El nuevo nacimiento: qué es nacer de nuevo según la Biblia


Nacer de nuevo es dejar atrás el pecado y todo lo que nos separa de Dios. Jesús, en su conversación con Nicodemo en Juan 3, fue el primero en hablar sobre la importancia de nacer de nuevo. Para experimentar el nuevo nacimiento es necesario tener un encuentro personal con Jesús. Nace de nuevo quien se arrepiente de sus pecados y recibe el perdón, siendo transformado por Jesucristo de tal forma que elige vivir una nueva vida con él.

No nacemos de nuevo por nuestras propias fuerzas, sino que es algo que viene de arriba, viene de Dios. Dios obra en el corazón de la persona arrepentida para que reciba nueva vida espiritual, dejando atrás su condición de muerte en pecado y comenzando una vida nueva en Cristo.

Nacer de nuevo no es un término inventado por el hombre. Jesús usó esa frase al hablar sobre el cambio que debe haber en el corazón del ser humano para poder disfrutar del reino de Dios y la nueva vida en él. El nuevo nacimiento es la transformación espiritual profunda que surge cuando alguien tiene un encuentro personal con Jesús.

Jesús habló de "nacer de nuevo" en su conversación con Nicodemo, un hombre judío y fariseo que se reunió con él. Leemos la historia en el Evangelio de Juan, capítulo 3. Jesús le explicó a Nicodemo que debía nacer de nuevo para ver el reino de Dios. Con esto quiso decir que no basta con conocer sobre Jesús o sobre la Palabra para ser salvo. Debe haber un cambio, un nacimiento espiritual profundo si deseamos la salvación y la entrada al reino de Dios.

Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.
(Juan 3:3)

Lo que hace falta para nacer de nuevo

1. Tener un encuentro con Jesús y fe en él

Para nacer de nuevo espiritualmente y ser transformado por Jesús, debemos tener un encuentro con él. Nicodemo fue a hablar con Jesús y ese es el primer paso para nacer de nuevo: acercarnos a Dios con corazón sincero. Al acercarnos a él así, él nos transforma con su amor perdonador y su poder.

Todo el que abre su corazón a Jesús y lo recibe como Señor y Salvador, nace de nuevo, convirtiéndose en hijo de Dios.

Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.
(Juan 1:12-13)

La fe en Cristo es la base: debemos de confiar en su muerte y resurrección para recibir la salvación.

2. Arrepentimiento de los pecados y elegir creer en Jesús

Sin arrepentimiento, no hay nuevo nacimiento. Debemos reconocer lo que hemos hecho mal en el pasado y anhelar ser renovados, dejando atrás todo lo que nos aleja de Dios. Para que esto suceda, Jesús explicó que debemos ser como niños, teniendo un corazón humilde y tierno que lo busca y anhela creer en él.

y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.
(Mateo 18:3)

Como niños, debemos reconocer lo que hemos hecho mal y dejar atrás todo lo que nos aparta de Jesús. Somos llamados a despojarnos del viejo hombre (Efesios 4:22) para empezar de nuevo, lo que implica un cambio de mente y de dirección, dejando atrás la vida de pecado.

3. Transformación espiritual por medio del Espíritu Santo

Es el Espíritu Santo el que nos transforma. Nosotros damos el paso de acercarnos a Dios, nos rendimos a él y le permitimos obrar. Él se encarga del resto, renovando nuestro espíritu.

Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de la carne, carne es; y lo que nace del Espíritu, espíritu es.
(Juan 3:5-6)

El nuevo nacimiento es algo espiritual que nos renueva de adentro hacia afuera. Comienza en lo profundo de nuestro corazón al encontrarnos con Jesús.

En Ezequiel 36:26-27, Dios promete dar un corazón nuevo y renovar completamente el espíritu de los que se lo permitan. Su deseo es transformarnos de tal forma que vivamos la vida abundante que él ha preparado para nosotros.

El resultado del nuevo nacimiento

Quien nace de nuevo en Cristo siente gran gozo al saberse perdonado. El nuevo comienzo que el Señor nos da nos libra de vivir atados por la vergüenza de nuestro pasado, atados a vicios y actitudes que nos alejaban de Dios. El perdón de Dios es completo cuando nacemos de nuevo.

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
(2 Corintios 5:17)

Como nuevas criaturas, podemos relacionarnos con Dios de una forma más íntima, sabiendo que su amor paternal cubre nuestras carencias. Pasamos a ser hijos de Dios, amados por él por la eternidad (Juan 1:12-13).

El nuevo nacimiento nos lleva a vivir de una manera nueva, guiados por el Espíritu Santo (Gálatas 2:20, Efesios 4:22-24). Dejamos todo lo pecaminoso atrás y pasamos a vivir con Cristo y a hacer su voluntad.

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