El fruto del árbol es el producto del crecimiento y la maduración de la planta y muestra si el árbol es bueno o malo. De la misma manera, nuestras vidas se reflejan en el fruto que cosechamos. Una vida de comunión y crecimiento con Dios cosecha amor, alegría, paz y bendiciones espirituales. Pero la vida de pecado cosecha malos frutos que traen castigo.
Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.
(Mateo 7:16-17)
Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
(Gálatas 5:22-23)
Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.
(Juan 15:1-2)
Quienes no crecen en su relación con Dios tampoco cosechan mucho fruto. Para dar fruto que prevalece por la eternidad, debemos permanecer unidos a Dios y firmes en él.
Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.
(Juan 15:4-5)
Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre.
(Hebreos 13:15)
El buen árbol no puede dar frutos malos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que ustedes los conocerán por sus frutos.
(Mateo 7:18-20)
No es buen árbol el que da malos frutos, ni árbol malo el que da buen fruto. Porque cada árbol se conoce por su fruto; pues no se cosechan higos de los espinos, ni de las zarzas se vendimian uvas. El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca.
(Lucas 6:43-45)
El fruto del justo es árbol de vida;
Y el que gana almas es sabio.
(Proverbios 11:30)
Del fruto de la boca del hombre se llenará su vientre;
Se saciará del producto de sus labios.
(Proverbios 18:20)
Produzcan frutos dignos de arrepentimiento,
(Mateo 3:8)
Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz.
(Santiago 3:18)
Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz (porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad), comprobando lo que es agradable al Señor.
(Efesios 5:8-10)
Quien cuida la higuera comerá su fruto,
Y el que mira por los intereses de su señor, tendrá honra.
(Proverbios 27:18)
Díganle al hombre justo que le irá bien, y que comerá del fruto de sus obras.
(Isaías 3:10)
Siembren para ustedes la justicia, y cosecharán misericordia. Hagan para ustedes el barbecho, porque este es el momento de buscarme. Entonces yo, el Señor, vendré y los instruiré en la justicia.
Ustedes abrieron surcos para la impiedad, y lo que cosecharon fue la iniquidad. Por eso comerán el fruto de la mentira, pues confiaron en sus propias ideas y en la multitud de sus guerreros.
(Oseas 10:12-13)
Oíd: He aquí, el sembrador salió a sembrar; y al sembrar, aconteció que una parte cayó junto al camino, y vinieron las aves del cielo y la comieron. Otra parte cayó en pedregales, donde no tenía mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra. Pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Otra parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron, y no dio fruto. Pero otra parte cayó en buena tierra, y dio fruto, pues brotó y creció, y produjo a treinta, a sesenta, y a ciento por uno.
(Marcos 4:3-8)
Esta es, pues, la parábola: La semilla es la palabra de Dios. Y los de junto al camino son los que oyen, y luego viene el diablo y quita de su corazón la palabra, para que no crean y se salven. Los de sobre la piedra son los que habiendo oído, reciben la palabra con gozo; pero estos no tienen raíces; creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba se apartan. La que cayó entre espinos, estos son los que oyen, pero yéndose, son ahogados por los afanes y las riquezas y los placeres de la vida, y no llevan fruto. Mas la que cayó en buena tierra, estos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia.
(Lucas 8:11-15)
Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer.
(Génesis 1:29)
Honra a Jehová con tus bienes,
Y con las primicias de todos tus frutos;
Y serán llenos tus graneros con abundancia,
Y tus lagares rebosarán de mosto.
(Proverbios 3:9-10)
Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.
(2 Corintios 9:6)
No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.
(Gálatas 6:9)
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