Salmo del Día

Un Salmo bíblico diario para inspirar y mejorar tu día.

Salmo de Hoy

Oh Señor , Soberano nuestro, ¡qué imponente es tu nombre en toda la tierra! ¡Has puesto tu gloria sobre los cielos!

Por causa de tus adversarios has hecho que brote la alabanza de labios de los pequeñitos y de los niños de pecho, para silenciar al enemigo y al rebelde.

Cuando contemplo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que allí fijaste,

me pregunto: «¿Qué es el hombre, para que en él pienses? ¿Qué es el ser humano, para que lo tomes en cuenta?»

Pues lo hiciste poco menos que Dios, y lo coronaste de gloria y de honra:

lo entronizaste sobre la obra de tus manos, todo lo sometiste a su dominio;

todas las ovejas, todos los bueyes, todos los animales del campo,

las aves del cielo, los peces del mar, y todo lo que surca los senderos del mar.

Oh Señor , Soberano nuestro, ¡qué imponente es tu nombre en toda la tierra!

Salmo 8

Salmo de Ayer

Dios nos tenga compasión y nos bendiga; Dios haga resplandecer su rostro sobre nosotros, Selah

para que se conozcan en la tierra sus caminos, y entre todas las naciones su salvación.

Que te alaben, oh Dios, los pueblos; que todos los pueblos te alaben.

Alégrense y canten con júbilo las naciones, porque tú las gobiernas con rectitud; ¡tú guías a las naciones de la tierra! Selah

Que te alaben, oh Dios, los pueblos; que todos los pueblos te alaben.

La tierra dará entonces su fruto, y Dios, nuestro Dios, nos bendecirá.

Dios nos bendecirá, y le temerán todos los confines de la tierra.

Salmo 67

Salmo de Anteayer

Grande es el Señor , y digno de suprema alabanza en la ciudad de nuestro Dios. Su monte santo,

bella colina, es la alegría de toda la tierra. El monte Sión, en la parte norte, es la ciudad del gran Rey.

En las fortificaciones de Sión Dios se ha dado a conocer como refugio seguro.

Hubo reyes que unieron sus fuerzas y que juntos avanzaron contra la ciudad;

pero al verla quedaron pasmados, y asustados emprendieron la retirada.

Allí el miedo se apoderó de ellos, y un dolor de parturienta les sobrevino.

¡Con un viento huracanado destruiste las naves de Tarsis!

Tal como lo habíamos oído, ahora lo hemos visto en la ciudad del Señor Todopoderoso, en la ciudad de nuestro Dios: ¡Él la hará permanecer para siempre! Selah

Dentro de tu templo, oh Dios, meditamos en tu gran amor.

Tu alabanza, oh Dios, como tu nombre, llega a los confines de la tierra; tu derecha está llena de justicia.

Por causa de tus justas decisiones el monte Sión se alegra y las aldeas de Judá se regocijan.

Caminen alrededor de Sión, caminen en torno suyo y cuenten sus torres.

Observen bien sus murallas y examinen sus fortificaciones, para que se lo cuenten a las generaciones futuras.

¡Este Dios es nuestro Dios eterno! ¡Él nos guiará para siempre!

Salmo 48