6 Salmos para la salud (encuentra sanidad y consuelo en Dios)


En momentos de enfermedad, estos Salmos y oraciones no solo nos invitan a establecer una conexión más profunda con Dios, sino que también ofrecen un consuelo y fortaleza inquebrantables. Nos recuerdan que, incluso en las horas más oscuras, la curación y la paz se pueden encontrar en la presencia reconfortante del Señor, sirviendo como un faro de esperanza y luz en nuestro camino hacia la recuperación.

1. Oración por la salud

Dichoso el que piensa en el débil;
el Señor lo librará en el día de la desgracia.
El Señor lo protegerá y lo mantendrá con vida; lo hará dichoso en la tierra
y no lo entregará al capricho de sus adversarios.
El Señor lo confortará cuando esté enfermo;
lo alentará en el lecho del dolor.
Yo he dicho: «Señor, compadécete de mí;
sáname, pues contra ti he pecado».
(Salmo 41:1-4)

Oración inspirada en el Salmo 41:1-4:

Señor mi Dios, gracias porque tú conoces mi corazón. Tú sabes lo que he hecho bien y lo que no. Gracias porque aun así me amas y me escuchas porque eres un Dios lleno de compasión. Perdona mis pecados, Señor. Te pido que te compadezcas de mí en este momento y me concedas la salud que necesito. Confórtame, mi Dios, y alienta mi corazón.
Gracias porque siempre escuchas mis oraciones y sé que me contestarás conforme a tu voluntad. En ti confío hoy y por siempre, Padre amado. Amén.

2. Alaba, alma mía, al Señor

Alaba, alma mía, al Señor; alabe todo mi ser su santo nombre.
Alaba, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios.
Él perdona todos tus pecados y sana todas tus dolencias;
él rescata tu vida del sepulcro y te cubre de amor y compasión;
él colma de bienes tu vida y te rejuvenece como a las águilas.
(Salmo 103:1-5)

Oración inspirada en el Salmo 103:1-5:

Señor, en este día te alabo y te glorifico con todas mis fuerzas. Mil gracias, Padre, por todas las bondades que has mostrado a lo largo de mi vida. ¡Tú has sido muy bueno conmigo y hoy vuelvo a darte las gracias! Te agradezco por todas las veces en las que he visto tu mano de salud sobre mi vida y sobre mi familia. Gracias sobre todas las cosas por el perdón que me has dado y la salvación que he recibido por medio de Jesús. Te alabo hoy y recibo nuevas fuerzas para continuar en el camino de la vida. En el nombre de Jesucristo, amén.

3. Ten piedad de mí, Señor, porque desfallezco

Tenme compasión, Señor, porque desfallezco;
sáname, Señor, que un frío de muerte recorre mis huesos.
Angustiada está mi alma; ¿hasta cuándo, Señor, hasta cuándo?
Vuélvete, Señor, y sálvame la vida; por tu gran amor, ¡ponme a salvo!

El Señor ha escuchado mis ruegos; el Señor ha tomado en cuenta mi oración.
(Salmo 6:2-4 y 9)

Oración inspirada en el Salmo 6:2-4 y 9:

Mi Señor y mi Dios, a veces las circunstancias son tan opresoras que siento que desfallezco. Necesito tu ayuda y tu intervención, Padre. ¡Ayúdame! Sé que tú puedes dar nuevas fuerzas a mi cuerpo y a mi espíritu. Te pido que renueves mi salud, por favor. Quita la angustia y la ansiedad que oprimen mi corazón.
Recibo tu paz en este momento y rechazo todo lo que no viene de ti. Gracias por tu Espíritu Santo que obra en mi ser y renueva mi esperanza. Sigue moviéndote en mí, Señor, y gracias porque escuchas mi oración. Amén.

4. A ti clamo, Señor, roca mía

A ti clamo, Señor, roca mía; no te desentiendas de mí,
porque, si guardas silencio, ya puedo contarme entre los muertos.
Oye mi voz suplicante cuando a ti acudo en busca de ayuda,
cuando tiendo los brazos hacia tu lugar santísimo.

Bendito sea el Señor, que ha oído mi voz suplicante.
El Señor es mi fuerza y mi escudo;
mi corazón en él confía; de él recibo ayuda.
Mi corazón salta de alegría, y con cánticos le daré gracias.
El Señor es la fortaleza de su pueblo,
y un baluarte de salvación para su ungido.
(Salmo 28:1-2, 6-8)

Oración inspirada en el Salmo 28:1-2, 6-8:

Padre amado, tal como hizo el salmista David, hoy te pido que atiendas mi clamor. Levanto mis brazos ante ti en señal de adoración y con la fe de que obrarás a mi favor. Necesito escuchar tu voz y ver cómo obras en mi vida y en mis circunstancias. Quiero llegar a darte gracias por tus milagros de salud y restauración. En ti está puesta mi confianza hoy y siempre. Tú eres mi fortaleza. En el nombre de Jesús, amén.

5. Señor mi Dios, te pedí ayuda y me sanaste

Señor mi Dios, te pedí ayuda y me sanaste.
Tú, Señor, me sacaste del sepulcro;
me hiciste revivir de entre los muertos.

Canten al Señor, ustedes sus fieles; alaben su santo nombre.
Porque solo un instante dura su enojo, pero toda una vida su bondad.
Si por la noche hay llanto, por la mañana habrá gritos de alegría.
(Salmo 30:2-5)

Oración inspirada en el Salmo 30:2-5:

Gracias, Señor, porque sé que escuchas mi voz y me ayudas. Te alabo porque he visto tu poder obrar en mi cuerpo. Gracias por tu obra de sanación sobre mí, porque en tu nombre sigo adelante con vida, con fuerzas y testificando de tu poder. Quiero adorarte porque has renovado el gozo y la alegría a mi vida. A ti doy toda la gloria, mi Señor y mi Dios. Amén.

6. En su angustia clamaron al Señor, y él los salvó de su aflicción

En su angustia clamaron al Señor, y él los salvó de su aflicción.
Envió su palabra para sanarlos, y así los rescató del sepulcro.

¡Que den gracias al Señor por su gran amor, por sus maravillas en favor de los hombres! ¡Que ofrezcan sacrificios de gratitud, y jubilosos proclamen sus obras!
(Salmo 107:19-22)

Oración inspirada en el Salmo 107:19-22:

¡Gracias porque me escuchas y me salvas, Señor! Ante ti espero: anhelo escuchar tu palabra de sanidad sobre mí. Te alabo y te doy gracias desde ya pues mi confianza está puesta en ti, Padre. ¡Sáname, Señor!
Te doy gracias porque tú siempre obras. Sea cual sea tu voluntad sé que estás conmigo y que tu plan para mi vida es el mejor. Confío en ti, Señor. Nada ni nadie me arrebatará la fe que tengo en ti y en tu poder. Proclamo tus obras, las que has hecho y las que harás. En el nombre de Jesús, amén.

Textos bíblicos para apoyar a los enfermos: