Los niños en la Biblia: Dios escucha las oraciones de los pequeños


Dios ama a los niños y se interesa por ellos. Jesús mostró ese amor por los niños, recibiéndolos con los brazos abiertos y pasando tiempo con ellos. Muchas veces, usó a los niños como ejemplo para ilustrar el reino de Dios. Los niños son importantes para Dios. Él los escucha, los ama y cuida de ellos.

Pero Jesús dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos.
(Mateo 19:14)

Y tomó a un niño, y lo puso en medio de ellos; y tomándole en sus brazos, les dijo: El que reciba en mi nombre a un niño como este, me recibe a mí; y el que a mí me recibe, no me recibe a mí sino al que me envió.
(Marcos 9:36-37)

Miren, no tengan en poco a ninguno de estos pequeños, porque les digo que sus ángeles en los cielos siempre ven el rostro de mi Padre que está en los cielos. (Mateo 18:10)

Miren, no tengan en poco a ninguno de estos pequeños, porque les digo que sus ángeles en los cielos siempre ven el rostro de mi Padre que está en los cielos.
(Mateo 18:10)

En aquel tiempo los discípulos vinieron a Jesús, diciendo: ¿Quién es el mayor en el reino de los cielos? Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos, y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Así que, cualquiera que se humille como este niño, ese es el mayor en el reino de los cielos.
(Mateo 18:1-4)

He aquí, heredad del SEÑOR son los hijos;
recompensa es el fruto del vientre.
(Salmo 127:3)

Los niños son una señal de la bendición de Dios. Debemos apreciarlos y amarlos de corazón.

Instruye al niño en su camino,
Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.
(Proverbios 22:6)

Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres.
(Lucas 2:52)

En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños.
(Mateo 11:25)

El joven Samuel ministraba a Jehová en presencia de Elí; y la palabra de Jehová escaseaba en aquellos días; no había visión con frecuencia.
(1 Samuel 3:1)

Oye a tu padre, a aquel que te engendró;
Y cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies.
Compra la verdad, y no la vendas;
La sabiduría, la enseñanza y la inteligencia.
(Proverbios 23:22-23)

Escucha, hijo mío, la disciplina de tu padre
y no abandones la instrucción de tu madre;
porque diadema de gracia serán a tu cabeza
y collares a tu cuello.
(Proverbios 1:8-9)

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