El primer libro del Nuevo Testamento, el Evangelio de Mateo, nos da enseñanzas poderosas que nos ayudan a vivir bajo la dirección y bendición de Dios. El tema central del libro es Jesús. En él tenemos perdón, salvación y la esperanza de la vida eterna. Al poner en práctica las enseñanzas que encontramos en Mateo, viviremos en obediencia a Dios y con más gozo.
1. Los verdaderos bienaventurados a los ojos de Dios
En el Sermón del Monte, sermón muy importante y conocido de Jesús que encontramos en Mateo 5, vemos 8 virtudes que agradan a Dios. Quienes las tienen, reciben su bendición y recompensa. Los bienaventurados delante de Dios no son los que tienen grandes empresas, mucho dinero o gran belleza. Son los que lloran, los pobres en espíritu y los que tienen hambre y sed de justicia, entre otros.
Para Dios, lo importante no es el éxito exterior, sino la disposición del corazón. Él bendice al que tiene una relación personal con Jesús y desea ser transformado a su imagen. Los 8 rasgos de carácter descritos en las bienaventuranzas recibirán recompensa, consuelo y heredarán el reino de Dios.
Las bienaventuranzas nos llaman a examinar nuestro ser interior, a ver qué nos impulsa cuando tomamos decisiones. Nuestra actitud ante el sufrimiento y las situaciones que se nos presentan refleja la profundidad de nuestra relación con Dios. Es bienaventurado y recibirá recompensa quien en medio del dolor, se aferra a Dios y sigue alabándole.
2. Llamados a amar a Dios, al prójimo y a nuestros enemigos
En Mateo 5:38-48, Jesús presenta una de las enseñanzas más desafiantes del Sermón del Monte: el llamado a amar incluso en situaciones delicadas. Frente a la ley del ojo por ojo, Jesús invita a responder al mal con el bien, a renunciar a la venganza y a amar incluso a quienes nos hacen daño. Este amor no es natural ni fácil, sino que nace de un corazón transformado por Dios. Amar a los enemigos refleja el carácter del Padre, que hace salir el sol sobre buenos y malos.
Este llamado al amor también implica un costo. En Mateo 10:34-39, Jesús aclara que seguirle puede traer división, incluso dentro de la familia, y que amarle a él debe estar por encima de cualquier otra relación. No se trata de crear conflictos, sino de dejar claro que la lealtad a Cristo es prioritaria. El amor a Dios se demuestra cuando estamos dispuestos a perder nuestra vida (gustos, anhelos, posesiones) para ganarla en él.
Así, Mateo nos enseña que el verdadero amor cristiano es sacrificial: ama al prójimo sin condiciones, perdona al enemigo y pone a Dios en el centro de todo. Este tipo de amor es una evidencia visible del reino de Dios en nosotros.
3. Dios ama a todas las naciones y les ofrece su salvación
En Mateo 10 vemos cómo Jesús envía a sus discípulos a predicar, sanar y anunciar que el reino de los cielos se ha acercado. Aunque en este capítulo la misión está dirigida inicialmente al pueblo de Israel, queda claro que el mensaje no es exclusivo, sino una preparación para algo mayor. Dios está formando y enviando a sus seguidores para que sean portadores de su gracia y verdad.
Esta misión se expande de manera definitiva en Mateo 28:16-20, conocido como la gran comisión. El Jesús resucitado declara que toda autoridad le pertenece y envía a sus discípulos a hacer discípulos de todas las naciones. El corazón misionero de Dios se revela con claridad: su salvación es para todos, sin distinción de cultura, idioma o nación.
Mateo nos muestra que la iglesia no existe solo para sí misma, sino para anunciar a Cristo al mundo. Dios ama a todas las personas y nos invita a participar activamente en su plan de salvación, enseñando, bautizando y acompañando a otros a vivir en obediencia a Jesús.
4. Cómo es el reino de Dios (las parábolas del reino)
En Mateo 13, Jesús utiliza parábolas para describir la naturaleza del reino de Dios. A través de historias sencillas como la del sembrador, el trigo y la cizaña, la semilla de mostaza y la levadura, Jesús revela verdades profundas. El reino de Dios comienza de manera pequeña y humilde, pero crece con poder y transforma todo lo que toca.
Estas parábolas también muestran que no todos responden de la misma manera al mensaje del reino. Algunos corazones lo reciben con gozo, otros lo rechazan o lo abandonan. Sin embargo, el avance del reino no depende de la respuesta humana, sino del poder y la fidelidad de Dios.
Mateo 13 nos anima a valorar el reino como un tesoro incomparable por el cual vale la pena dejarlo todo. Vivir bajo el reino de Dios implica una transformación interna que produce frutos visibles en nuestra manera de pensar, vivir y relacionarnos con los demás.
5. Señales del fin de los tiempos
En Mateo 24 y 25, Jesús habla sobre los eventos futuros y el fin de los tiempos. Advierte sobre guerras, engaños, persecuciones y falsos profetas, pero también llama a no vivir dominados por el miedo. Estas señales no buscan generar pánico, sino alentarnos a estar vigilantes y mantenernos fieles.
A través de parábolas como la de las diez vírgenes y la de los talentos, Jesús enfatiza la importancia de estar preparados. Nos llama a vivir de manera responsable y firmes en él mientras esperamos su regreso. La espera no es pasiva: implica perseverar, usar bien lo que Dios nos ha confiado y vivir con amor y justicia.
Finalmente, Mateo 25 nos recuerda que nuestras acciones tienen consecuencias eternas. Jesús identifica el verdadero servicio a Dios con el amor práctico al prójimo. Vivir atentos al fin de los tiempos es vivir cada día con fe, obediencia y compasión, sabiendo que un día daremos cuentas delante del Rey de reyes y Señor de señores.
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