13 versículos sobre el fuego de Dios


La Biblia nos dice que Dios es fuego consumidor. El fuego de Dios nos equipa y purifica, preparándonos para afrontar los desafíos de la vida. Dios nos fortalece con el Espíritu Santo, y si se lo permitimos, quema todo aquello en nosotros que nos impide vivir para su gloria.

Porque nuestro Dios es fuego consumidor.
(Hebreos 12:29)

¿No es mi palabra como el fuego y como el martillo que despedaza la roca?, dice el SEÑOR.
(Jeremías 23:29)

Juan respondió a todos diciendo: Yo, a la verdad, les bautizo en agua. Pero viene el que es más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado. Él les bautizará en el Espíritu Santo y fuego.
(Lucas 3:16)

Entonces aparecieron, repartidas entre ellos, lenguas como de fuego, y se asentaron sobre cada uno de ellos. (Hechos 2:3)

Entonces aparecieron, repartidas entre ellos, lenguas como de fuego, y se asentaron sobre cada uno de ellos.
(Hechos 2:3)

Entonces se le apareció el ángel del SEÑOR en una llama de fuego en medio de una zarza. Él observó y vio que la zarza ardía en el fuego, pero la zarza no se consumía.
(Éxodo 3:2)

Estaba mirando hasta que fueron puestos unos tronos y se sentó un Anciano de Días. Su vestidura era blanca como la nieve y el cabello de su cabeza era como la lana limpia. Su trono era como llama de fuego; y sus ruedas, fuego ardiente. Un río de fuego procedía y salía de delante de él. Miles de miles le servían y millones de millones estaban de pie delante de él.
(Daniel 7:9-10)

El SEÑOR iba delante de ellos, de día en una columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego para alumbrarles, a fin de que pudieran caminar tanto de día como de noche.
(Éxodo 13:21)

Entonces cayó fuego del SEÑOR, que consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo; y lamió el agua que estaba en la zanja.
(1 Reyes 18:38)

Entonces Eliseo oró diciendo: Te ruego, oh SEÑOR, que abras sus ojos para que vea.

El SEÑOR abrió los ojos del criado, y este miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo y carros de fuego, alrededor de Eliseo.
(2 Reyes 6:17)

Voz del SEÑOR que aviva las llamas de fuego.
(Salmo 29:7)

En mi angustia invoqué al SEÑOR; invoqué a mi Dios.
Él oyó mi voz desde su templo, y mi clamor llegó a sus oídos.
La tierra se estremeció y tembló; se conmovieron los cimientos de los cielos.
Se estremecieron, porque él se airó.
Humo subió de su nariz; de su boca salió fuego consumidor,
y carbones encendidos saltaban de él.
(2 Samuel 22:7-9)

Él respondió: He aquí, yo veo a cuatro hombres sueltos que se pasean en medio del fuego y no sufren ningún daño. Y el aspecto del cuarto es semejante a un hijo de los dioses.
(Daniel 3:25)

Nadab y Abihú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, pusieron en ellos fuego, pusieron sobre él incienso y ofrecieron delante del SEÑOR fuego extraño que él no les había mandado.
(Levítico 10:1)

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