Haced esto en memoria de mí (versículos y explicación)


Hacer algo en memoria de una persona significa recordar y repetir algo hecho anteriormente. Es hacer presente un momento del pasado, algo especial vivido con esa persona. Jesús fue quien pronunció la frase «haced esto en memoria de mí». Él le dijo esas palabras a sus discípulos durante la última cena.

El significado de la expresión «haced esto en memoria de mí» es muy profundo. Jesús no solo conectó lo que hacía con un antiguo memorial del Antiguo Testamento (la Pascua judía o «Fiesta de la liberación», conmemorando la liberación del pueblo hebreo de la esclavitud en Egipto), sino que también le dio un significado nuevo.

Podemos decir que la Pascua celebraba la liberación de Egipto, mientras que la Cena del Señor celebra la liberación del pecado y de la muerte eterna.

La frase «Haced esto en memoria de mí» nos recuerda el momento más extraordinario de la historia, cuando Jesús sufrió y pagó un alto precio por nuestros pecados. Pero él no permaneció muerto. Jesús resucitó y nos dio la vida eterna.

Cada vez que comamos el pan y bebamos la copa tal como lo hicieron Jesús y sus discípulos en la última cena, debemos hacerlo en memoria de Jesús, nuestro Señor y Salvador.

Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí.
(1 Corintios 11:23-24)

Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí.
(Lucas 22:19)

Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí. (Lucas 22:19)

Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí.
(1 Corintios 11:25)

Cuando hayan entrado en la tierra que el SEÑOR les dará, como lo prometió, guardarán este rito. Y cuando les pregunten sus hijos: “¿Qué significa este rito para ustedes?”, ustedes les responderán: “Este es el sacrificio de la Pascua del SEÑOR, quien pasó de largo las casas de los hijos de Israel cuando mató a los egipcios y libró nuestras casas”.

Entonces el pueblo se inclinó y adoró.
(Éxodo 12:25-27)

Porque Cristo no entró en un lugar santísimo hecho de manos, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora delante de Dios a nuestro favor. Tampoco entró para ofrecerse muchas veces a sí mismo, como entra cada año el sumo sacerdote en el lugar santísimo con sangre ajena. De otra manera, le habría sido necesario padecer muchas veces desde la fundación del mundo. Pero ahora, él se ha presentado una vez para siempre en la consumación de los siglos para quitar el pecado mediante el sacrificio de sí mismo. Y de la manera que está establecido que los hombres mueran una sola vez, y después el juicio, así también Cristo fue ofrecido una sola vez para quitar los pecados de muchos. La segunda vez, ya sin relación con el pecado, aparecerá para salvación a los que lo esperan.
(Hebreos 9:24-28)

Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados. Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.
(Mateo 26:26-29)

El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, cuando sacrificaban el cordero de la pascua, sus discípulos le dijeron: ¿Dónde quieres que vayamos a preparar para que comas la pascua? Y envió dos de sus discípulos, y les dijo: Id a la ciudad, y os saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle, y donde entrare, decid al señor de la casa: El Maestro dice: ¿Dónde está el aposento donde he de comer la pascua con mis discípulos? Y él os mostrará un gran aposento alto ya dispuesto; preparad para nosotros allí. Fueron sus discípulos y entraron en la ciudad, y hallaron como les había dicho; y prepararon la pascua.
(Marcos 14:12-16)

Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente; quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.
(1 Pedro 2:21-24)

Y les dijo: Esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada.
(Marcos 14:24)

Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.
(Romanos 5:8-10)

Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.
(1 Corintios 11:26)

El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí, y yo en él.
(Juan 6:56)

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