Dios desea ayudarnos a vivir vidas llenas de paz y tranquilidad, aun en medio de los retos de la vida. Sin embargo, a menudo enfrentamos situaciones que nos hacen sentir ansiosos. Aprendamos a llevar nuestras ansiedades ante el Señor y a permitir que él tranquilice nuestros corazones con su presencia y amor.
1. Cuéntale a Dios lo que te sucede: ¡ora!
La oración es nuestra conexión directa con Dios. Cuando necesitamos ayuda, asistencia o simplemente queremos expresar nuestra gratitud, podemos recurrir a la oración.
¡No tienes que luchar solo! Cuando sientas que la ansiedad te abruma, ora a Dios, habla con él. Él tiene la paz que necesitas. Cuéntale a Dios lo que sientes y pídele ayuda. ¡Dios te escucha!
Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.
(Filipenses 4:6)
2. Entrégale tus ansiedades a Dios: él cuida de ti
No dejes que la ansiedad te aplaste. Tómala y entrégasela toda a Dios. Él es más fuerte que tú y puede cargar con tus problemas. Cuando la ansiedad aparezca, elige entregarle la carga a Dios (y no la vuelvas a recoger).
Recuerda que Cristo cargó con nuestros pecados en la cruz; ya sufrió lo inimaginable por amor a ti y a mí. Por lo tanto, deposita tus ansiedades sobre él. En su tiempo perfecto, él obrará, porque te ama y cuida de ti.
echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.
(1 Pedro 5:7)
3. En lugar de agobiarte, elige confiar en Dios
Si crees que todo a tu alrededor depende de ti, de tu fuerza y habilidad, debes saber que no es así. Y es a través de este tipo de pensamiento que desarrollamos la ansiedad.
Si amas a Jesús, él está contigo. ¡Confía en Él! Jesús es mucho más grande que todos tus problemas, y con él, no necesitas temer al futuro, porque está en sus manos y lo que él prepara para ti es bueno. El Señor cuidará de ti. Recuerda esto cuando lleguen los momentos de ansiedad.
En el día en que tengo miedo, yo en ti confío.
(Salmo 56:3)
4. Busca personas que te animen, gente llena de fe y confianza en Dios
¡No te aísles! Dios suele usar a otros para ayudarte. Busca personas amables que puedan animarte con palabras de aliento. Deja que tus pensamientos se llenen de fortaleza, ánimo y fe. Estar rodeado de personas positivas ayuda a controlar la ansiedad. ¡Juntos somos más fuertes!
La congoja en el corazón del hombre lo abate;
Mas la buena palabra lo alegra.
(Proverbios 12:25)
5. Recuerda que no puedes controlarlo todo, pero Dios sí está en control
No controlamos todo lo que nos rodea. De hecho, solo podemos controlar algunas cosas. Recordar esto nos anima a poner nuestras preocupaciones en manos de Dios y confiar en que él se encargará de todo lo que escapa a nuestro control.
Recuerda, Dios es Todopoderoso, creador del cielo y la tierra. Él es el único que tiene el poder de controlarlo todo.
¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?
(Mateo 6:27)
6. Acércate a Dios y recibe su inmensa paz
Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
(Filipenses 4:6-7)
Este versículo habla de ansiedad, de preocupación excesiva por el futuro. La respuesta a este problema se encuentra en la oración. ¡Lo que sigue a la oración es paz! Sí, tranquilidad en el corazón, la sensación de que todo está bajo control, pero no bajo tu control, sino bajo el control de Dios. Permite que su paz guarde tu corazón y tus pensamientos en Cristo Jesús.
7. No olvides que el Señor está contigo, él no te deja solo
Jesús está contigo en medio de las luchas, y estará contigo hasta su regreso. Él no te abandonará jamás, te sostiene y acompaña en medio de cualquier proceso. Cuando él regrese, vivirás en un reino de paz, felicidad, armonía y placer. No habrá más dolor, angustia, ansiedad ni maldad. Pero hasta entonces, él ya está contigo, ayudándote en todo momento. ¡Aférrate a él!
y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
(Mateo 28:20b)
¡Con la ayuda de Dios, puedes controlar la ansiedad! Pero recuerda consultar a un profesional si sospechas que sufres de ansiedad. Dios usa también a otras personas para ayudarnos y bendecirnos.
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