Versículos de buenas noches


Lista de versículos bíblicos para meditar sobre el descanso que Dios nos quiere dar. Llena tu mente con la Palabra de Dios y aprende a descansar en sus promesas. Entrégale al Señor tus problemas y recibe su paz.

El Señor está contigo. El Señor cuida de ti. ¡Que tengas una buena noche!

Salmo 4:8

En paz me acuesto y me duermo, porque solo tú, Señor, me haces vivir confiado. (Salmo 4:8)

En paz me acuesto y me duermo, porque solo tú, Señor, me haces vivir confiado.
(Salmo 4:8)

Salmo 62:5

Solo en Dios halla descanso mi alma; de él viene mi esperanza.
(Salmo 62:5)

Proverbios 19:23

El temor del Señor conduce a la vida; da un sueño tranquilo y evita los problemas.
(Proverbios 19:23)

Isaías 26:3

Al de carácter firme lo guardarás en perfecta paz, porque en ti confía.
(Isaías 26:3)

Salmo 42:8

Esta es la oración al Dios de mi vida: que de día el Señor mande su amor, y de noche su canto me acompañe. (Salmo 42:8)

Esta es la oración al Dios de mi vida: que de día el Señor mande su amor, y de noche su canto me acompañe.
(Salmo 42:8)

Salmo 56:3

Cuando siento miedo, pongo en ti mi confianza.
(Salmo 56:3)

Salmo 63:6-7

En mi lecho me acuerdo de ti; pienso en ti toda la noche. A la sombra de tus alas cantaré, porque tú eres mi ayuda.
(Salmo 63:6-7)

Salmo 62:1

Solo en Dios halla descanso mi alma; de él viene mi salvación.
(Salmo 62:1)

Juan 14:27

La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden. (Juan 14:27)

La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden.
(Juan 14:27)

Salmo 16:7-8

Bendeciré al Señor, que me aconseja; aun de noche me reprende mi conciencia. Siempre tengo presente al Señor; con él a mi derecha, nada me hará caer.
(Salmo 16:7-8)

Oración de la noche: 20 oraciones para antes de dormir

Proverbios 6:20-22

Hijo mío, obedece el mandamiento de tu padre y no abandones la enseñanza de tu madre. Grábatelos en el corazón; cuélgatelos al cuello. Cuando camines, te servirán de guía; cuando duermas, vigilarán tu sueño; cuando despiertes, hablarán contigo.
(Proverbios 6:20-22)

Jeremías 31:25

Daré de beber a los sedientos y saciaré a los que estén agotados.
(Jeremías 31:25)

Salmo 55:22

Encomienda al Señor tus afanes, y él te sostendrá; no permitirá que el justo caiga y quede abatido para siempre. (Salmo 55:22)

Encomienda al Señor tus afanes, y él te sostendrá; no permitirá que el justo caiga y quede abatido para siempre.
(Salmo 55:22)

Deuteronomio 33:12

Acerca de Benjamín dijo: «Que el amado del Señor repose seguro en él, porque lo protege todo el día y descansa tranquilo entre sus hombros».
(Deuteronomio 33:12)

Salmo 91:1-2

El que habita al abrigo del Altísimo se acoge a la sombra del Todopoderoso. Yo le digo al Señor: «Tú eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quien confío».
(Salmo 91:1-2)

Éxodo 33:14

Yo mismo iré contigo y te daré descanso —respondió el Señor.
(Éxodo 33:14)

Mateo 11:28

Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso. (Mateo 11:28)

Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso.
(Mateo 11:28)

Hebreos 4:9-10

Por consiguiente, queda todavía un reposo especial para el pueblo de Dios; porque el que entra en el reposo de Dios descansa también de sus obras, así como Dios descansó de las suyas.
(Hebreos 4:9-10)

Salmo 116:7

¡Ya puedes, alma mía, estar tranquila, que el Señor ha sido bueno contigo!
(Salmo 116:7)

Salmo 127:1-2

Si el Señor no edifica la casa, en vano se esfuerzan los albañiles. Si el Señor no cuida la ciudad, en vano hacen guardia los vigilantes. En vano madrugan ustedes, y se acuestan muy tarde, para comer un pan de fatigas, porque Dios concede el sueño a sus amados.
(Salmo 127:1-2)

Proverbios 3:24

Al acostarte, no tendrás temor alguno; te acostarás y dormirás tranquilo. (Proverbios 3:24)

Al acostarte, no tendrás temor alguno; te acostarás y dormirás tranquilo.
(Proverbios 3:24)

Salmo 121:5-6

El Señor es quien te cuida, el Señor es tu sombra protectora. De día el sol no te hará daño, ni la luna de noche.
(Salmo 121:5-6)

Salmo 3:5

Yo me acuesto, me duermo y vuelvo a despertar, porque el Señor me sostiene.
(Salmo 3:5)