Matías fue el discípulo elegido por los apóstoles para sustituir a Judas Iscariote, quien había traicionado a Jesús y se había quitado la vida. Su elección, relatada en Hechos 1:15-26, ocurrió poco después de la ascensión de Jesús, mientras los discípulos estaban reunidos en Jerusalén esperando la promesa del Espíritu Santo.
Él acompañó a Jesús desde el bautismo de Juan hasta la ascensión, aunque no aparezca mencionado en los evangelios hasta ese momento. Matías es un ejemplo de fidelidad, alguien que permaneció firme sin buscar protagonismo. Su historia nos muestra que Dios valora el corazón fiel y exalta a cada uno en el momento oportuno, según su voluntad.
Cuando surgió la necesidad de llenar el lugar dejado por Judas, Pedro asumió el liderazgo entre los discípulos y explicó que era necesario escoger a alguien que hubiese acompañado a Jesús durante todo su ministerio, desde el bautismo de Juan hasta la ascensión. También era esencial que el elegido hubiera sido testigo de la resurrección.
Presentaron a dos hombres como candidatos: José, llamado Barsabás (también conocido como Justo), y Matías. Los apóstoles oraron, pidiendo la dirección de Dios para saber cuál de los dos había sido escogido por él. Entonces echaron suertes, una práctica común entre los judíos, y la suerte cayó sobre Matías, quien desde ese momento contó como uno de los doce apóstoles.
Aparte de contarnos la historia de su elección para sustituir a Judas, la Biblia no ofrece más detalles sobre la vida o el ministerio de Matías. No hay registros de sus obras ni de su destino, lo que indica que su importancia está más relacionada con el proceso de la elección, el hecho de tener doce apóstoles, tal vez representando a las doce tribus de Israel.
A pesar de destacarse poco, Matías es un ejemplo de fidelidad silenciosa. Él estuvo con Jesús durante todo su ministerio terrenal, pero no se le menciona en los evangelios hasta el momento de su elección. Esto nos enseña que Dios valora a aquellos que permanecen firmes incluso cuando no están en el centro de atención. El Señor ve el corazón y exalta en el momento adecuado.
La elección de Matías también nos recuerda la importancia de la oración y de buscar la dirección de Dios en las decisiones importantes. Los apóstoles no confiaron solo en criterios humanos, sino que dependieron de la guía del Espíritu.
Estudio bíblico sobre Matías
La elección de Matías entre los apóstoles
Después de la ascensión de Jesús, los apóstoles regresaron a Jerusalén, donde permanecieron en oración y comunión con unos 120 discípulos (Hechos 1:12-15). Pedro, asumiendo el liderazgo, reconoció la necesidad de sustituir a Judas Iscariote, quien había traicionado a Jesús y se había quitado la vida.
Citando las Escrituras (Salmo 69:25; 109:8), Pedro afirmó que debían seleccionar a otro para ocupar el “lugar de ministerio” dejado por Judas:
“Porque”, continuó Pedro, “está escrito en el Libro de los Salmos:
‘Sea desierta su morada, y no haya quien habite en ella’;
y también: ‘Que otro tome su lugar’.
(Hechos 1:20)
Para ser elegido como el nuevo apóstol, la persona debía haber estado con Jesús durante todo su ministerio en la tierra. Esto incluía el tiempo desde que fue bautizado por Juan hasta el día en que Jesús fue llevado al cielo (Hechos 1:21-22). También era necesario que hubiera visto la resurrección de Cristo.
Presentaron a dos hombres: a José, llamado Barsabás (también conocido como Justo), y a Matías. Antes de tomar la decisión, los apóstoles oraron a Dios, pidiendo que él mostrara cuál de los dos era el escogido para ocupar el lugar de Judas (Hechos 1:24-25). Luego echaron suertes, y la elección recayó sobre Matías, quien, desde ese momento, se contó con los once apóstoles.
Este proceso revela la seriedad y la espiritualidad con que los apóstoles trataron la elección, buscando la orientación directa de Dios. También muestra que Matías ya era un discípulo fiel, aunque discreto. Estaba preparado para asumir una posición de gran responsabilidad en los inicios de la iglesia primitiva.
Matías o Pablo: ¿Quién es el apóstol #12?
La cuestión sobre quién es el 12º apóstol tras la caída de Judas Iscariote ha sido muy debatida entre estudiosos y creyentes. Desde la perspectiva evangélica, la Biblia ofrece claridad, aunque existan diferentes interpretaciones.
Matías fue elegido por los apóstoles en Hechos 1:15-26 para sustituir a Judas. Pedro, citando las Escrituras, declaró que era necesario llenar el lugar dejado por Judas. Los criterios eran claros: debía ser alguien que hubiera acompañado a Jesús desde el bautismo de Juan hasta la ascensión. Después de la oración y el sorteo, eligieron a Matías y “fue contado con los once apóstoles”:
Y les echaron suertes, y la suerte cayó sobre Matías; y fue contado con los once apóstoles.
(Hechos 1:26)
Pablo, por su parte, fue llamado por Jesús después de su ascensión, de manera sobrenatural, mientras iba camino a Damasco. Él se presenta como “apóstol llamado por Jesucristo” (Romanos 1:1) y defiende con firmeza que su autoridad proviene del propio Cristo:
Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios,
(Romanos 1:1)
¿No soy apóstol? ¿No soy libre? ¿No he visto a Jesús el Señor nuestro? ¿No sois vosotros mi obra en el Señor? Si para otros no soy apóstol, para vosotros ciertamente lo soy; porque el sello de mi apostolado sois vosotros en el Señor.
(1 Corintios 9:1-2)
Sin embargo, Pablo no podía sustituir a Judas porque no acompañó el ministerio terrenal de Jesús, uno de los requisitos establecidos en Hechos 1. Él fue llamado para un propósito específico: ser apóstol de los gentiles (Gálatas 2:7-9), con una misión única.
Así, según el relato bíblico, Matías es el 12º apóstol, elegido por los discípulos, mientras que Pablo fue un apóstol especial, llamado directamente por Cristo para una misión extraordinaria. Ambos fueron instrumentos poderosos en las manos de Dios, pero con funciones diferentes.
¿Cómo murió Matías?
La Biblia no nos dice cómo murió Matías. Después de su elección como apóstol, no vuelve a ser mencionado en las Escrituras.
Algunos estudiosos afirman que Matías fue decapitado en Etiopía. Otros sugieren que murió crucificado o incluso de causas naturales en Jerusalén. Como estos relatos no están en la Biblia, no existe una confirmación oficial sobre su muerte.
Según la Biblia, el destino final de Matías es desconocido. Cualquier información adicional se basa únicamente en tradiciones históricas y no en textos bíblicos inspirados.
Lo que podemos aprender de la vida de Matías
Matías es un personaje bíblico poco mencionado, pero su elección como apóstol aporta valiosas lecciones a nuestra fe. Fue escogido para sustituir a Judas Iscariote, no por su notoriedad pública, sino por su fidelidad y su permanencia al lado de Jesús.
Esa presencia silenciosa de Matías nos enseña que Dios valora más la fidelidad que la visibilidad. Aunque no haya aparecido en los evangelios, Matías caminó con Jesús, escuchó sus enseñanzas y presenció sus milagros. Esto demuestra que no todos los siervos de Dios reciben reconocimiento humano, pero todos son vistos y recompensados por él.
La elección de Matías también revela la importancia de la oración y la dependencia de la voluntad de Dios. Los apóstoles no tomaron decisiones basadas solo en criterios humanos, sino que buscaron la dirección de Dios, pidiéndole que mostrara a quién había elegido (Hechos 1:24).
Matías representa a aquellos que Dios prepara en silencio para grandes responsabilidades. Estaba listo cuando llegó el momento oportuno, sin necesidad de autopromoción.
La historia de Matías nos desafía a permanecer firmes, incluso cuando los demás no nos notan, confiando en que Dios nos usará conforme a su propósito.
Lecciones que aprendemos de Matías:
- Dios valora la fidelidad constante.
- El reconocimiento humano no define nuestro valor.
- Debemos buscar la dirección de Dios en nuestras decisiones.
- La preparación en silencio también forma parte del llamado.
- Dios exalta en el momento adecuado a quienes permanecen firmes.
Lee también: