57 versículos bíblicos de confianza en Dios


Confiar en Dios nos fortalece para enfrentar con valentía y fe los momentos inciertos o difíciles de la vida. Quien confía en Dios tiene la certeza de que siempre está a su lado y que ninguna situación superará sus capacidades para sobrellevarla.

Bueno es el Señor; es refugio en el día de la angustia, y protector de los que en él confían.
(Nahúm 1:7)

Esta es la confianza que delante de Dios tenemos por medio de Cristo. No es que nos consideremos competentes en nosotros mismos. Nuestra capacidad viene de Dios. Él nos ha capacitado para ser servidores de un nuevo pacto, no el de la letra, sino el del Espíritu; porque la letra mata, pero el Espíritu da vida.
(2 Corintios 3:4-6)

El Señor es mi roca, mi amparo, mi libertador; es mi Dios, el peñasco en que me refugio. Es mi escudo, el poder que me salva, ¡mi más alto escondite!
(Salmo 18:2)

Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas. - Proverbios 3:5-6

Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas.
(Proverbios 3:5-6)

Confía en el Señor y haz el bien; establécete en la tierra y mantente fiel. Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón.
(Salmo 37:3-4)

El camino de Dios es perfecto; la palabra del Señor es intachable. Escudo es Dios a los que en él se refugian.
(2 Samuel 22:31)

Aun cuando un ejército me asedie, no temerá mi corazón; aun cuando una guerra estalle contra mí, yo mantendré la confianza.
(Salmo 27:3)

Pero que se alegren todos los que en ti buscan refugio; ¡que canten siempre jubilosos! Extiéndeles tu protección, y que en ti se regocijen todos los que aman tu nombre. Porque tú, Señor, bendices a los justos; cual escudo los rodeas con tu buena voluntad.
(Salmo 5:11-12)

Pero yo confío en tu gran amor; mi corazón se alegra en tu salvación. Canto salmos al Señor. ¡El Señor ha sido bueno conmigo!
(Salmo 13:5-6)

El que habita al abrigo del Altísimo se acoge a la sombra del Todopoderoso. Yo le digo al Señor: «Tú eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quien confío».
(Salmo 91:1-2)

El Señor es sol y escudo; Dios nos concede honor y gloria. El Señor brinda generosamente su bondad a los que se conducen sin tacha. Señor Todopoderoso, ¡dichosos los que en ti confían!
(Salmo 84:11-12)

David dedicó al Señor la letra de esta canción cuando el Señor lo libró de Saúl y de todos sus enemigos. Dijo así: «El Señor es mi roca, mi amparo, mi libertador; es mi Dios, el peñasco en que me refugio. Es mi escudo, el poder que me salva, ¡mi más alto escondite! Él es mi protector y mi salvador. ¡Tú me salvaste de la violencia! Invoco al Señor, que es digno de alabanza, y quedo a salvo de mis enemigos.»
(2 Samuel 22:1-4)

Al acostarte, no tendrás temor alguno; te acostarás y dormirás tranquilo. No temerás ningún desastre repentino, ni la desgracia que sobreviene a los impíos. Porque el Señor estará siempre a tu lado y te librará de caer en la trampa.
(Proverbios 3:24-26)

Vea también: Reflexión sobre la confianza en Dios

¡Dios es mi salvación! Confiaré en él y no temeré. El Señor es mi fuerza, el Señor es mi canción; ¡él es mi salvación!
(Isaías 12:2)

En paz me acuesto y me duermo, porque solo tú, Señor, me haces vivir confiado.
(Salmo 4:8)

Es mejor refugiarse en el Señor que confiar en el hombre. Es mejor refugiarse en el Señor que fiarse de los poderosos. - Salmo 118:8-9

Es mejor refugiarse en el Señor que confiar en el hombre. Es mejor refugiarse en el Señor que fiarse de los poderosos.
(Salmo 118:8-9)

Por la mañana, Señor, escuchas mi clamor; por la mañana te presento mis ruegos, y quedo a la espera de tu respuesta.
(Salmo 5:3)

A las montañas levanto mis ojos; ¿de dónde ha de venir mi ayuda? Mi ayuda proviene del Señor, creador del cielo y de la tierra. No permitirá que tu pie resbale; jamás duerme el que te cuida. Jamás duerme ni se adormece el que cuida de Israel. El Señor es quien te cuida, el Señor es tu sombra protectora.
(Salmo 121:1-5)

Toda palabra de Dios es digna de crédito; Dios protege a los que en él buscan refugio.
(Proverbios 30:5)

El Señor es refugio de los oprimidos; es su baluarte en momentos de angustia. En ti confían los que conocen tu nombre, porque tú, Señor, jamás abandonas a los que te buscan.
(Salmo 9:9-10)

En ti confiaron nuestros padres; confiaron, y tú los libraste; a ti clamaron, y tú los salvaste; se apoyaron en ti, y no los defraudaste.
(Salmo 22:4-5)

No se angustien. Confíen en Dios, y confíen también en mí.
(Juan 14:1)

El justo será siempre recordado; ciertamente nunca fracasará. No temerá recibir malas noticias; su corazón estará firme, confiado en el Señor. Su corazón estará seguro, no tendrá temor, y al final verá derrotados a sus adversarios.
(Salmo 112:6-8)

El Señor es refugio de los oprimidos; es su baluarte en momentos de angustia. En ti confían los que conocen tu nombre, porque tú, Señor, jamás abandonas a los que te buscan.
(Salmo 9:9-10)

El ángel del Señor acampa en torno a los que le temen; a su lado está para librarlos. Prueben y vean que el Señor es bueno; dichosos los que en él se refugian. Teman al Señor, ustedes sus santos, pues nada les falta a los que le temen.
(Salmo 34:7-9)

Encomienda al Señor tu camino; confía en él, y él actuará. Hará que tu justicia resplandezca como el alba; tu justa causa, como el sol de mediodía.
(Salmo 37:5-6)

Cuando siento miedo, pongo en ti mi confianza. Confío en Dios y alabo su palabra; confío en Dios y no siento miedo. ¿Qué puede hacerme un simple mortal?
(Salmo 56:3-4)

Tú, Soberano Señor, has sido mi esperanza; en ti he confiado desde mi juventud. De ti he dependido desde que nací; del vientre materno me hiciste nacer. ¡Por siempre te alabaré! - Salmo 71:5-6

Tú, Soberano Señor, has sido mi esperanza; en ti he confiado desde mi juventud. De ti he dependido desde que nací; del vientre materno me hiciste nacer. ¡Por siempre te alabaré!
(Salmo 71:5-6)

Cuídame, oh Dios, porque en ti busco refugio. Yo le he dicho al Señor: «Mi Señor eres tú. Fuera de ti, no poseo bien alguno».
(Salmo 16:1-2)

Dichoso el que pone su confianza en el Señor y no recurre a los idólatras ni a los que adoran dioses falsos.
(Salmo 40:4)

Vea también: 55 versículos de fe y confianza en Dios

Solo en Dios halla descanso mi alma; de él viene mi esperanza. Solo él es mi roca y mi salvación; él es mi protector y no habré de caer. Dios es mi salvación y mi gloria; es la roca que me fortalece; ¡mi refugio está en Dios! Confía siempre en él, pueblo mío; ábrele tu corazón cuando estés ante él. ¡Dios es nuestro refugio! Selah
(Salmo 62:5-8)

Pon en manos del Señor todas tus obras, y tus proyectos se cumplirán. - Proverbios 16:3

Pon en manos del Señor todas tus obras, y tus proyectos se cumplirán.
(Proverbios 16:3)

El Señor es sol y escudo; Dios nos concede honor y gloria. El Señor brinda generosamente su bondad a los que se conducen sin tacha. Señor Todopoderoso, ¡dichosos los que en ti confían!
(Salmo 84:11-12)

Por la mañana hazme saber de tu gran amor, porque en ti he puesto mi confianza. Señálame el camino que debo seguir, porque a ti elevo mi alma.
(Salmo 143:8)

Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito.
(Romanos 8:28)

Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.
(Romanos 8:37-39)

Manténganse libres del amor al dinero, y conténtense con lo que tienen, porque Dios ha dicho: «Nunca te dejaré; jamás te abandonaré». Así que podemos decir con toda confianza: «El Señor es quien me ayuda; no temeré. ¿Qué me puede hacer un simple mortal?»
(Hebreos 13:5-6)

Bendito el hombre que confía en el Señor y pone su confianza en él. Será como un árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme que llegue el calor, y sus hojas están siempre verdes. En época de sequía no se angustia, y nunca deja de dar fruto.
(Jeremías 17:7-8)

...porque todo el que ha nacido de Dios vence al mundo. Esta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
(1 Juan 5:4-5)

Esta es la confianza que tenemos al acercarnos a Dios: que, si pedimos conforme a su voluntad, él nos oye. Y, si sabemos que Dios oye todas nuestras oraciones, podemos estar seguros de que ya tenemos lo que le hemos pedido.
(1 Juan 5:14-15)

Acerca de Benjamín dijo: «Que el amado del Señor repose seguro en él, porque lo protege todo el día y descansa tranquilo entre sus hombros».
(Deuteronomio 33:12)

Por eso les digo: No se preocupen por su vida, qué comerán o beberán; ni por su cuerpo, cómo se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa? Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas?
(Mateo 6:25-26)

Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia. Por eso, no temeremos aunque se desmorone la tierra y las montañas se hundan en el fondo del mar; aunque rujan y se encrespen sus aguas, y ante su furia retiemblen los montes. Selah
(Salmo 46:1-3)

El que atiende a la palabra prospera. ¡Dichoso el que confía en el Señor!
(Proverbios 16:20)

Ciertamente les aseguro que el que cree tiene vida eterna.
(Juan 6:47)

Entonces Jesús le dijo: Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá, aunque muera; y todo el que vive y cree en mí no morirá jamás. ¿Crees esto?
(Juan 11:25-26)

Que se regocijen en el Señor los justos; que busquen refugio en él; ¡que lo alaben todos los de recto corazón!
(Salmo 64:10)

Pero el Señor es mi protector, es mi Dios y la roca en que me refugio.
(Salmo 94:22)

Cuando siento miedo, pongo en ti mi confianza. Confío en Dios y alabo su palabra; confío en Dios y no siento miedo. ¿Qué puede hacerme un simple mortal?
(Salmo 56:3-4)

Los que temen al Señor, confíen en él; él es su ayuda y su escudo. El Señor nos recuerda y nos bendice: bendice al pueblo de Israel, bendice a los descendientes de Aarón, bendice a los que temen al Señor, bendice a grandes y pequeños.
(Salmo 115:11-13)

Cuando cruces las aguas, yo estaré contigo; cuando cruces los ríos, no te cubrirán sus aguas; cuando camines por el fuego, no te quemarás ni te abrasarán las llamas.
(Isaías 43:2)

El Señor es justo en todos sus caminos y bondadoso en todas sus obras. El Señor está cerca de quienes lo invocan, de quienes lo invocan en verdad. Cumple los deseos de quienes le temen; atiende a su clamor y los salva.
(Salmo 145:17-19)

Así que mi Dios les proveerá de todo lo que necesiten, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús. A nuestro Dios y Padre sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
(Filipenses 4:19-20)

Cuán grande es tu bondad, que atesoras para los que te temen, y que a la vista de la gente derramas sobre los que en ti se refugian.
(Salmo 31:19)

En él, mediante la fe, disfrutamos de libertad y confianza para acercarnos a Dios.
(Efesios 3:12)

Mi escudo está en Dios, que salva a los de corazón recto.
(Salmo 7:10)

Y nosotros hemos llegado a saber y creer que Dios nos ama. Dios es amor. El que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.
(1 Juan 4:16)

Confiar en Dios trae paz al corazón. Cuando confiamos en nuestro Padre celestial, depositamos en él nuestra fe y descansamos tranquilos porque sabemos que él está a nuestro lado y nos ayuda.

¡Medita en los siguientes versículos y afirma tu confianza en Dios!

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