La Biblia dice que eres hijo amado de Dios, parte de su familia y acogido por su amor incondicional.
Eres más que vencedor en Cristo, porque con él puedes superar cualquier situación y vivir en victoria.
Eres elegido por Dios, apartado para un propósito especial y llamado a ser parte de su reino.
Para Dios, eres valioso y protegido, cuidado con amor y atención.
En Cristo, eres perdonado y salvo, libre del pecado y con acceso a la vida eterna.
10 cosas que la Biblia dice que soy
1. Soy hijo de Dios
¡Él te eligió para que seas parte de su familia! Sin importar tu pasado ni tus fracasos, en Cristo has sido adoptado como hijo amado de Dios. Como hijo, se te promete la vida eterna con el Creador. ¡Regocíjate en esta verdad y vive como un verdadero heredero del reino!
Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;
(Juan 1:12)
2. Soy más que vencedor
En Cristo no solo eres victorioso, sino ¡más que vencedor! Esto significa que las dificultades de la vida no tienen poder sobre ti, porque Jesús ya logró la victoria definitiva. Sin importar los desafíos que surjan, puedes enfrentarlos con fe, porque Dios te da fuerza y valentía.
Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
(Romanos 8:37)
3. Soy amado
¡Eres amado con un amor eterno e inquebrantable! El amor de Dios por ti no depende de lo que hagas o dejes de hacer, sino de su gracia y fidelidad. Su amor supera cualquier límite humano y nunca se agota. Él está ahí en las buenas y en las malas, sosteniéndote con cuidado y misericordia. Tu valor no reside en tus logros, sino en que Dios ha elegido amarte para siempre.
Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia.
(Jeremías 31:3)
4. Soy escogido
¡Dios te ha elegido para formar parte de su pueblo especial! Como elegido de Dios, tienes una misión: proclamar su grandeza, demostrando su amor y verdad dondequiera que vayas. No eres fruto de la casualidad, sino una obra planificada y deseada por Dios.
Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;
(1 Pedro 2:9)
5. Soy precioso
Para Dios, eres precioso, una honra. Tu vida tiene un valor incomparable porque fue redimida por el sacrificio de Cristo en la cruz. Ninguna circunstancia puede cambiar eso, y puedes vivir con la confianza de que Dios te ama y te protege.
Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré, pues, hombres por ti, y naciones por tu vida.
(Isaías 43:4)
6. Soy nueva criatura en Cristo
En Cristo, ya no eres el mismo, ¡eres una nueva creación! Tu pasado ya no define quién eres, porque Dios lo ha hecho todo nuevo. El perdón de Jesús ha borrado tus errores y te ha dado un nuevo comienzo. Ahora puedes vivir conforme a la voluntad de Dios, libre de culpa y de la carga del pecado.
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
(2 Corintios 5:17)
7. Soy templo del Espíritu Santo
Tu cuerpo es un santuario, porque Dios vive en ti. Esto significa que eres la morada del Espíritu Santo y debes cuidar bien de ese templo. Tu vida es un reflejo de su presencia, por lo que es importante que busques la pureza y la santidad.
¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?
(1 Corintios 6:19)
8. Soy luz brillante
En Jesús eres luz que brilla e ilumina el mundo que te rodea. Tu vida refleja la verdad de Cristo y tiene el poder de inspirar a otros a seguir el camino de la salvación.
Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una montaña no puede esconderse.
(Mateo 5:14)
9. Soy especial
No eres un error ni algo creado al azar, sino una obra maestra de Dios, creada con un propósito. Tu vida tiene un valor único, y Dios diseñó cada parte de ti con sumo cuidado. Fuiste creado para hacer buenas obras que glorifiquen a Dios e impacten el mundo que te rodea.
Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
(Efesios 2:10)
10. Soy perdonado
Has sido redimido, lavado y perdonado por la sangre de Cristo. Esto significa que tus pecados ya no tienen poder sobre ti, porque Jesús pagó el precio por ellos en la cruz. Ahora puedes vivir en libertad, sin el peso de la culpa, y disfrutar de la paz que proviene del perdón de Dios.
en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia,
(Efesios 1:7)
Que estas verdades fortalezcan tu fe y te recuerden quién eres realmente para Dios.
¡Eres quien Dios dice que eres!
En Cristo, Dios define nuestra identidad, no las opiniones de la gente. Aunque la gente diga que no valemos nada, la Biblia afirma que somos valiosos. Cuando nos hacen sentir insignificantes, Dios nos recuerda que somos especiales y que tiene un plan maravilloso para nuestras vidas.
Cuando comprendemos quiénes somos para Dios, descubrimos que nuestras vidas tienen un propósito. Dios nos invita a vivir vidas que reflejen su amor y bondad. Incluso en tiempos difíciles, podemos confiar en que él tiene un plan para nosotros y nos ama incondicionalmente.
Al comprender quiénes somos para Dios a través de la Biblia, encontramos confianza y fuerza para vivir conforme a lo que él ha preparado para nosotros.
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