15 versículos bíblicos sobre no adorar imágenes


Las imágenes son cosas creadas por el hombre, sin ningún poder. Una imagen no adquiere el poder de una deidad ni puede hacer nada por quien la adora. Confiar en una imagen es un gran error. Solo hay un Dios y solo debemos adorarlo a él. Dios no vive en imágenes ni acepta que adoremos cosas.

Hijitos, guárdense de los ídolos.
(1 Juan 5:21)

No tendrás dioses ajenos delante de mí.
No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.
(Éxodo 20:3-6)

No recurran a los ídolos, ni los hagan dioses de fundición. Yo, el SEÑOR, su Dios.
(Levítico 19:4)

Los ídolos de ellos son de plata y oro, obra de manos de hombres.
Tienen boca pero no hablan; tienen ojos pero no ven;
tienen orejas pero no oyen;
tienen nariz pero no huelen;
tienen manos pero no palpan; tienen pies pero no andan;
no emiten sonido con su garganta.
Como ellos, son los que los hacen
y todos los que en ellos confían.
(Salmo 115:4-8)

Los ídolos de ellos son de plata y oro, obra de manos de hombres. Tienen boca pero no hablan; tienen ojos pero no ven; tienen orejas pero no oyen; tienen nariz pero no huelen; tienen manos pero no palpan; tienen pies pero no andan; no emiten sonido con su garganta. Como ellos, son los que los hacen y todos los que en ellos confían. (Salmo 115:4-8)

Solo Dios tiene el poder de ayudarnos y librarnos en momentos de necesidad. Adorar una imagen es un insulto al Dios verdadero.

Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.
(Romanos 1:22-23)

Maldito el hombre que hiciere escultura o imagen de fundición, abominación a Jehová, obra de mano de artífice, y la pusiere en oculto. Y todo el pueblo responderá y dirá: Amén.
(Deuteronomio 27:15)

¿A qué, pues, harán semejante a Dios; o con qué imagen lo compararán?
El escultor hace una imagen de fundición, y el platero la recubre con oro y le funde cadenas de plata. El que es pobre para ofrecer tal ofrenda escoge una madera que no se pudra y se busca un escultor experto, para que le haga una imagen que no se tambalee.
(Isaías 40:18-20)

Quema parte del leño en el fuego y sobre él prepara carne asada, come y se sacia. Luego se calienta y dice: “¡Ah! Me caliento mientras contemplo el fuego”. Después, lo que sobra lo transforma en la imagen tallada de un dios. Se postra ante él y lo adora, y le ruega diciendo: “¡Líbrame, porque tú eres mi dios!”.
No conocen ni entienden; porque sus ojos están tapados para no ver; también su corazón, para no comprender. Nadie reflexiona; nadie tiene conocimiento ni entendimiento para decir: “Parte de esto quemé en el fuego y sobre sus brasas cocí pan, asé carne y comí. ¿He de convertir en una abominación lo que sobra de él? ¿Me he de postrar ante un tronco de árbol?”. Se alimenta de ceniza; su corazón engañado lo desvía. No libra su alma ni dice: “¿Acaso no es una mentira lo que tengo en mi mano derecha?”.
(Isaías 44:16-20)

No se harán ídolos, ni imágenes, ni se levantarán piedras rituales, ni pondrán en su tierra piedras esculpidas para postrarse ante ellas; porque yo soy el SEÑOR, su Dios.
(Levítico 26:1)

Porque las costumbres de los pueblos son vanidad: Cortan un árbol del bosque, y las manos del escultor lo labran con la azuela. Lo adornan con plata y oro; lo afirman con clavos y martillo para que no se tambalee. Son como un espantapájaros en un huerto de pepinos. No hablan; son llevados, porque no pueden dar un paso. No tengan temor de ellos, porque no pueden hacer daño ni tampoco tienen poder para hacer bien.
(Jeremías 10:3-5)

Todo hombre se embrutece por falta de conocimiento. Todo platero es avergonzado a causa de su ídolo. Porque sus ídolos de fundición son un engaño, y no hay espíritu en ellos. Son vanidad, obra ridícula; en el tiempo de su castigo perecerán.
(Jeremías 10:14-15)

¿De qué sirve la escultura que talla el escultor? ¿De qué sirve la imagen de fundición, si es maestra de engaño para que el escultor confíe en su obra haciendo ídolos mudos? Ay del que dice al palo: “¡Despiértate!” y a la piedra muda: “¡Levántate!”. ¿Podrá él enseñar? He aquí que está cubierto de oro y de plata; no hay espíritu dentro de él.
Pero el SEÑOR está en su santo templo: ¡Calle delante de él toda la tierra!
(Habacuc 2:18-20)

Haré destruir tus ídolos y tus piedras rituales en medio de ti, y nunca más te inclinarás hacia la obra de tus manos.
(Miqueas 5:13)

¿Qué, pues, quiero decir? ¿Que lo que es sacrificado a los ídolos sea algo, o que el ídolo sea algo? Al contrario, digo que lo que los gentiles sacrifican, lo sacrifican a los demonios, y no a Dios. Y yo no quiero que ustedes participen con los demonios.
(1 Corintios 10:19-20)

Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte e imaginación de hombres. Por eso, aunque antes Dios pasó por alto los tiempos de la ignorancia, en este tiempo manda a todos los hombres, en todos los lugares, que se arrepientan;
(Hechos 17:29-30)

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