Salmo del Día

Un Salmo bíblico diario para inspirar y mejorar tu día.

Salmo de Hoy

A ti clamo, Señor ; ven pronto a mí. ¡Atiende a mi voz cuando a ti clamo!

Que suba a tu presencia mi plegaria como una ofrenda de incienso; que hacia ti se eleven mis manos como un sacrificio vespertino.

Señor , ponme en la boca un centinela; un guardia a la puerta de mis labios.

No permitas que mi corazón se incline a la maldad, ni que sea yo cómplice de iniquidades; no me dejes participar de banquetes en compañía de malhechores.

Que la justicia me golpee, que el amor me reprenda; que el ungüento de los malvados no perfume mi cabeza, pues mi oración está siempre en contra de sus malas obras.

Cuando sus gobernantes sean lanzados desde los despeñaderos, sabrán que mis palabras eran bien intencionadas.

Y dirán: «Así como se dispersa la tierra cuando en ella se abren surcos con el arado, así se han dispersado nuestros huesos a la orilla del sepulcro».

En ti, Señor Soberano, tengo puestos los ojos; en ti busco refugio; no dejes que me maten.

Protégeme de las trampas que me tienden, de las trampas que me tienden los malhechores.

Que caigan los impíos en sus propias redes, mientras yo salgo bien librado.

Salmo 141

Salmo de Ayer

En el Señor hallo refugio. ¿Cómo, pues, se atreven a decirme: «Huye al monte, como las aves»?

Vean cómo tensan sus arcos los malvados: preparan las flechas sobre la cuerda para disparar desde las sombras contra los rectos de corazón.

Cuando los fundamentos son destruidos, ¿qué le queda al justo?

El Señor está en su santo templo, en los cielos tiene el Señor su trono, y atentamente observa al ser humano; con sus propios ojos lo examina.

El Señor examina a justos y a malvados, y aborrece a los que aman la violencia.

Hará llover sobre los malvados ardientes brasas y candente azufre; ¡un viento abrasador será su suerte!

Justo es el Señor , y ama la justicia; por eso los íntegros contemplarán su rostro.

Salmo 11

Salmo de Anteayer

¡Sálvame, Señor mi Dios, porque en ti busco refugio! ¡Líbrame de todos mis perseguidores!

De lo contrario, me devorarán como leones; me despedazarán, y no habrá quien me libre.

Señor mi Dios, ¿qué es lo que he hecho? ¿qué mal he cometido?

Si le he hecho daño a mi amigo, si he despojado sin razón al que me oprime,

entonces que mi enemigo me persiga y me alcance; que me haga morder el polvo y arrastre mi honra por los suelos. Selah

¡Levántate, Señor , en tu ira; enfréntate al furor de mis enemigos! ¡Despierta, oh Dios, e imparte justicia!

Que en torno tuyo se reúnan los pueblos; reina sobre ellos desde lo alto.

¡El Señor juzgará a los pueblos! Júzgame, Señor , conforme a mi justicia; págame conforme a mi inocencia.

Dios justo, que examinas mente y corazón, acaba con la maldad de los malvados y mantén firme al que es justo.

Mi escudo está en Dios, que salva a los de corazón recto.

Dios es un juez justo, un Dios que en todo tiempo manifiesta su enojo.

Si el malvado no se arrepiente, Dios afilará la espada y tensará el arco;

ya ha preparado sus mortíferas armas; ya tiene listas sus llameantes saetas.

Miren al preñado de maldad: concibió iniquidad y parirá mentira.

Cavó una fosa y la ahondó, y en esa misma fosa caerá.

Su iniquidad se volverá contra él; su violencia recaerá sobre su cabeza.

¡Alabaré al Señor por su justicia! ¡Al nombre del Señor altísimo cantaré salmos!

Salmo 7