Todo creyente necesita estar atento y vigilante para evitar caer en el pecado. No tenemos que luchar por nuestras propias fuerzas. La Biblia nos anima a vigilar y orar para recibir las fuerzas del Señor. Así lograremos vencer la tentación y vivir la vida que Dios desea que vivamos hasta que Cristo regrese.
Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.
(Mateo 26:41)
Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.
(1 Pedro 5:8-9)
He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para que no ande desnudo, y vean su vergüenza.
(Apocalipsis 16:15)
Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor. Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa. Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis.
(Mateo 24:42-44)
Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.
(Mateo 25:13)
Yo les ruego que piensen en ustedes mismos, y que velen por el rebaño sobre el cual el Espíritu Santo los ha puesto como obispos, para que cuiden de la iglesia del Señor, que él ganó por su propia sangre.
(Hechos 20:28)
Pero tengan cuidado de que su corazón no se recargue de glotonería y embriaguez, ni de las preocupaciones de esta vida, para que aquel día no les sobrevenga de repente. Porque caerá como un lazo sobre todos los que habitan la faz de la tierra. Por lo tanto, manténganse siempre atentos, y oren para que se les considere dignos de escapar de todo lo que habrá de suceder, y de presentarse ante el Hijo del Hombre.
(Lucas 21:34-36)
Mirad, velad y orad; porque no sabéis cuándo será el tiempo.
(Marcos 13:33)
Oren en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y manténganse atentos, siempre orando por todos los santos.
(Efesios 6:18)
Obedezcan a sus pastores, y respétenlos. Ellos cuidan de ustedes porque saben que tienen que rendir cuentas a Dios. Así ellos cuidarán de ustedes con alegría, y sin quejarse; de lo contrario, no será provechoso para ustedes.
(Hebreos 13:17)
Por eso dice:
«Despiértate, tú que duermes.
Levántate de entre los muertos,
y te alumbrará Cristo.»
(Efesios 5:14)
Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti.
(Apocalipsis 3:3)
Por lo tanto, preparen su mente para la acción, estén atentos y pongan toda su esperanza en la gracia que recibirán cuando Jesucristo sea manifestado.
(1 Pedro 1:13)
Dedíquense a la oración, y sean constantes en sus acciones de gracias.
(Colosenses 4:2)
Señor, pon un vigilante en mi boca;
¡ponle un sello a mis labios!
No dejes que mi corazón caiga en la maldad,
ni me dejes cometer actos inicuos,
ni que me junte con los malvados
y participe en banquetes de malhechores.
(Salmo 141:3-4)
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