien no es una teoría, sino que se revela en acciones prácticas. Cuando hacemos el bien y ayudamos a los demás, mostramos el amor de Dios. Dios es glorificado cuando hacemos lo correcto. Dios se complace con nuestro bien y con el bien de quienes ayudamos.

No se olviden de hacer el bien y de compartir lo que tienen porque tales sacrificios agradan a Dios.
(Hebreos 13:16)

Pon en práctica estas 5 actitudes y proponte agradar a Dios cada día.

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