Roboam fue hijo de Salomón y nieto de David, y se convirtió en el cuarto rey de Israel. Al igual que su padre, Roboam tuvo muchas mujeres y decenas de hijos. Roboam fue el primer rey de Judá —el Reino del Sur. Fue considerado un rey malo y negligente por sus malas decisiones y por no buscar a Dios. Encontramos la historia de Roboam en el Primer libro de Reyes 11:43, 12, 14 y en 2 Crónicas 11.
Rodeado de confort y lujo, Roboam creció en un magnífico palacio en Jerusalén. Era hijo del legendario rey Salomón y nieto del valiente David, el rey más famoso de Israel. Roboam tenía todo lo que deseaba: ropas finas, banquetes deliciosos y muchos siervos a su disposición. Su madre se llamaba Naamá y era una princesa extranjera de la tierra de Amón.
Cuando Roboam tenía apenas un año, su abuelo David falleció y su padre comenzó a reinar en Israel. Salomón reinó durante 40 años. Por lo tanto, cuando Salomón murió y Roboam asumió el trono, tenía aproximadamente 41 años.
Al igual que su padre, Roboam decidió unirse a varias mujeres. Tuvo 18 esposas y 60 concubinas, y con ellas engendró 28 hijos y 60 hijas. Las dos esposas más importantes fueron Mahalat, hija de Jerimot, y Maaca, hija de Absalón, ambas nietas de David.
Roboam asumió el trono como nuevo monarca de Israel, heredando un reino estable y rico, gracias a la sabia administración de sus antecesores. Con palacios grandiosos, un ejército poderoso y consejeros destacados, disfrutaba de los beneficios de una herencia envidiable. Sin embargo, a pesar de estar rodeado de tanta prosperidad, le faltaba la sabiduría de Dios para tomar decisiones prudentes.
Tan pronto como llegó al poder, el pueblo pidió a Roboam que aliviara la carga tributaria que su padre les había impuesto, ya que era muy pesada. Roboam consultó a los sabios ancianos, quienes le aconsejaron actuar con moderación y atender la justa petición del pueblo. Pero Roboam siguió el consejo de los consejeros jóvenes, optando por contrariar a los sabios. Decidió ser duro e intransigente, lo cual trajo consecuencias graves.
La decisión inmadura de Roboam llevó a la división del reino de Israel. El pueblo, sintiéndose injustamente tratado por su joven rey, se rebeló. Las tribus del norte se separaron y formaron su propio reino, dejando a Roboam con solo una parte del gran país que su abuelo y su padre habían gobernado.
Después de 17 años de un reinado complicado, Roboam murió a los 58 años y su hijo Abías lo sucedió en el trono. A pesar de algunos logros importantes, Roboam es generalmente visto como un rey débil e imprudente, que actuó mal y no se dispuso a buscar a Dios como lo hizo su abuelo David.
Estudio bíblico sobre Roboam
El pecado de Roboam
Según los textos bíblicos Roboam, en realidad, cometió dos grandes pecados:
1er pecado (arrogancia y codicia) - El primer pecado de Roboam fue su orgullo e insensibilidad al tratar con la petición del pueblo de aliviar la carga tributaria. En lugar de escuchar los consejos de los ancianos sabios y experimentados, prefirió seguir el consejo de los jóvenes, sus amigos de juventud. Ellos lo animaron a ser duro y áspero con el pueblo. Esta decisión reveló su dureza de corazón, falta de empatía y de cuidado por las necesidades del pueblo, resultando en la revuelta de las 10 tribus del norte (2 Crónicas 10).
2º pecado (infidelidad y desobediencia a Dios) - En los tres primeros años de su reinado, Roboam siguió al Señor (2 Crónicas 11:17). Sin embargo, no fue constante en su fe ni en su compromiso de cumplir la Palabra de Dios. Él y el pueblo abandonaron al Señor, por lo tanto, Dios también los dejó sin su protección. Jerusalén fue invadida por el rey egipcio Sisac, quien saqueó todo el tesoro del rey y del Templo en Jerusalén.
Cómo fue el reinado de Roboam
Su reinado comenzó con un gran desafío. Los líderes del pueblo se acercaron a él con una petición humilde: "Por favor, reduce los impuestos que tu padre nos impuso. Son demasiado pesados para que los soportemos." Los ancianos, hombres sabios y mayores que conocían bien las tradiciones israelitas, aconsejaron a Roboam ser amable y bondadoso con su pueblo, escuchar sus necesidades y ser un rey justo.
Sin embargo, Roboam ignoró el consejo de estos sabios y consultó a sus amigos, los jóvenes consejeros, quienes sugirieron una respuesta bastante dura. Prefirió escuchar a los jóvenes consejeros, amigos de su juventud, cuyas palabras sonaban más agradables a sus oídos. Así, Roboam decidió seguir un camino de rigidez y dureza.
Las consecuencias de la decisión inmadura y arrogante de Roboam fueron terribles e inmediatas en su reino. Diez tribus que formaban la parte norte de Israel, se separaron de Roboam y formaron el Reino de Israel (o Reino del Norte), bajo el liderazgo de un nuevo rey, Jeroboam. Solo las tribus de Judá y Benjamín permanecieron fieles a Roboam. Estas formaban el Reino del Sur, cuya capital era Jerusalén.
Roboam llegó a reunir su ejército en Jerusalén para guerrear contra el Reino del Norte, pero Dios le prohibió intentar recuperar las diez tribus que se habían independizado con Jeroboam.
El gobierno de Roboam estuvo marcado por conflictos con Jeroboam y también con Sisac, rey de Egipto, porque Roboam había abandonado el camino de Dios. El Reino del Sur, durante su reinado, tuvo otros problemas internos, pero Roboam reinó durante 17 años sobre el Reino de Judá.
Muerte y sucesión de Roboam
Roboam falleció a los 58 años y su hijo Abías asumió el trono de Judá. Su historia marca el fin de un período tumultuoso en la historia de Israel y Judá. A pesar de sus errores y conflictos, la historia de Roboam continúa siendo una advertencia sobre las consecuencias de la desobediencia y la importancia de la madurez y la humildad en el liderazgo, junto a Dios.
La familia de Roboam (esposas e hijos)
Roboam fue nieto del rey David, hijo del sabio rey Salomón y de una amonita llamada Naamá. Roboam se casó con 18 mujeres, de las cuales dos, Mahalat y Maaca, tenían cierto grado de parentesco con él, pues también eran nietas de David. De todas esas esposas, la que más amaba Roboam era Maaca, hija de Absalón. Además de esas mujeres, Roboam tuvo 60 concubinas (mujeres no oficiales) con las que tuvo muchos hijos.
En total, Roboam tuvo 28 hijos y 60 hijas. Con Mahalat tuvo a Jeús, Semarías y Zaham. Y con Maaca tuvo a: Abías, Atai, Ziza y Selomit. Roboam deseaba que Abías, el primer hijo con su amada, fuera su sucesor en el reino. Por eso, designó a Abías como príncipe sobre sus hermanos. Sabiamente, Roboam distribuyó a todos sus otros hijos entre las ciudades fortificadas y así estableció la paz entre los hermanos.
¿Qué aprendemos con la vida de Roboam?
La historia de Roboam nos deja una dura lección. Nos habla sobre la importancia de buscar a Dios, su sabiduría y tener un compromiso real con él. Roboam, además de no escuchar la sabiduría de los mayores, también dejó de cumplir los mandamientos de Dios, alejándose de él. Esto le trajo innumerables consecuencias, incluida la división del reino y pérdidas materiales.
Principales lecciones que podemos extraer de la historia de Roboam:
- Importancia de obedecer a Dios - la verdadera sabiduría y prosperidad vienen cuando seguimos los caminos de Dios y obedecemos sus mandamientos.
- Sabiduría en la toma de decisiones - buscar consejos sabios, de personas íntegras y con experiencia, marca la diferencia antes de tomar decisiones importantes en nuestras vidas.
- Consecuencias de la desobediencia - nuestras decisiones tienen consecuencias, por eso debemos permanecer fieles a Dios para experimentar su protección y bendición en nuestras vidas.
- Servir con humildad y compasión - es importante ser sensibles con los demás y servir con bondad y empatía, especialmente cuando ocupamos posiciones de liderazgo.
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