Tener una casa es una bendición de Dios, y todos queremos que nuestro hogar sea un lugar lleno de paz, amor y tranquilidad. Sobre todo, los hijos de Dios anhelamos que nuestro hogar sea bendecido con la presencia del Señor. Invoquemos la presencia del Espíritu Santo de Dios sobre nuestro hogar y vivamos en su paz cada día.
Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican;
Si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia.
En vano se levantan de madrugada y van tarde a reposar
comiendo el pan con dolor; porque a su amado dará Dios el sueño.
He aquí, heredad del SEÑOR son los hijos; recompensa es el fruto del vientre.
Como flechas en la mano del valiente, así son los hijos que se tienen en la juventud.
Bienaventurado el hombre que llena de ellos su aljaba.
No se avergonzarán aunque hablen con los enemigos en el tribunal.
(Salmo 127:1-5)
El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente.
Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré. Porque él te librará de la trampa del cazador y de la peste destructora. Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas te refugiarás; escudo y defensa es su verdad. No tendrás temor de espanto nocturno ni de flecha que vuele de día ni de peste que ande en la oscuridad ni de plaga que en pleno día destruya.
(Salmo 91:1-6)
Dios es nuestro amparo y fortaleza,
Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.
Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida,
Y se traspasen los montes al corazón del mar;
Aunque bramen y se turben sus aguas,
Y tiemblen los montes a causa de su braveza. Selah
(Salmo 46:1-3)
Ten ahora a bien bendecir la casa de tu siervo, para que permanezca perpetuamente delante de ti, porque tú, Jehová Dios, lo has dicho, y con tu bendición será bendita la casa de tu siervo para siempre.
(2 Samuel 7:29)
El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen,
Y los defiende.
(Salmo 34:7)
En cualquier casa donde entréis, primeramente decid: Paz sea a esta casa.
(Lucas 10:5)

Con sabiduría se edificará la casa, y con prudencia se afirmará;
Y con ciencia se llenarán las cámaras de todo bien preciado y agradable.
(Proverbios 24: 3-4)
... pero yo y mi casa serviremos a Jehová.
(Josué 24:15b)
Detrás y delante me rodeaste,
Y sobre mí pusiste tu mano.
(Salmo 139:5)
Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.
(Deuteronomio 6:6-9)
Ahora estarán abiertos mis ojos y atentos mis oídos a la oración en este lugar; porque ahora he elegido y santificado esta casa, para que esté en ella mi nombre para siempre; y mis ojos y mi corazón estarán ahí para siempre.
(2 Crónicas 7:15-16)
Jehová te bendiga, y te guarde;
Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia;
Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz.
(Números 6:24-26)
Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.
(Mateo 7:24)
Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador;
Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré;
Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio.
(Salmo 18:2)
y decidle así: Sea paz a ti, y paz a tu familia, y paz a todo cuanto tienes.
(1 Samuel 25:6)
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