82 bonitas frases de la Biblia, cortas, motivadoras y para reflexionar


Aquí encontrarás frases de la Biblia que te motivarán, versículos bíblicos inspirados por Dios que fortalecerán tu confianza en él y bendecirán tu vida. Renueva tu fe y anima a los que amas compartiendo estas citas bíblicas poderosas.

  1. Frases Motivadoras
  2. Frases para Reflexionar
  3. Frases de Amor

1. Frases Motivadoras

El Señor te protegerá;
de todo mal protegerá tu vida.
El Señor te cuidará en el hogar y en el camino,
desde ahora y para siempre.
(Salmo 121:7-8)

Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas.
(Josué 1:9)

Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza,
nuestra ayuda segura en momentos de angustia.
(Salmo 46:1)

Así que no temas, porque yo estoy contigo;
no te angusties, porque yo soy tu Dios.
(Isaías 41:10a)

Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!
(2 Corintios 5:17)

Para los hombres es imposible —aclaró Jesús, mirándolos fijamente—, mas para Dios todo es posible. (Mateo 19:26)

Para los hombres es imposible —aclaró Jesús, mirándolos fijamente—, mas para Dios todo es posible.
(Mateo 19:26)

El Señor es mi fuerza y mi escudo;
mi corazón en él confía;
de él recibo ayuda.
(Salmo 28:7a)

Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.
(Juan 16:33)

¡No hay nada imposible para Dios! Él puede salvar al pecador más malvado, puede sanar al enfermo desahuciado, puede hacer que brote agua en el desierto más seco. No debemos olvidar que servimos al Dios Todopoderoso, al Creador del Universo y Rey de reyes. ¡Recordemos siempre su gran poder!

El que habita al abrigo del Altísimo
se acoge a la sombra del Todopoderoso.
Yo le digo al Señor: «Tú eres mi refugio,
mi fortaleza, el Dios en quien confío».
(Salmo 91:1-2)

Pero ustedes, ¡manténganse firmes y no bajen la guardia, porque sus obras serán recompensadas!
(2 Crónicas 15:7)

Porque todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe.
(1 Juan 5:4)

... vayan y hagan discípulos de todas las naciones (...). Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.
(Mateo 28:19a y 20b)

En ti confían los que conocen tu nombre,
porque tú, Señor, jamás abandonas a los que te buscan.
(Salmo 9:10)

Pelea la buena batalla de la fe; haz tuya la vida eterna, a la que fuiste llamado y por la cual hiciste aquella admirable declaración de fe delante de muchos testigos.
(1 Timoteo 6:12)

Pero tú, Señor, me rodeas cual escudo;
tú eres mi gloria;
¡tú mantienes en alto mi cabeza!
(Salmo 3:3)

Muchas son las angustias del justo,
pero el Señor lo librará de todas ellas
(Salmo 34:19)

Pero yo siempre estoy contigo, pues tú me sostienes de la mano derecha. Me guías con tu consejo, y más tarde me acogerás en gloria. (Salmo 73:23-24)

Pero yo siempre estoy contigo,
pues tú me sostienes de la mano derecha.
Me guías con tu consejo,
y más tarde me acogerás en gloria.
(Salmo 73:23-24)

El Señor no te abandona jamás, él está contigo en todo momento. Aunque te sientas desfallecer, él te sostiene de la mano y permanece a tu lado dándote la orientación y el consejo que necesitas. ¡Presta atención, escucha su voz, obedece! Y recuerda que como hijo de Dios estarás con él por toda la eternidad. Su presencia está y estará contigo por siempre.

¡Pero gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!
(1 Corintios 15:57)

Pero los que confían en el Señor
renovarán sus fuerzas;
volarán como las águilas:
correrán y no se fatigarán,
caminarán y no se cansarán.
(Isaías 40:31)

No seas sabio en tu propia opinión;
más bien, teme al Señor y huye del mal.
Esto infundirá salud a tu cuerpo
y fortalecerá tu ser.
(Proverbios 3:7-8)

Encomienda al Señor tu camino;
confía en él, y él actuará.
(Salmo 37:5)

Él fortalece al cansado
y acrecienta las fuerzas del débil.
(Isaías 40:29)

Porque para Dios no hay nada imposible.
(Lucas 1:37)

El Señor es mi pastor, nada me falta.
(Salmo 23:1)

¡Refúgiense en el Señor y en su fuerza,
busquen siempre su presencia!
(1 Crónicas 16:11)

Devorará a la muerte para siempre;
el Señor omnipotente enjugará las lágrimas de todo rostro.
(Isaías 25:8a)

... el que está en ustedes es más poderoso que el que está en el mundo.
(1 Juan 4:4b)

Esta es la promesa que él nos dio: la vida eterna.
(1 Juan 2:25)

Ustedes, hermanos, no se cansen de hacer el bien.
(2 Tesalonicenses 3:13)

Pero el Señor es fiel, y él los fortalecerá y los protegerá del maligno. (2 Tesalonicenses 3:3)

Pero el Señor es fiel, y él los fortalecerá y los protegerá del maligno.
(2 Tesalonicenses 3:3)

Puedes estar firme y sentirte seguro en la fidelidad del Señor. ¡En Dios puedes confiar! Él te cuida y te protege de todo mal. Renueva hoy tu fe y sigue confiando en tu Padre celestial. ¡Verás cómo te fortalecerá y obrará!

Por lo tanto, mis queridos hermanos, manténganse firmes e inconmovibles, progresando siempre en la obra del Señor, conscientes de que su trabajo en el Señor no es en vano.
(1 Corintios 15:58)

El SEÑOR es mi roca,
mi fortaleza y mi libertador.
(2 Samuel 22:2)

Les dijo: «Vayan por todo el mundo y anuncien las buenas nuevas a toda criatura. El que crea y sea bautizado será salvo, pero el que no crea será condenado.
(Marcos 16:15-16)

Aun en la vejez, cuando ya peinen canas,
yo seré el mismo, yo los sostendré.
Yo los hice, y cuidaré de ustedes;
los sostendré y los libraré.
(Isaías 46:4)

Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él los exalte a su debido tiempo. Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes.
(1 Pedro 5:6-7)

El que salga vencedor se vestirá de blanco. Jamás borraré su nombre del libro de la vida, sino que reconoceré su nombre delante de mi Padre y delante de sus ángeles.
(Apocalipsis 3:5)

Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá.  (Mateo 7:7)

Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá.
(Mateo 7:7)

Acércate a Dios con tus peticiones, busca su presencia, clama a tu Señor. Él no ignora ni desprecia el clamor de sus hijos. Ve ante él, persiste porque él te escucha y te contestará en el momento preciso. ¡Dios es fiel!

¡Dios es mi salvación!
Confiaré en él y no temeré.
El Señor es mi fuerza,
el Señor es mi canción;
¡él es mi salvación!
(Isaías 12:2)

Prueben y vean que el Señor es bueno;
dichosos los que en él se refugian.
(Salmo 34:8)

Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable.
(1 Pedro 2:9)

Vea también: 15 versículos de ánimo para enfrentar los retos de la vida.

2. Frases para Reflexionar

El SEÑOR es mi luz y mi salvación;
¿de quién temeré?
El SEÑOR es la fortaleza de mi vida; ¿de quién me he de atemorizar?
(Salmo 27:1)

No te dejes vencer por el mal; al contrario, vence el mal con el bien. (Romanos 12:21)

No te dejes vencer por el mal; al contrario, vence el mal con el bien.
(Romanos 12:21)

Cuando Dios llega a nuestra vida, su presencia y su amor transforman todo nuestro ser. Mucho de lo que podía parecer normal antes de conocerlo a él, deja de tener sentido. En lugar de devolver mal por mal, confiamos en la justicia de Dios. Nos llenamos de su presencia y de su amor para poder contestar a los agravios de la forma en la que él desea que lo hagamos: con bondad.

Confía en el Señor de todo corazón,
y no en tu propia inteligencia.
Reconócelo en todos tus caminos,
y él allanará tus sendas.
(Proverbios 3:5-6)

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
(Filipenses 4:13)

Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios.
(Juan 1:12)

El Señor fortalece a su pueblo;
el Señor bendice a su pueblo con la paz.
(Salmo 29:11)

Ustedes quédense quietos, que el Señor presentará batalla por ustedes.
(Éxodo 14:14)

Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en las regiones celestiales con toda bendición espiritual en Cristo.
(Efesios 1:3)

¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra?
(Romanos 8:31)

Pero él me dijo: «Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad».
(2 Corintios 12:9a)

Vivimos por fe, no por vista.
(2 Corintios 5:7)

Podrán desfallecer mi cuerpo y mi espíritu,
pero Dios fortalece mi corazón;
él es mi herencia eterna.
(Salmo 73:26)

Pon en manos del Señor todas tus obras, y tus proyectos se cumplirán. (Proverbios 16:3)

Pon en manos del Señor todas tus obras,
y tus proyectos se cumplirán.
(Proverbios 16:3)

¡Pon todo lo que haces en las manos del Señor! Permite que Dios te guíe en todos tus proyectos, busca su dirección cada día y verás cómo se realizan tus anhelos. Encomienda todo en las manos de Dios y sigue el camino que él te indica. El verdadero éxito se encuentra en la obediencia al Señor.

... olvidando lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está por delante, prosigo a la meta hacia el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
(Filipenses 3:13b-14)

Porque en él la justicia de Dios se revela por fe y para fe como está escrito: Pero el justo vivirá por la fe.
(Romanos 1:17)

El temor del Señor es un baluarte seguro
que sirve de refugio a los hijos.
(Proverbios 14:26)

Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas.
(Mateo 6:34)

Humíllense delante del Señor, y él los exaltará.
(Santiago 4:10)

Así también ustedes, manténganse firmes y aguarden con paciencia la venida del Señor, que ya se acerca.
(Santiago 5:8)

Tú, Señor, eres mi porción y mi copa;
eres tú quien ha afirmado mi suerte.
(Salmo 16:5)

Siempre tengo presente al Señor;
con él a mi derecha, nada me hará caer.
(Salmo 16:8)

Instrúyeme, Señor, en tu camino
para conducirme con fidelidad.
Dame integridad de corazón
para temer tu nombre.
(Salmos 86:11)

El Señor afirma los pasos del hombre cuando le agrada su modo de vivir; podrá tropezar, pero no caerá, porque el Señor lo sostiene de la mano. (Salmo 37:23-24)

El Señor afirma los pasos del hombre
cuando le agrada su modo de vivir;
podrá tropezar, pero no caerá,
porque el Señor lo sostiene de la mano.
(Salmo 37:23-24)

En la Biblia encontramos ejemplos de personas que tropezaron, pero no cayeron porque el Señor los sostenía. David, Moisés, Pedro y otros hombres y mujeres que amaban a Dios, pero que en un momento específico tomaron una decisión errónea. Sin embargo, el Señor no los dejó solos y caídos. Él los levantó. Asimismo, él está siempre presto a levantarnos y ayudarnos a continuar el camino.

Así que, hermanos, mediante la sangre de Jesús, tenemos plena libertad para entrar en el Lugar Santísimo, por el camino nuevo y vivo que él nos ha abierto a través de la cortina, es decir, a través de su cuerpo; y tenemos además un gran sacerdote al frente de la familia de Dios.
(Hebreos 10:19-21)

Acerquémonos, pues, a Dios con corazón sincero y con la plena seguridad que da la fe.
(Hebreos 10:22a)

Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios.
¡Yo seré exaltado entre las naciones!
¡Yo seré enaltecido en la tierra!
(Salmo 46:10)

Si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra.
(2 Crónicas 7:14)

Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso.
(Mateo 11:28)

Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.
(Jeremías 29:11)

Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo.
(Apocalipsis 3:20)

Al que salga vencedor le daré el derecho de sentarse conmigo en mi trono, como también yo vencí y me senté con mi Padre en su trono.
(Apocalipsis 3:21)

El que sigue la justicia y la bondad hallará vida, justicia y honra.
(Proverbios 21:21)

Dios es espíritu, y quienes lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad.
(Juan 4:24)

3. Frases de Amor

Guíame, pues eres mi roca y mi fortaleza,
dirígeme por amor a tu nombre.
(Salmo 31:3)

La bondad y el amor me seguirán
todos los días de mi vida.
(Salmo 23:6a)

Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo. (Efesios 4:32)

Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.
(Efesios 4:32)

Por la mañana hazme saber de tu gran amor,
porque en ti he puesto mi confianza.
(Salmo 143:8a)

Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.
(Juan 3:16)

En esto conocemos lo que es el amor: en que Jesucristo entregó su vida por nosotros. Así también nosotros debemos entregar la vida por nuestros hermanos.
(1 Juan 3:16)

Den gracias al Señor, porque él es bueno; su gran amor perdura para siempre. Que lo digan los redimidos del Señor, a quienes redimió del poder del adversario. (Salmo 107:1-2)

Den gracias al Señor, porque él es bueno;
su gran amor perdura para siempre.
Que lo digan los redimidos del Señor,
a quienes redimió del poder del adversario.
(Salmo 107:1-2)

Recordar el amor de Dios, sus bondades para con nosotros y todo lo que él hace a nuestro favor debe llevarnos a agradecerle y alabarle. No olvidemos jamás las bondades del Señor. Exclamemos, junto con el salmista, que el gran amor de Dios perdura para siempre.

Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen, para que sean hijos de su Padre que está en el cielo.
(Mateo 5:44-45a)

Preocupémonos los unos por los otros, a fin de estimularnos al amor y a las buenas obras.
(Hebreos 10:24)

Dios desea que recordemos la bondad, el amor y el perdón que nos ha mostrado. Ninguno de nosotros merece su amor y su perdón, pero él nos los da libremente y sin reproche. Saber lo que el Señor ha hecho y hace por nosotros cada día, debería suavizar nuestro corazón de tal forma que sintamos compasión por los demás y perdonemos sus faltas.

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