La mujer del flujo de sangre (texto bíblico y explicación)


Equipo de Bibliaon
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La famosa historia de la mujer con las hemorragias o flujo de sangre cuenta cómo una mujer que vivía una vida llena de dificultades, logró tener fe en Jesús y ser sanada. Este episodio se encuentra en tres de los cuatro evangelios (Mateo 9:20-22, Marcos 5:24-34 y Lucas 8:43-48).

Este relato bíblico no es solo famoso, sino que es poderoso y puede cambiar la vida de las personas con su mensaje. La historia de esta mujer nos enseña que, en Jesús, encontramos la solución a nuestros problemas. Con fe y voluntad podemos tener un encuentro con Dios.

Veamos el texto bíblico según lo relata Mateo:

En esto, una mujer que hacía doce años padecía de hemorragias se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto. 21 Pensaba: «Si al menos logro tocar su manto, quedaré sana». 22 Jesús se dio vuelta, la vio y dijo:
—¡Ánimo, hija! Tu fe te ha sanado.

Y la mujer quedó sana en aquel momento.
(Mateo 9:20-22)

Resumen de la historia:

Una mujer padecía hemorragias desde hacía 12 años y ya había gastado todo su dinero en médicos, pero todavía nadie había logrado ayudarla. Se desconocía la causa de la enfermedad, los medicamentos no funcionaban y ella empeoraba. Ya no había solución.

Pero un día, la mujer escuchó de Jesús. En el corazón de esa mujer enferma y desesperada, algo nuevo despertó: ¡la fe! Ella creyó que Jesús podía salvarla y, por eso, actuó. La mujer con flujo de sangre, con su cuerpo débil y frágil, salió de la casa, se abrió paso entre una gran multitud y se acercó a Jesús.

Un solo toque de su capa era suficiente. ¡Ese era el tamaño de la fe de esta mujer! Sabía que Jesús era tan poderoso que con solo tocar su manto podría sanarla. Así sucedió y en ese mismo momento, ella quedó curada.

Jesús preguntó quién lo había tocado, pero a los discípulos esta pregunta les pareció ridícula porque a Jesús lo apretaba una multitud de personas por todos los lados. ¡Era demasiada gente! Pero el toque de la mujer con flujo de sangre fue diferente: ¡fue un toque lleno de fe!

La mujer confesó entonces que había sido ella. Esto requirió mucha valentía de su parte, porque las mujeres cuando menstruaban o padecían ese tipo de enfermedades, eran consideradas impuras y debían quedarse en casa sin salir para nada. Contrariamente a las reglas, ella corrió hacia su salvación y fue sanada. Habiendo confesado esto a Jesús, él la bendijo.

El significado de esta historia bíblica

A veces nos encontramos con situaciones que parecen imposibles de resolver, problemas demasiado grandes para nuestras limitadas fuerzas. Lo intentamos todo, pero no aparece ninguna solución, por lo que nos sentimos débiles y desesperanzados. ¡Pero no es el final!

Jesús vino a salvarnos y darnos la solución que necesitamos. Puede que ni siquiera sepamos cuál es la mejor solución, pero cuando buscamos a Jesús, él resuelve nuestros problemas. Cuando estés acorralado, recuerda: en Jesús encontramos todo lo que necesitamos.

La fe de la mujer con el flujo de sangre fue práctica, porque no se quedó quieta esperando hasta que Jesús se acercara a ella. Ella salió a su encuentro y trató de acercarse a él. De la misma manera, nosotros también debemos buscar a Dios en tiempos de dificultad. ¡No podemos quedarnos de brazos cruzados! La verdadera fe nos lleva a actuar.

Muchas personas ponen su confianza en grandes señales, profecías o actos poderosos para recibir lo que necesitan. Pero en realidad, todo lo que necesitamos es la presencia de Jesús. Este es el poder de nuestro Dios, un simple toque suyo puede cambiarlo todo.

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